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Especial Cambio21. "El Rebelde" Rodolfo Seguel lanza sus memorias y cuenta su lucha contra Pinochet: "Los dirigentes sociales fuimos los que terminamos con la dictadura"

Por Alfredo Peña R.

Rodolfo Seguel debe ser el dirigente sindical, que luego fue dirigente político, que más veces estuvo preso en dictadura. Ni siquiera el propio Seguel recuerda las veces que estuvo detenido en cárceles, comisarías y otros centros de detención, por el sólo hecho de llamar a protestar contra la dictadura de Pinochet.

Seguel cayó por primera vez preso a los 29 años pero señala en esta entrevista que estaba más libre "dentro de la cárcel" que fuera de ella,  con una dictadura que asesinaba, exiliaba, golpeaba, relegaba y detenía arbitrariamente.

Rodolfo Seguel, llegó a ser conocido mundialmente en los años 80 por su férrea oposición a la dictadura. Habían dos dirigentes sindicales mundiales que causaron impacto por su oposición a las dictaduras en esos años: el polaco Lech Walesa y el propio Seguel. El chileno era recibido por dignatarios mundiales, por el Papa, por jefes de Estado y en nuestro país era detenido.
Su familia sufrió el violento acoso de los agentes de la dictadura, pero Seguel no se amedrentó y con valentía convocó a protestas en todo el país que fue el preámbulo del término de la dictadura. 
Hoy Rodolfo Seguel es un sobreviviente de un complejo cáncer. Pero ya se ha recuperado y sigue con "cuerda para rato".
Quiere ser Constituyente y se está preparando para ser candidato y participar en esta otra historia de este otro Chile.

Y lanza sus memorias en su libro titulado "Seguel, el Rebelde" escrito por el gran periodista Francisco Castillo, fundador de Cambio21.

 ¿Cuándo decidió escribir estas memorias?
Cuando me enfermé de cáncer, grave, en el año 2017. En enero me informa el doctor que tengo un cáncer terminal, de 3 o 4 meses de vida, recurrí a amigos, comenté y tomé la decisión de escribir este libro y hablé con uno de mis amigos, Oscar Reyes para que me ayudara a escribirlo. Él estaba en un cargo público importante y no podía hacerlo. El de inmediato me recomendó a Francisco Castillo, que en paz descanse. Oscar, mi amigo, me dijo que era el mejor y que había escrito otros libros y era un gran profesional. Conversé con Francisco y él accedió a escribir este libro junto a mí. La intención fue dejar un recuerdo histórico de todo lo que fue el proceso de protestas en contra de la dictadura militar, la participación de los trabajadores, de los estudiantes, de los pobladores organizados, de la claridad y objetividad nuestra para terminar con la dictadura y de que no fueron los políticos ni los partidos los que hicieron este trabajo, sino que fueron las organizaciones sociales de este país. Esa fue la intención. Gracias a Dios, no morí y han pasado ya más de 3 años y espero vivir muchos años más.

¿Qué espera en lo personal de este libro?
Espero que este libro tenga un buen recibimiento de parte de los jóvenes, en primer lugar por los estudiantes, por los trabajadores, por los pobladores y que los políticos entiendan que ellos son parte de un engranaje y que no son lo más importante; lo más importante es la sociedad civil organizada y que los sindicatos, los estudiantes, los trabajadores pesan más y son más que los políticos que dirigen y han terminado destruyendo este país. Quiero que la historia quede clara: que no fueron ellos los que terminaron con la dictadura, sino que fuimos las organizaciones sindicales y sociales y ellos colaboraron al final, y cuando llegaron al poder prácticamente crean un conflicto más que soluciones a los problemas. Quiero que la historia demuestre que los dirigentes sindicales y sociales fuimos más que los partidos políticos.

 En el libro se habla de su vida, de su actividad sindical, de su vida política, de su autoexilio y de otros temas ¿Cuántas veces estuvo detenido en dictadura? ¿Tuvo miedo alguna vez? ¿Qué recuerdo tiene de esas detenciones? ¿Sufrió por esas amenazas a su familia?
Estuve detenido muchas veces, en todos los lugares que recorrí del país, fundamentalmente en Santiago y en la cárcel estuve largos períodos, 3 veces en la cárcel condenado. Según las condenas de la dictadura eran 265 o 269 años de cárcel, pues se acumulaba mucho. Obviamente que fue fuerte, triste y doloroso, tenía 29 años cuando caí preso la primera vez.

Cuando entré por primera vez a la cárcel, tenía preocupación, pero cuando crucé la barrera de la puerta perdí el miedo y me di cuenta que salía de la libertad entre comillas que tenía en la calle y que finalmente era más libre ahí dentro que afuera. Tuve una relación espectacular con los presos, me recibieron con cariño, con afecto, me cuidaron mucho: me cocinaban, me acompañaban. Cuando salí de la cárcel ellos terminaron llorando y cantando la canción nacional, pues compartían conmigo la lucha que estábamos llevando. Tengo hermosos recuerdos de la cárcel, no creo haber llorado nunca, al contrario, trataba de levantarles el ánimo a los que llevaban mucho tiempo adentro.
Con las amenazas a mi familia sí sufrí mucho, fueron varias, centenares. Con los años me fui enterando de cosas que no sabía, sobre todo del sufrimiento de mis hijos Rodrigo y Carolina que tenían 6 y 8 años más o menos, obviamente fueron quienes sufrieron más junto a su madre. La CNI, los carabineros, los militares pasaban en nuestra casa, tenían tomada la población donde vivíamos en Rancagua, pero teníamos un perro que se llamaba Dinky, creo, que es el que cuidaba a la familia cuando yo estaba preso y cada vez que en la casa escuchan una canción de un perro callejero, se ponen a llorar.

¿Ud. cree que sin el aporte de dirigentes sindicales como usted, Pinochet habría seguido gobernando el país?
Es fundamental el movimiento sindical, fuimos quienes levantamos a los chilenos y a mí me correspondió encabezar. Fui dirigente del Sindicato Profesional Caletones; a los 3 o 4 meses dirigentes nacional de la Confederación de Trabajadores del Cobre, a los 2 meses fui su presidente; a los 6 meses ya estaba convocando a la primera protesta nacional por un acuerdo nacional de la Confederación. Fuimos fundamentales en la derrota de la dictadura, nadie más que los dirigentes sindicales, estudiantiles, pobladores y las mujeres organizadas, fuimos los que terminamos con la dictadura, no otros, fuimos nosotros quienes organizamos al país.

"Pinochet era un criminal, ladrón, sinvergüenza y mandoneado por su mujer"

 ¿Qué opinión tenía de Pinochet? ¿Sigue manteniéndola?
Creo que Pinochet, y es la opinión que sigo manteniendo, es un criminal, asesino, sanguinario, ladrón, sinvergüenza, macabeo, mandoneado por la mujer. Con los años nos enteramos de detalles de su vida y de que fue el más mandoneado de los milicos. Era un pobre tonto, un imbécil. Creo que Pinochet fue un dictador como todos los dictadores criminales y asesinos. Su cuerpo bañado en sangre toda la vida, hasta que murió. Yo gocé cuando un nieto del general Prats escupió en su ataúd, creo que fue una gesta heroica la de ese nieto, a quien siempre le he reconocido ese acto de valentía que tuvo en la escuela militar. Eso representa Pinochet para los chilenos y para mí en particular.

A usted que luchó por el retorno a la democracia, ¿Qué le parece la frase: “no son 30 pesos, son 30 años?”
Bueno, eso lo dejo bastante explicado en el libro, creo que nuestra lucha fue por volver a la democracia. El año 90 volvimos a la democracia y los políticos de esos años tenían la obligación de modificar y de entregar una Constitución acorde a las necesidades del pueblo y no que creciera el país de la mano de los ricos. Vimos pasar frente a nuestros ojos cómo creció el país, las autopistas, los plasmas, las grandes tiendas, los grandes supermercados y debajo de la alfombra se escondió la pobreza. Fueron años y años en que se rieron de la población, donde el que vendía un CD caía preso y moría en un incendio y los que se coludían para robar con los pollos, los fármacos, el papel higiénico; los empresarios que se llenaban de dinero, como el yerno de Pinochet y al que después los políticos le fueron a pedir plata para las campañas, quedaban todos indemnes. Todo eso fue acabando con la tranquilidad y socavando esta democracia inestable.

¿Y cómo ve a los actores políticos, 30 años después de la vuelta de la democracia?

Creo que los políticos no estuvieron ni están a la altura, hoy menos que nunca. No están a la altura de gobernar un país. Creo que hay que hacer modificaciones de fondo, hay que ver cómo se puede solucionar esto de una forma pacífica; ver cómo las fuerzas armadas dejan de robar, pues se han convertido en unos ladrones; ver cómo los Carabineros dejan de robar y asesinar jóvenes y niños y ver cómo los empresarios dejan de hacerse ricos a través del engaño y el robo. Lo más importante, que la justicia actúe, asegurando a los pobres igualdad en la justicia. No puede un joven que está en una protesta llevar 6, 7, 8 meses detenido sin ningún proceso y los sinvergüenzas y ladrones de los empresarios, militares y carabineros van a juicio y salen en libertad en un par de meses. Esas son algunas de las irracionalidades que tienen a la gente cansada, aburrida y desesperanzada. Yo espero que no pase lo de otros países, donde a los gobernantes los sacan a patadas en el poto.

¿Va a ser candidato a Constituyente?
Seré candidato a constituyente porque pienso que sería una linda forma de terminar mi carrera política. Todos mis conocimientos y experiencias, tanto sindicales, laborales y sociales, pueden ayudar a que conjuntamente con otras ciento y tantas personas más, se escriba una Constitución que luego sea ratificada por el pueblo. Tengo las ganas, quiero hacerlo y ojalá pueda, si no es posible pues votaré por quien considere que será el mejor constituyente para el país.

Mirando hacia atrás en su historia, ¿todavía piensa que fue buena idea que los dirigentes sindicales y sociales hubieran confiado en los políticos para entregarles la conducción del país?
 Creo que fue una buena idea entregársela a ellos, lo malo fue que los políticos no supieron interpretar la opinión de la gente. Muchos hicieron de la política una farándula, ahora cual más y cual menos se pasea por los pasillos bailando, gritando, saltando, es una vergüenza ver cómo actúan. Creo que la farándula en la política es lamentable. Se humillan, se falta el respeto, creo que la política de hoy es tan lamentable y están llevando a la democracia a un pozo sin fondo. Ojalá que puedan modificarlo.

Creo que don Patricio Aylwin fue un gran estadista; creo que Frei, Lagos y la señora Bachelet fueron grandes presidentes, que ayudaron mucho a Chile pero faltó justicia social. Los políticos actuales tampoco han sido capaces, lo único que quieren es que se vaya Piñera pero no dicen a raíz de qué, o qué queremos, qué esperamos, por quien lo cambiamos, cómo lo cambiamos. ¿Una guerra civil? No, por ningún motivo. Creo que es fundamental que se tranquilicen, que se ordenen las cosas y falta un líder, es necesario un líder como lo tuvimos en los años 80, que guie este país hacia un destino más esperanzador. No se olviden, así como dijimos un día: yo quiero que mis hijos y mis nietos vivan en democracia, ustedes jóvenes de ahora tienen que decir: yo quiero que mis hijos y mis nietos sigan viviendo en democracia participativa, donde se respeten los derechos humanos.

Mi relación con Francisco Castillo, editor de Cambio21

¿Cuál fue su relación con el periodista y escritor Francisco Castillo, fundador de Cambio21?
 Pancho Castillo fue una proposición de Oscar. A ambos los conocía desde hace 35 o más años cuando trabajaban en televisión. Cuando le propuse a Pancho que hiciéramos este libro estaba feliz, cuando nos juntamos, él no me reconoció por lo flaco que yo estaba y cuando terminamos el libro, yo no lo reconocía por lo flaco que estaba él. Tuvimos una relación de amistad, compartimos en mi casa con mi familia, o en su casa junto a su señora, una relación bastante bonita durante algo más de un año y medio y que lamentablemente terminó con la muerte de Pancho. Una de las últimas cosas que le dijo a Abel Esquivel, quien también trabajó en el libro, fue que no se olvidaran de hablar conmigo para terminar la parte de las protestas del octubre de 2019. Bueno, hicimos lo que Francisco quería y ahora este libro también está dedicado a él y es parte de él