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Especial Cambio21. Proyecto de 40 horas laborales o “la última oportunidad de unidad en la oposición”

Foto: Camila Vallejo, diputada autora proyecto de las 40 horas

Por María Kovacz

La moción parlamentaria se ha tomado la agenda pública y cuenta con la aprobación mayoritaria de la ciudadanía. El Gobierno ha señalado que el proyecto es inconstitucional pues trata temas que son de exclusiva iniciativa presidencial, por lo que recurrirá al Tribunal Constitucional y no descarta aplicar veto sobre la materia.

El próximo 23 de octubre se discute en sala uno de los proyectos que más polémica ha traído, el de reducir a 40 horas la jornada laboral. Moción presentada por las diputadas del Partido Comunista, Camila Vallejo y Karol Cariola.

Fue en 2017 cuando comenzó la discusión. El 8 de marzo de ese año la diputada Camila Vallejo ingresó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley para rebajar a 40 horas la jornada laboral, la que actualmente dispone de un máximo de 45 horas semanales.

En su exposición, la congresista citó varios países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), destacando la situación de Holanda. El documento ingresado a la Cámara presenta una tabla con las cifras, recalcando que “existe una diferencia de $611,4 mil millones en el PIB, existiendo una jornada de trabajo máxima de Holanda de 29 horas semanales y en Chile de 45 horas por semana”. Sin embargo, este dato no es correcto.

El proyecto de ley

La iniciativa de Camila Vallejo introduce modificaciones al capítulo IV del título I del Libro I del Código del Trabajo. El primero se refiere al artículo 21, que define jornada de trabajo como “el tiempo en que el trabajador debe prestar efectivamente los servicios en conformidad al contrato”. El inciso segundo del mismo señala que también “se computará como jornada de trabajo el tiempo en que el trabajador se encuentra a disposición del empleador sin realizar labor, por causas que no le sean imputables”.

En esa línea, el proyecto busca eliminar el adverbio “efectivamente” de la normativa. “Además, este proyecto de ley establece que el tiempo de colación se considerará parte integrante de la jornada de trabajo, motivo por el cual debe ser eliminado”, agrega el texto presentado por Vallejo.

La propuesta más llamativa ha sido la modificación al artículo 22, donde Vallejo introduce una disposición para reducirlo progresivamente hasta las 40 horas semanales (8 horas diarias si se distribuye en cinco días, o bien, 6 horas 40 minutos diarias si se distribuye en seis días) junto a una modificación al artículo 28 del Código del Trabajo, pasando de un máximo de diez horas a ocho horas. Así, con la iniciativa, se pide que en la frase “la duración de la jornada perdonaría de trabajo no excederá de cuarenta y cinco días semanales” del artículo 22, se sustituya “cuarenta y cinco” por “cuarenta”. 

La diputada diputada Gael Yeomans (RD) explicó que la intención de quienes respaldan esta propuesta es que se incluya una gradualidad de cinco años, lo que se materializará en una indicación que se va a presentar en Sala.

En conversación con Cambio21, el diputado Marcelo Schilling apuntó que está a favor de la reducción de la jornada laboral, “no sé si es proyecto tal como está hoy día releva el producto de conjunto de cosas que se deben resolver con la reducción dela jornada laboral, pero mi implicación es votar a favor”.

“En Francia, en la época que fui embajador se redujo la jornada laboral a 35 horas semanales y no hubo ninguna catástrofe, ahora las 35 horas eran un promedio”, declaró.

En tanto el diputado Jaime Mulet dijo que apoya el proyecto de las 40 horas, “creo que es un muy buen proyecto de ley, creo que no necesariamente se tiene que convertir en un problema de la productividad, si no que al contrario creo que han implementado la gradualidad”.

“Es un proyecto que puede ser beneficioso incluso para la productividad para fortalecer el descanso de los trabajadores de nuestro país”, destacó a Cambio21.

Por último dijo que “siempre la derecha se ha opuesto a todo avance en esta materia,  desde la primera reforma central, desde la época de la esclavitud y quieren mantenerla, dos casos bastante claros, y en Chile siempre ponen modificaciones que impiden avanzar. A mí me gusta el proyecto”.

Criticas del Gobierno

El pasado agosto, el ministro Nicolás Monckeberg dijo a que “no hay ni un país en Europa que haya rebajado la jornada, incluso me voy a los propios países que la diputada Camila Vallejo pone como ejemplo. No hay ni un país que lo haya hecho con jornada rígida. Todos dicen jornada promedio de…”.

Sin embargo, desde el Ejecutivo, no ven con buenos ojos la importancia a nivel de discusión nacional que ha alcanzado el denominado proyecto “40 horas” y han anunciado que recurrirán al Tribunal Constitucional para que este órgano se pronuncie respecto de si la moción de las diputadas comunistas cumple con los requisitos dispuestos por la Constitución para ser discutido.  Paralelamente, el presidente Sebastián Piñera aseveró  que usará “todos los instrumentos” a su alcance para que se respete la Carta Fundamental, y no descartó la idea de aplicar un veto presidencial.

El proyecto 40 horas, según información entregada por la encuesta Cadem, es mayoritariamente aprobado por la ciudadanía con un 71 por ciento de preferencias favorables. A la vez, un 60 por ciento de los encuestados se manifestó contrario a la idea del Gobierno de ejercer su derecho a veto.

El gobierno se niega a las 40 horas

Nicolás Monckeberg, ministro del Trabajo y Previsión Social

Una vez más desde el gobierno quieren ponerle freno a las 40 horas. Este domingo, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, lanzó una dura arremetida contra la iniciativa. El secretario de Estado advirtió que éste tendría consecuencias como “pérdida de empleo y reducción de remuneraciones”.

“El proyecto que han presentado las diputadas (Camila Vallejo y Karol Cariola) trae lamentablemente como consecuencia la reducción de empleos, pérdidas de empleo y la reducción de remuneraciones”, expresó Chadwick.

Agregando: “¿O alguien piensa en Chile que porque me bajaron las horas de trabajo voy a seguir ganando lo mismo? No”. 

El titular del Interior, por otra parte, defendió que, en comparación, el proyecto impulsado por el Gobierno -que reducía a 41 horas semanales y añadía flexibilidad horaria- es un “buen proyecto, porque reduce la jornada -que es un objetivo importante-, pero que va acompañada de flexibilidad y de gradualidad”. 

En cambio, “el proyecto de las diputadas del Partido Comunista es reducción de jornada, pero con pérdida de trabajos”, reiteró en la instancia.

“El gobierno está convencido que es un mal proyecto y que lo peor que nos puede pasar es que, por reducir la jornada un par de horas, tengamos la mayor reducción de jornada que es quedar cesante”, concluyó Chadwick al respecto.

¿Unidad en la oposición?

Francisco Huenchumilla, senador DC


Tras los reclamos y recriminaciones por el voto de tres diputados independientes y dos de la Democracia Cristiana en rechazo a la acusación constitucional contra la ministra de Educación, Marcela Cubillos, los que derivaron en el fracaso del libelo, la oposición busca dar vuelta la página y algunos partidos ven el proyecto de "40 horas" como próxima prueba de un posible trabajo conjunto.

Con el transcurso de las horas, en la oposición se empezó a plantear una segunda lectura: que en esta oportunidad, la DC y los radicales estuvieron trabajando en conjunto con el resto de la oposición para conseguir los votos, lo que no había pasado con otros proyectos.

El presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, quien había ligado con la unidad del bloque la votación de la acusación, aseguró que "teníamos una mayoría nominal en el Congreso y esa mayoría no se ha expresado de manera concreta. Eso no quiere decir que seamos minoría en el país y lo que tenemos que hacer nosotros es construir una posibilidad de ser mayoría. Ahora, ¿esa posibilidad ha quedado definitivamente postergada por el resultado de esta acusación constitucional? Yo creo que no", sostuvo Teillier.

El líder del PC dio cuenta de que "quedan algunos otros proyectos de ley que nos van a decir si esto se rompió definitivamente o todavía hay posibilidades de recuperación".

Desde la directiva de la DC, su timonel Fuad Chahín manifestó que más que amenazar o advertir, lo que se debe hacer es "conversar".

El senador Francisco Huenchumilla, a su vez, sostuvo que se cometieron errores en la acusación constitucional, aunque declinó apuntar sus dardos al Partido Socialista, cuyos legisladores presentaron el libelo.

"Creo que es un error político que se cometió, una mala implementación, un mal diagnóstico y que esto viene a corroborar una vez más que la centroizquierda está en deuda consigo misma para los efectos de lograr consensos vinculantes, que sean respetados y que signifiquen un plus", dijo Huenchumilla.

El timonel socialista, Álvaro Elizalde, defendió la decisión de concretar el libelo acusatorio, indicando que "ésta fue una decisión que tomaron los diputados. Lo hicieron defendiendo convicciones".

"A nadie se le puede criticar por defender una convicción. Ésta es una convicción muy profunda: defender la educación pública", aseveró.

Por su parte, en el Frente Amplio, el jefe de comité de Revolución Democrática, Pablo Vidal, dijo que "aunque hubiésemos ganado la oposición el martes (en la votación de la acusación), no creo que eso significaba que estábamos en condiciones de pensar en pactos electorales".

"Bajo ningún punto de vista esta acusación era un termómetro para pensar en un pacto electoral. Eso pasa por otras definiciones de otro tipo, en la cual nosotros, como Frente Amplio, estamos construyendo una alternativa y veremos con qué actores se puede dialogar respecto de esos proyectos, propuestas, programas", expresó.