Por Mario López M.
Muy lejos de encontrarse apesadumbrado por la reciente derrota que sufrió la centroizquierda en la presidencial, el exministro está con bríos renovados, pensando en qué pasó, tratando de entender qué dijo la ciudadanía, tarea que está pendiente hace un par de décadas en el sector, dice.
No solo lame las heridas, también piensa cómo enfrentar al gobierno de Piñera, las tareas del centro, la izquierda y quienes están más allá. Lanza un par de afirmaciones que de seguro sacarán más de alguna roncha: Una, que es revivir una especie de UP, sin el FA ni la DC, sólo el PS, PPD, PC y PR.
“Es necesario reforzar un centro político en la oposición en que están el PPD, PS, PR y el PC”, una especie de UP de antaño, entendiendo eso sí que los tiempos son distintos”, asegura. Desde ese centro pretende articular hacia “la derecha” relativa donde él ubica a la DC y algo más a la izquierda, el FA.
Cifras en mano fundamenta cada respuesta. A sus anchas en la Fundación Chile 21, de manera descarnada analiza el Chile de hoy, el que pareciera no entendió la centroizquierda y sí la derecha. Derrota a medias, dice, ansioso de lograr construir un bloque que reúna a la mayoría parlamentaria en la defensa de los avances logrados con Bachelet, a quien llama “el Ángel de la Guarda”, que sin embargo antecedió a las dos derrotas electorales en los últimos cuarenta años del progresismo.
- Ya han pasado algunos días y aunque aún es temprano para conclusiones absolutas, ¿cuáles estima usted que fueron las razones de la derrota?
Tuvimos una derrota corta y una derrota larga.
La derrota corta es la de hace un mes. Esa tiene elementos de consenso en la justificación. Dos candidaturas presidenciales de la Nueva Mayoría, dos listas parlamentarias, no haber tenido Primarias y todo eso, dio un 22% en primera vuelta, el peor resultado de la centroizquierda desde el año 90.
- Si hablamos de centroizquierda el resultado fue casi un 29%, si sumamos a Guillier y Goic…
Un 28, para ser exactos, el peor escenario, pues con Frei tuvimos el 29%, casi treinta. La derrota corta está ahí. Sume, por lo que uno va sabiendo y lo que escuchó, que hubo una desarticulación entre el comando del candidato y los partidos, más algunas falencias objetivas que en mi opinión marcaron el destino, como por ejemplo el debate.
- El resultado no era claro para la derecha después del 19 de noviembre, ¿qué pasó?
Efectivamente y entrando más en detalle, ellos estuvieron asustados, porque al día siguiente de la primera vuelta, estábamos empatados, Piñera y Guillier e incluso una leve ventaja para nosotros. Todo eso se mantuvo hasta el debate. En el debate inmediatamente se nos caen 4 puntos.
En el debate el desafiante era Guillier, el desafiado era Piñera y pasó al revés y la guinda de la torta del debate fueron los 2 minutos que se demoró en responderle a la Mónica Rincón el tema del CAE.
- Todo eso es la “derrota corta”. Y qué pasa con la “derrota larga”.
La derrota corta no puede esconder lo que es la derrota larga. Nosotros empezamos a perder hace 21 años atrás. Digo nosotros por la coalición de centroizquierda que actualmente es la Nueva Mayoría y que entonces se llamaba Concertación, cuando perdimos un millón de votos en las parlamentarias del 97. Ganamos, 50,05% pero perdimos un millón de votos.
Allí surgió el debate entre complacientes y flagelantes, nunca resuelto. Dos años después estuvimos a punto de perder con Lavín. Nos salvamos en dos cosas. El liderazgo de Lagos y el voto comunista en segunda vuelta.
- Eso a pesar que Gladys Marín había llamado a no votar en el balotaje por ninguno de los candidatos.
Así es, sin embargo si uno analiza las mesas, ahí están los votos (5%) y El Mercurio hizo un análisis comuna por comuna o mesa por mesa y las sumas de Lagos-Marín correspondieron casi exactamente a la ventaja de Lagos sobre Lavín en segunda vuelta.
Luego de Lagos parecía que el candidato natural para reemplazarlo era Lavín, hasta el 2004, ahí surgió el “Ángel de la Guarda”, Bachelet. Gobernó y salió con un 84% de aprobación, sin embargo nuestro candidato Frei, en primera vuelta, sacó el 29. Y a nuestra izquierda, estaban con 20 por ciento ME-O y seis Arrate.
Llegó Piñera y no hicimos la autocrítica que se debió hacer, porque el “Ángel de la Guarda” venía de nuevo desde Nueva York. Ganamos como nunca en 2013, con un 62,38% en el balotaje, mayoría en las cámaras, pasaron 4 años, Bachelet termina con el 40% gobernando y nuestro candidato en segunda vuelta con el 45%.
- La pregunta entonces es, ¿qué les pasó?
Entre la derrota corta y la derrota larga, para explicar qué pasó y no especular, elegí las 2 comunas de mayor y menor participación en la región Metropolitana, donde se puede establecer una comparación entre comunas diversas en ingresos económicos.
Como PPD, como Nueva mayoría y como gobierno, debemos explicarnos por qué hace 4 años en La Pintana votó solo el 34% de lo cual Bachelet sacó el 76%. Pasaron 4 años y votó el 37%, tres puntos más ahora y sacamos el 56% con Guillier. Por qué perdimos 20 puntos en La Pintana. La segunda pregunta es por qué en Vitacura se levantó el 73% a votar, diez puntos más que hace 4 años y la derecha sacó allí el 88% al igual que en la elección anterior.
- Salgamos del análisis un momento. Usted nombró al PPD. ¿Es cierto que va de candidato a la presidencia del partido?
No, porque Ehhh mira, el punto es el siguiente, tú no puedes ser la guinda de un cuerpo que está en la UTI. El PPD está en la UTI. Esta es la peor derrota que hemos tenido desde el año 89, en votos, que es lo que importa. Lo que tenemos primero que hacer en el PPD es respondernos las mismas preguntas que antes hacía: por qué la Cristina Girardi sacó un 4%, por qué Gonzalo Navarrete no salió en el distrito 9, por qué el diputado Cristián Campos se perdió en Talcahuano, por qué el diputado Felipe Letelier se perdió en Rancagua-Rengo, por decir cosas concretas.
Al hacernos entre otras estas preguntas e ir elaborando respuestas, vas construyendo identidad a partir de las respuestas. Si alguien cree en el PPD que esto se resuelve por un nombre, está profundamente equivocado. Esa es la autocrítica que tenemos que hacer y eso define qué tipo de partido queremos.
- ¿Y cuál es ese partido?
Voy a hacer una caricatura. Si alguien me dice que perdimos -y gana esa posición-, porque no le hicimos caso a la Sofofa, yo no tengo nada que hacer ahí. Lo que sucede entre nosotros, lo que percibo, son dos macro respuestas.
Un sector tiene una macro respuesta parecida a la de la Democracia Cristiana o a algunos socialistas muy renovados, que es que nos despreocupamos del crecimiento o del empleo, pero no siguen lo que viene a continuación. El crecimiento bajó por un ciclo económico del cobre que explica dos tercios de la baja y además se nos olvida que tuvimos la oposición del 1% más rico de Chile que a su vez controla más de un tercio de la economía, desde el día uno. Sume los medios.
El nivel de concentración económica en Chile es tan brutal. Hay casi un millón cien mil empresas registradas en Impuestos Internos. Diez mil cuatrocientas, casi el 1%, factura el 84% de todas las ventas de Chile y generan el 82% de toda la inversión privada en nuestro país. Si esa gente, los que deciden día a día, dicen, con la reforma tributaria y la reforma laboral nos vamos al carajo, la respuesta es la pérdida de confianza como sucede hasta el día de hoy.
Entonces, la macro respuesta derivada, por así decirlo, de que cometimos errores por no plantear el tema del crecimiento y el empleo con más fuerza, no considera ese dato político estructural.
- Y como contrapartida, ¿cuál es su macro respuesta a ello?
Mi macro respuesta es que muchas de las reformas tuvieron vacilaciones y errores políticos. Déjame desarrollarte una. La reforma tributaria era fundamental para la infraestructura hospitalaria, para la ley de inclusión, para la preescolar, para la universitaria. Se planteó 3 puntos del PIB, que son 8.200 millones de dólares. Se subió el impuesto de primera categoría de 20 a 27%. Qué dice el Banco Mundial. Que el objetivo de la reforma se cumplió en gran parte porque el 92% de lo recaudado lo coloca el 1% más rico. El problema es qué pasó con el otro ocho por ciento.
Y socializamos el efecto de la reforma en el conjunto del país. Las bebidas, los alcoholes, los cigarros. Un ejemplo concreto. Cuando un ciudadano chileno se compra su primer auto chino de $7.000.000, tiene que pagar el impuesto verde. Cuando se casan dos maipucinos, ambos profesionales ganando un millón y medio los dos y quieren comprarse un departamento, que cuesta 80 millones de pesos, tienen que pagar el 19% del IVA. Entonces, Andrónico Luksic, el principal aportante de la reforma tributaria, se transformó en socio político del que compra cigarro, del que compra pisco, el departamento o el auto chino.
- ¿Y qué pasó con las otras reformas?
Veamos la reforma educacional. Educación parvularia, cero problema, tenemos 70 mil nuevos cupos. Ley de Inclusión, espectacular, fin a la selección, al lucro y al copago. Pero, por qué no nos focalizamos en la educación pública. Gran carrera docente, pero con la oposición del Colegio de Profesores. La reforma laboral, quizás la más importante desde la del 91, terminan siendo opositores, simultáneamente la CUT y la Sofofa. Terminamos en que la titularidad sindical se cayó por la intervención de la tercera cámara del Congreso, el Tribunal Constitucional de derecha. Pero ¿y la huelga efectiva llena de matices con el reemplazo?
Avanzamos un poco con los beneficios de los no sindicalizados de común acuerdo entre patrones y empleados, avanzamos un poco en la negociación interempresas, pero lo que requiere Chile en reforma laboral es negociación por rama, porque si bien hay 12 mil sindicatos con un millón doscientos mil afiliados que representan el 20% de la masa laboral chilena. Los que negocian colectivamente en nuestro país es el 6% de los trabajadores. Estos son ejemplos de errores políticos. Esta es parte de mi macro respuesta.
Otro ejemplo. Tengo una buena relación con Jorge Burgos. Me considero su amigo. Pero él en una entrevista, hace dos meses atrás dijo que él no debiera haber aceptado ser ministro del Interior. Pero no por mala relación con Bachelet, ni mucho menos, sino porque Burgos no creía a pie juntillas como creía Bachelet en las reformas. Entonces también hubo un problema de elenco. Si un proceso transformador no va acompañado de gestión política y de convicción política, se debilita.
- Sí, pero Burgos no llegó ahí por una decisión política prefijada, sino que por una crisis, la caída de Peñailillo y compañía, que sí eran parte del equipo de Bachelet.
Así es.
- A todo esto usted está vestido de negro entero, ¿se prepara para asistir al funeral de la Nueva Mayoría?
(Ríe) Nooo, fue lo primero que encontré. Bueno, lo digo de esta manera. Con la correlación de fuerzas actual, en 3 años más tenemos (elección de) alcaldes, concejales y gobernadores regionales (ex Intendentes). La única posibilidad de ganarle a la derecha, es una coalición desde la DC al FA.
Hubo 2 elecciones en Chile hace un mes, la presidencial y la parlamentaria: En el Congreso, La DC, la izquierda más el FA, valen el 57%. La derecha en la parlamentaria sacó el 38%. Ese es el objetivo, llegar unidos al próximo evento ciudadano. Pero hay que ir construyendo ese acuerdo. Partamos por la familia, resuelto el problema que planteaba para el PPD, este debiera ser parte de una especie de “centro de la oposición” que incluya al PPD, PS, PR y PC y ahí tengo una discrepancia con Heraldo Muñoz. Si expulsas al PC, es natural que este vaya hacia el Frente Amplio.
No es el centro político, sino que un centro de la oposición. Así articulas hacia tu izquierda, el Frente Amplio y tu derecha, la Democracia Cristiana.
- Un momento, ¿está diciendo que la Democracia Cristiana no es el aliado natural de este “centro de la oposición”, es decir, estaría fuera de la hoy llamada Nueva Mayoría?
Así es, entre otras cosas porque la DC tiene que resolver qué Democracia Cristiana es, la de Pérez Yoma o la de Huenchumilla; la de Provoste o de Ignacio Walker; la del diputado Víctor Torres o Silber o la de Mariana Aylwin. Como hoy son mis socios, que lo resuelvan ellos, pero donde hay más coincidencias es respecto del PS, PPD, PR y PC que fue la fuerza que sacó el 24% de los votos en la última parlamentaria.
- Aclaremos. ¿Está priorizando en el PC que obtuvo un 5% del electorado versus la DC que en materia parlamentaria obtuvo entre un 12 a 13%? Es decir, guardando las diferencias históricas, usted dice, reconstituyo la Unidad Popular (UP) y la UP dialoga con la Democracia Cristiana que tiene que definirse y con el Frente Amplio que tiene que definirse.
Así es. Pero hoy día, esos partidos (PPD, PS, PR y PC) deben entenderse con el FA y la DC, en la perspectiva de 3 años más confluir en la gran coalición.
- A todo esto, usted ha planteado la necesidad de autocríticas en el centro, la izquierda y el FA. Estos últimos parecen no hacerse ninguna.
Así es, con discusiones absurdas acerca de disputarse la presidencia de la cámara por las mujeres y con Beatriz Sánchez de vacaciones.
- El FA, fue menos que ME-O en la presidencial aunque sí articularon presencia en el Congreso a diferencia del PRO. ¿No lo estarán “inflando mucho”, medios “enamorados” como dice ME-O?
Sí. A ver, primero le falta la autocrítica al FA por haber salido terceros y no segundos. Es una fuerza importante a nivel parlamentario con 21 congresistas y 16% de los votos. Pero les falta un detalle de la historia del FA, que es el concepto de correlación de fuerzas. Las posiciones del FA por sí mismas, nunca van a gobernar. Con el 20 por ciento no gobiernas. Debe haber una disposición a entenderse con la otra izquierda y ojalá con la centroizquierda, para que las ideas de uno sean factibles de realizar, sino es puro testimonio.
- Presumamos que se articuló una oposición única de esta especie de Unidad Popular, con el FA a la izquierda y la DC a su derecha. Qué oposición hará a Piñera. La dura de ni sal ni agua, como lo hizo la derecha con Bachelet o la de colaboracionismo que pide el Presidente electo, o una de vigilancia de los avances y apoyo en lo que beneficie.
Una forma de ordenarse es defender las reformas de Bachelet, como la primera gran tarea de la mayoría parlamentaria. No hay retroceso. Yo sé que el FA quería una reforma tributaria más grande incluso con el impuesto a los más ricos, que no comparto, pero al menos no querrán retroceder ni le darán el voto a Piñera para bajar los impuestos a las empresas del 27 al 25%.
- Vamos a otro tema. ¿No siente que estamos dejando fuera del análisis de los resultados que más del 50% de los chilenos con derecho a voto, no sufraga, lo que le quita legitimidad a la democracia?
Cuando planteaba lo de La Pintana y Vitacura, es que la centroizquierda no levantó a su gente a votar.
- ¿No hay autocrítica en esto? Dónde quedó la “alegría ya viene”, la diferencia ética que se enrostraba a la derecha, más allá de nombres, varios en la centroizquierda fueron salpicados por casos de corrupción… ¿la gente no los está castigando?
Yo creo que ese mundo que no vota, que dejó de creer en nosotros, está ahí, socio demográficamente, son los que no votaron. En la sierra maestra de la derecha en la región Metropolitana, Las Condes/Vitacura/Lo Barnechea, un 88% en Vitacura, 82 en Las Condes y 86 en Barnechea con un promedio de participación de un setenta por ciento. En nuestra sierra maestra, Santiago sur, un promedio de participación de un 40%, aunque ganamos en casi todas partes. ¿Por qué no se levantó a votar por lo que le interesa en una elección que era importante para su vida? Eso es lo que hay que responder.
- Qué tanto le extrañaría que en el próximo gabinete de Piñera apareciera un ex DC o un FA o un mismo PPD, como fue el caso de Flores en el gobierno anterior.
No me extrañaría mucho, entendiendo que ese es el discurso de Piñera de “unidad nacional”, lo que pasa es que él tiene una experiencia no muy grata con Ravinet. Un gobierno de unidad nacional, como se entiende en la política contemporánea y moderna, es un gobierno de coaliciones, modelo alemán, pero no un gobierno de personas, eso solo un símbolo, pero no un acuerdo político, no hay margen a un acuerdo político.
- ¿Cambió Chile culturalmente? ¿Al chileno le da lo mismo tener como Presidente a una persona que ha sido cuestionada ética y jurídicamente por sus negocios al límite de lo legal, que incluso podría mañana ser solicitada su extradición en Argentina donde está imputado?
Voy a dar una respuesta cliché al respecto. La sociedad chilena cambió bajo la hegemonía de la cultura del mercado, se privilegia lo individual por sobre lo colectivo. Hoy el discurso ideológico más profundo de la derecha apela a eso: “Voy a gobernar para que usted salga, por sus propios medios”. Uno podría responder que el 80% de la salud depende del Estado, Fonasa, que el 93% de la educación, incluyendo la subvencionada depende del Estado, donde el papá ponía 20 lucas de copago, el Estado le ponía otras 60 lucas al lado.
La inteligencia de la derecha fue capaz de sintonizar con ese personaje que existe, que dice, la política me da lo mismo, nadie trabaja por mí y me va a dar mañana para comer en mi casa, sin tener la visión que es la política la que define su sueldo, la política de salud, laboral, previsional etcétera.
- ¿Le gusta el fútbol?
Sí, soy de Wanderers.
- Se lo pregunto porque quiero que me diga en qué cancha se va a jugar el partido estos próximos 4 años. En el Congreso o mediocampo, donde terminarán empatados o en la calle, donde los “contragolpes” pueden ser letales.
Esta va a ser una multicancha, no solo una. El partido desde el punto de vista concreto –porque puedo salir a gritar todos los días con un millón de personas a la Alameda, pero no voy a mover una coma de la ley-, se va a jugar con prioridad en el Parlamento donde se va a enfrentar el gobierno con mayoría ciudadana pero con minoría parlamentaria, con un 38% de los votos y el 47% de los asientos. Es cierta tu pregunta de cómo no desarmar las mayorías parlamentarias, por eso hay que tener claro que hay dos hechos que serán muy indicativos. El primero, el gobierno del parlamento y el segundo, qué hacer frente a las primeras propuestas de Piñera que busquen retroceder en las reformas de Bachelet.
- Juéguesela. Sin bola de cristal, cómo avizora los próximos 4 años en el país.
El país va a crecer el doble de lo que creció con Bachelet, porque el ciclo económico no será el mismo. La minería da cuenta en Chile del 50% del crecimiento y este año tendremos entre un 3 y un tres coma cinco, eso es más empleo y va a ser el gran “logro” de Piñera. Que si lo hace políticamente de manera inteligente, va a redituar.
Va a tener una tensión permanente en el intento de la base económica, política y cultural de la derecha por retroceder en las reformas de Bachelet. No ha tomado el gobierno y ya ha dicho no a la ley de identidad de género, no al matrimonio igualitario, no al 5% en materia previsional, sino que al 4. Sí a las AFP ese 4% y no a la Agencia Pública. Ahí se va a encontrar con nosotros.