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Exclusivo: Luis Posada, el terrorista que vino a Chile a matar a Fidel Castro, que atentó contra Letelier y que murió bajo la protección de EEUU

Por: Alfredo Peña
El terrorista Luis Posada Carriles murió este 22  de mayo en Florida, Estados Unidos (EEUU), a los 90 años de edad, bajo el amparo y protección del gobierno y sistema de justicia norteamericano, de los actos  terroristas en los que estuvo involucrado en su larga y violenta vida.

El ex-agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), murió libre y sin pagar condena por los atentados terroristas, crímenes, torturas, desapariciones y muertes en los que estuvo implicado.

Entre estos destaca la voladura del avión Douglas DC8 de Cubana de Aviación, en el que murieron 73 personas, entre ellas los integrantes de la selección de esgrima de Cuba, que había participado exitosamente en el IV Campeonato Centroamericano y del Caribe de Esgrima de 1976, que se había realizado en Caracas, Venezuela.

El vuelo CU-455 con destino a La Habana, Cuba, estalló a 18.000 pies de altura, 20 minutos después de haber despegado de Barbados. Este hecho es catalogado como uno de los peores atentados terroristas del hemisferio occidental.

Su autor intelectual Luis Clemente Faustino Posada Carriles, conocido por su obsesiva militancia ultraderechista, anticastrista y anti-revolucionaria, estuvo implicado en acciones terroristas en EEUU, Cuba, y otras naciones latinoamericanas, así como intentos de innumerables atentados contra el líder fundador de la Revolución Cubana, Fidel Castro.

Nació en Cienfuegos, Cuba, en 1928, y vivió en Venezuela durante un largo período, de hecho, se nacionalizó como venezolano y trabajó en la Disip, la policía política de los gobiernos de derecha de los años setenta.

 Asesor del Mamo Contreras y Pinochet

Posada Carriles fue agente de la CIA entre 1960 y 1974, tiempo en el que fue enviado como asesor de seguridad de los servicios secretos de Argentina, Chile, El Salvador, Guatemala y Venezuela. Fue uno de los creadores del Plan Cóndor que unificó los grupos de seguridad de las dictaduras.

En 1971 estuvo comprometido en un fallido atentado en contra de Fidel Castro, quien realizaba una visita a su homólogo chileno, Salvador Allende.

En ese año, apoyado por grupos derechistas de Patria y Libertad intentó asesinar a balazos a Fidel Castro en una de sus múltiples actividades masivas en nuestro país.
 
Según han señalado algunos participantes y cómplices de esa visita, la idea de Posada Carriles era atentar contra Fidel Castro cuando estuviera en las cercanías de la Estación Central, donde llegaría en auto descapotable a visitar la entonces Universidad Técnica del Estado, hoy Universidad de Santiago. En esa universidad, se encontraba el cantaautor Víctor Jara -posteriormente asesinado por militares en el Estadio Chile- y que hacía clases en esa casa de estudios.

El magnicidio no se pudo realizar porque Fidel Castro andaba con una gran escolta de policias cubanos y de civiles chilenos pertenecientes a los denominados GAP (grupo de amigos personales) que ayudaban a proteger también al entonces presidente Allende.
 


 En 1976 estuvo implicado en el asesinato de Orlando Letelier, quien fue canciller del gobierno de la Unidad Popular de Chile de Allende, derrocado por la dictadura militar de Augusto Pinochet y apoyada por el gobierno de los EEUU en 1973. El atentado contra Letelier se produjo el 21 de septiembre en Sheridan Circle, Washington, D.C., en los Estados Unidos.

Posada Carriles prestó colaboración a Michael Townley, doble agente, de la Cía, y de la DINA, para que hiciera estallar el vehículo donde iba el ex canciller de Salvador Allende.

Posada le había conseguido los elementos explosivos con que Townley asesinó a Orlando Letelier y su asistente Rony Moffit.
 


El atentado, ocurrido a cinco cuadras de la casa Blanca, marcó el fin de la era del “Mamo” Contreras, Jefe de la DINA, por la indignación que produjo en el gobierno de Estados Unidos que el crimen se realizara en la propia capital estadounidense.

Ese mismo año Posada Carriles organizó el atentado terrorista de Cubana de Aviación que le costó la vida a 73 pasajeros (57 cubanos, 11 guyaneses y 5 norcoreanos), hecho por el cual fue enviado a prisión en Venezuela, pero huyó una década después,  el 18 de agosto de 1985, durante un cambio de guardia en la prisión en la cárcel de San Juan de Los Morros, en los Llanos venezolanos. Desde entonces Posada Carriles era requerido por la justicia venezolana.

Bajo el amparo de EE.UU.

Posada Carriles continuó  su largo prontuario terrorista tras huir de la cárcel a los 57 años de edad. Se refugió en Centroamérica, en Honduras, Guatemala y El Salvador, durante gobiernos militares y de derecha. Apoyó actividades contra-revolucionarias en Nicaragua, contra la Revolución Sandinista, que había llegado al poder en 1979.

También organizó diversos atentados terroristas en hoteles de Cuba, como el de 1997, en el que murió un joven turista italiano, además de causar numerosos heridos y daños materiales. Todos estos hechos los reconoció en el libro “Los caminos del guerrero” (1994) y en una entrevista al periódico estadounidense The New York Times en 1998.

En el 2005 fue detenido en los EE.UU., al intentar ingresar ilegalmente a esa nación. El gobierno de Venezuela, de Hugo Chávez, pidió su extradición por el caso de la voladura del avión cubano y su evasión de la cárcel venezolana en 1985.

Sin embargo, en el 2007 fue excarcelado bajo fianza y en 2011 fue absuelto de 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento, en el caso que se llevaba en su contra en un tribunal de Texas. La decisión señalaba que Posada Carriles era un hombre “viejo e inválido”.

A pesar de su larga actuación y  numerosas pruebas de terrorismo en su contra, Luis Posadas Carriles vivió y murió impunemente bajo la sombra y la protección de los EE.UU.

 Atentado a avión cubano

Uno de los eventos más mortíferos vinculados a la labor de Posada Carriles sucedió en 1976, cuando estalló un avión de Cubana de Aviación cerca de la costa de Barbados. Murieron las 73 personas a bordo, incluidos adolescentes del equipo de esgrima nacional cubano.

Un reporte del FBI fechado en noviembre de 1976 y obtenido por el Archivo de Seguridad Nacional indica que una fuente fidedigna avisó que Posada Carriles había estado en las dos reuniones en las que se planeó el atentado.

Posada Carriles vivía en Venezuela cuando sucedió el ataque; fue sometido a un juicio, pero finalmente exonerado. Se quedó en prisión en lo que los fiscales apelaban el fallo en busca de llevarlo ante un tribunal civil. Sin embargo, escapó, disfrazado como sacerdote. El cubano-venezolano siempre insistió que era inocente respecto al bombardeo del avión, que calificó de una “fechoría abominable”. Estuvo nueve años en una prisión venezolana.