Oh I'm just counting

Jaime Hales hace un análisis "sismológico" del Gobierno: "El país está con una tembladera permanente y la falla más grande está en La Moneda"

Por María Cristina Prudant

Jaime Hales, es un personaje. Es abogado de profesión que ejerció, pero que abandonó por la disciplina holística.  Es tarotista, escritor y fue uno de los primeros en crear una academia de estudios holísticos: Syncronía, que a partir de 1994 abrió sus puertas para la formación rigurosa de esta disciplina. También le interesa la política y se preocupa de lo que pasa en el país, de la contingencia política y social. Ya tiene su candidata para las presidenciales y es la senadora Ximena Rincón “la única capaz de hacerle la competencia a Lavín”, dice a Cambio21. 

¿Cómo le fue con el temblor de la semana pasada?
No sabía que la gente se había asustado tanto porque yo estaba solo. Fue bien fuerte. ¿Dónde fue el epicentro? nos pregunta.

A 47 kilómetros de Pichilemu, porque parece que ahí hay una falla.
Bueno si,  hoy día la falla más grande está en el centro. En La Moneda...

¿Pero Piñera dijo en Teno (El Maule), donde lo pilló el temblor, que él está más tranquilo que todos y dijo que ese temblor había sido un homenaje de la tierra para los agricultores?
Mire que lindo. Quiere decir que la tierra  ha pasado homenajeando a Chile.

¿Cómo está observando usted el panorama en La Moneda?
La verdad que poco porque es tan poca la variable. Ellos son tan fanáticos y categóricos para hacer todas las afirmaciones y tan inconsistentes en lo profundo ¿no? Porque no solo cambian el discurso cómo van las cosas. Yo recuerdo que en la época de la Presidenta Bachelet, que no era santo de mi devoción por lo demás, pero ellos decían que los problemas económicos eran derivados de la incompetencia del gobierno. Ahora los problemas son derivados de la crisis exterior, o sea, como si en esa época no era, Y cuando el gobierno decía que era la crisis exterior, decían no las crisis no afectan tanto. Bueno, resulta que ahora tienen eso. Segundo que tienen el problema de la desconfianza.

Los empresarios no confían en él, sus hinchas no confían en él, sus partidarios, los suyos no confían en él, es  una cosa tremenda. Entonces, el país está con una tembladera permanente. Además, esta cosa, un discurso destemplado. Escucho a Cecilia Pérez, que a mí me cae bien como persona, pero uno la escucha en este papel de ministra, más bien como una relacionadora pública y es una cosa atroz. Atroz porque a todo le pone una violencia. Esta pelea con los jueces, por ejemplo, si lo que le dijo el ministro (Cisternas) es lo justo: si hay pruebas de esto que hagan los trámites de rigor y apliquen sus facultades. Y ella habla destempladamente porque ella es muy destemplada.

Hoy escuché a (ministro del Trabajo) Nicolás Monckeberg,  con un anticomunismo así pero fanático. Porque bastaba con decir: mire el proyecto que está no es tan bueno, el nuestro es mejor creo que hay que fundir los proyectos, cualquier cosa así.  No, él (habla con voz enérgica) es que los comunistas hasta cuando qué se yo, o sea, están peleando mucho, son muy enojones, están muy violentos.

Y también de todo le echan la culpa al anterior gobierno
O, a esta oposición  que en realidad es una montonera, seamos francos. Pero, igual no tienen capacidad para ser tan importantes. Ellos le están dando más importancia.

El gobierno ha logrado acuerdos con la oposición, el Partido Radical, la Democracia Cristiana
Y para otras cosas ha hecho acuerdo con todos. Ha habido aprobación de proyectos de forma casi unánime. No, si esta cosa del obstruccionismo, yo creo que los problemas de la oposición pasan por la incapacidad de sus dirigentes de ponerse de acuerdo, pero no es que hay aquí una cosa terrible el obstruccionismo, ni ninguna de esas cosas, yo no creo en eso, de verdad no creo. No tengo la impresión de que, efectivamente sea así. Tengo la impresión que los errores son menos graves de lo que parecen.

¿Qué le parece la situación económica  del país?
Es que pasa que la realidad no acompaña el discurso  que ellos tenían. No lo puede acompañar  porque ellos acusan a otros partidos de ideológicos y ellos son muy ideológicos. Tienen una idea de cómo hacer las cosas y esa idea, que parece muy decente que sean ideológicos, pero esa idea no puede ser a ultranza. Tienen que ser capaces de llegar a entendimientos, pero  ellos tienen una ideología muy dura. Por eso digo que creo que la cosa está muy confusa ahí en La Moneda porque ellos no han sido capaces de, realmente lograr lo que se tiene que lograr que sea un acuerdo con los partidos en general. Ir buscando solución con los partidos que le permita avanzar.

Entonces, ¿cómo evalúa usted la gestión de Piñera?
Errática y excesivamente ideológica porque intentan como imponer algunas cosas, pero en sus conductas ellos no lo logran porque no saben bien para donde van. Estas peleas con los jueces, no tienen claro para dónde van. Yo lo califico así. Ahora, lo que me parece a mí más importante es lo que pasa con algunas áreas. lo económico por supuesto que anda muy mal, lo social por supuesto anda muy mal en eso, no, una conducta muy errática, todo el problema en la Araucanía, que no son capaces de buscar soluciones, yo no digo encontrarlas porque eso es mucho pedir. Yo no puedo pretender que un gobierno en un año lo solucione de un viaje, pero sí puedo pretender que hagan esfuerzos por encontrar una solución y no solamente el discurso que es muy duro.

Hay otras áreas que están completamente descuidadas como la cultura, el deporte.

Sobre el tema de la seguridad ¿qué opina?
Eso es más profundo porque resulta que ellos han hecho también el discurso de que la seguridad es cosa de más represión. Ellos avanzan en un discurso que es muy raro porque ellos hablan de la represión, más leyes y más leyes, o sea, ellos creen que las leyes arreglan los problemas  y o han entendido que no es así, que son las personas y las policías. Lo que sucede es que hay algunas instituciones que han posado por años, no solo estoy pensando en la Compañía de Jesús por supuesto, de una dignidad y una cosa tremenda. Pensemos, por ejemplo, en Carabineros. En realidad, ahí es una corrupción tan profunda, todos los días aparecen noticias de carabineros implicados en cosas.

Salió lo del padre Poblete y pasó soplado, la noticia de las 19 Carabineras de La Araucanía que  estaban cobrando demás. Casi nadie se da cuenta a nadie le importa, pero es una cuestión gravísima. Qué se le puede pedir a una policía cuando vive se tipo de crisis interna. Porque no es que sean ineficientes, ineficaces, el problema es que son corruptos. Entonces, esa corrupción hace que sea,  prácticamente imposible que ellos puedan hacer bien su trabajo. No lo pueden hacer bien porque están preocupados de su problema interno, o sea, los buenos policías que los hay en carabineros, no pueden actuar porque están evidentemente tensos por la relación que tienen con los compañeros que son tremendamente corruptos. Y no es uno o dos carabineros, es una cosa profunda, sistemática, completa y que sigue ocurriendo todos los días.

La gente cree que a raíz que se detectó la corrupción esto iba a parar, pero siguen habiendo hechos de ese tipo. ¿Por qué cree usted?
No tienen como parar. Además, es cierto que algunas cosas sucedieron un par de años y se están descubriendo ahora. Es lo mismo que pasa con la iglesia, con las instituciones, con la Compañía de Jesús. Yo uno mucho la Compañía de Jesús con carabineros, es como lo mismo son militarizados, son instituciones que no debieran ser militarizadas. En cambio creo que Investigaciones actúa bastante mejor. Me parece que esa institución ha mejorado muchísimo en los últimos 10 años.

Los problemas de corrupción también los estamos viendo en el Ejército.
En esto soy un poco categórico. Carabineros desde el carabinero raso hasta el general, hay mucha corrupción en todos los niveles, en el Ejército solo arriba, salvo ese sargentito que se robó la plata del cobre y fue al casino, el resto son todos de los alto mandos. Porque en el Ejército se corrompe por conducto regular. Son militares de verdad, en cambio los carabineros son militares de pacotilla y no son militares, tratan de serlo porque usan uniforme, entonces no tienen la disciplina que tienen los del Ejército que solo tienen que esperar llegar a generales para poder corromperse. Lo el Ejército es muy grave.

Creo que países como Chile no debieran tener ejército. El Ejército a los chilenos no le ha aportado nada. La guerra del pacífico no la ganaron los militares, la ganaron los civiles. La ganó el ministro Vergara, Patricio Lynch. Este es el ejército que más derrotas tiene en su  historia del punto de vista profundo. Es un Ejército que se ha dedicado a reprimir al pueblo. Es brutal en ese sentido. Entones, no lo necesitamos porque no hacemos una buena política de relaciones exteriores.

Yo confío mucho en este nuevo canciller. Del actual gobierno hay dos tipos que me dan mucha confianza; Teodoro Ribera y Hernán Larraín, a mi juicio, son los mejores ministros. Creo que Hernán debiera ser ministro del Interior porque es un gallo ponderado, serio, que lo respetan de todos los partidos, no es ambicioso. Y lo ha hecho bien. Y Ribera yo lo encuentro un tipo muy criterioso, inteligente y con ideas, porque el otro, el anterior, dicen que es buen escritor, a mí no me gusta como escribe, pero como ministro de Relaciones Exteriores lo  hizo pésimo. Los ministros no tienen que ser técnicos, tienen  que ser políticos.

Otra institución cuestionada es el Tribunal Constitucional. ¿Qué le parece a usted?
El problema es que tiene atribuciones que no debiera tener. Se la saca la derecha diciendo que el Tribunal se creó en la época de Frei. Pero era otro Tribunal con cinco ministros para otra cosa, para dirimir ciertas contiendas de competencia, pero este Tribunal es muy poderoso más que la Corte Suprema, que el Congreso, que todos. Eso no puede ser. Los países necesitan tener un Tribunal Constitucional para que dirima las cosas que no están porque ninguna Constitución del mundo puede dejar toda las cosas claras, siempre hay cosas que discutir y en las sociedades se discute.

El problema de fondo es que este Tribunal hecho por una dictadura de derecha que tiene un diseño para imponer cierto tipo de ideología de turno, o sea, el que tiene un voto más impone su ideología, esa es la mecánica y eso no es una cuestión que pueda funcionar bien.

¿Qué le paree a usted la ministra de Educación Marcela Cubillos?
Ella más que una ministra es una activista política. A mí me caía bien cuando era joven  porque era una mujer muy digna, muy peleadora. Ella declaró una vez en la revista Ya, cuando era diputada, y se separó de su marido decía que ella nunca volvería a casarse porque ella es una mujer de una sola palabra, que para ella el matrimonio era para siempre que jamás volvería a contraer matrimonio y aceptaba eso como un sacrificio por su fe, sus creencias y sus convicciones. Pero, resulta que se casó. Esa gente inconsistente y una activista política que le tiran un hueso y lo muerde. Ella filosa, tremenda.
 
¿Cómo ve el futuro del país, las próximas elecciones presidenciales?
Falta mucho. Mi temor es que no hay nadie para enfrentarse con Lavín, porque si el maneja el país como Las Condes, podemos tener una cosa tremenda. Creo que este el mejor momento de la historia para Lavín. Yo se lo dije hace muchos años, públicamente, que astrológicamente y energéticamente los mejores años de él iban a ser estos. Creo que él podría llegar pero el peligro que veo es que no hay nadie que se le oponga porque nosotros no tenemos mucho donde mirar.
 
La única capaz de competir en este momento, porque su partido está muy debilitado, la Democracia Cristiana, es Ximena Rincón. Es la más inteligente, la mejor candidata para mi gusto, pero la izquierda no va a dejar pasar a la Democracia Cristiana Pero, todavía es muy prematuro. Yo confío en que la Democracia Cristiana que se está moviendo un poco mejor pudiera mejorar las cosas, pero lo veo tan difícil. Los otros de la oposición los veo con una dureza tan brutal.