Aunque la pandemia de la Covid-19 ha generado una fuerte contracción en el Producto Interno Bruto (PIB) en casi todos los países del mundo, es claro que las familias más poderosas han incrementado sus ingresos de manera descomunal.

El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, aseveró que en el marco de la pandemia es menester combatir la profunda desigualdad en el orbe, "un pequeño grupo de individuos se está enriqueciendo exponencialmente a medida que miles de millones se quedan atrás en la pobreza", agregó.

De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, publicado en 2017, el 30.2 por ciento de la población vive en condiciones de pobreza, mientras que el 10.2 por ciento (62 millones de personas) están bajo la pobreza extrema. Los datos estadísticos son los más altos desde los esbozados en el año 2008.

El Banco Mundial reseñó que los cinco países más desiguales del mundo son: Sudáfrica, Haití, Honduras, Colombia y Chile.

Entre la lista es importante señalar que Haití afronta una desestabilización institucional desde hace varios años, donde el actual presidente sin reconocimiento, el juez Joseph Mécène Jean Louis, perpetró un golpe de Estado a Jovenel Moïse. Mientras pasa eso, el país se sumerge en la pobreza extrema.

Por su parte, Colombia continúa bajo un baño de sangre, en lo poco del presente año se han perpetrado 12 masacres y se han asesinado 24 líderes sociales y nueve excombatientes de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo (FARC-EP). El país sudamericano continúa bajo la lupa por la persecución política contra la oposición.

Mientras que Chile afrontará el próximo 11 de abril un proceso de electoral, los ciudadanos escogerán los constituyentes para la redacción de la nueva Carta Magna y sepultar la actual Constitución que dejó el dictador Augusto Pinochet.