Por mi formación política DC, soy partidario del diálogo y la búsqueda de acuerdos para que los seres humanos podamos vivir más felices. Para ello las democracias tienen órganos pluralistas con atribuciones variadas como los parlamentos, los CORES y los municipios. Allí deben confluir las distintas visiones existentes en la sociedad para buscar los elementos comunes y resolver democrática y civilizadamente las diferencias.
También defiendo y promuevo el diálogo entre actores sociales y políticos en las diversas instancias en las que se expresan las ideas o intereses de los denominados cuerpos intermedios. Mi experiencia de vida me enseña que se puede ser franco sin ser ofensivo y que la fuerza de algunos argumentos me permitió persuadir y, también, ser persuadido. He experimentado personalmente la importancia de crear un clima humano apropiado para esos encuentros ya que como he enseñado en los cursos que he dado y doy sobre liderazgo, facilita la comprensión de acuerdos y diferencias.
Todos debemos estar dispuestos a encontrarnos para buscar soluciones a los graves problemas que afectan a la sociedad, pero el clima cultural y político que se vive es esencial para ello. El año 1973, había que tener mucho valor físico y moral para dialogar. El gran Cardenal Raúl Silva pidió diálogo en los meses previos al golpe. La derecha y buena parte de la izquierda se negaron, pero el gobierno de Allende y el PDC, dirigido por Patricio Aylwin tomaron en serio el llamado. Aylwin dialogó hasta un par de días antes del golpe con Carlos Briones, Ministro del Interior del Presidente Allende, mi apreciado profesor de Seguridad Social, públicamente desautorizado por el PS de Altamirano. Alejandro Rojas, líder juvenil del PC recientemente fallecido y yo, Presidente de la JDC, habíamos sido elegidos diputados en abril del 73 y buscamos, a fines de agosto de ese año, acciones conjuntas, las que posteriormente fueron rechazadas por las Juventudes Comunistas. Rojas escribió en los 80 un Libro con fuertes críticas a la UP y abandonó el partido.
El Presidente Piñera busca generar, al margen del Congreso, Comisiones transversales, lo que es una repetición de la criticada política de “Mesas de Trabajo” de la Presidenta Bachelet, con personas escogidas por el gobierno que “Participan a título personal. Las fuerzas pro gobierno, por su parte, se disputan abiertamente los cargos, exigen la expulsión de supuestos “operadores” para llenarlos con sus propios clientes u operadores, actuando al margen de las leyes que contaron con sus propios votos. Afortunadamente existen en las fuerzas oficialistas algunas críticas al nepotismo, a las reducciones presupuestarias que afectan a trabajadores y al ilegal nuevo protocolo sobre las tres causales que permiten abortar.
Es evidente, el deber de dialogar necesita también un clima especial. El Presidente Piñera sabe que es minoría, por ahora, ya que no descarto que algunos parlamentarios sean cooptados en un futuro próximo y hay en las fuerzas opositoras personas que coinciden con él defensa del modelo económico social vigente. Es comprensible, además, que se revisen ciertas prioridades establecidas por el gobierno anterior, pero una demolición sistemática y poco fundada de ellas no facilita los contactos. Si se escoge crear problemas internos en los partidos, invitando a dedo a algunas personas, no puede esperar cooperación de ellos, salvo la de esas personas que muestran su falta de apego a las organizaciones a las que deben sus cargos.
Creo que tampoco ayuda que se recurra a tecnócratas activos en política, con los cuales ha coincidido antes, pero sin representación auténtica de los partidos. Un ejemplo es la reunión reservada que informa El Mercurio del 07 de mayo, cuyo objetivo era “construir consensos transversales, sobre todo al no tener el Ejecutivo mayoría en el Congreso”. En esa “cita participaron el Ministro Blumel, Pablo Piñera, hermano del Presidente, director ejecutivo de CIEPLAN, que hizo noticia recientemente por la renuncia a la DC y por su frustrada designación como Embajador en Argentina.
También Alejandro Foxley, Presidente de esa Corporación, militante DC, Patricio Meller, René Cortázar, Ignacio Walker, emparentado con el Presidente y con un Ministro, el de Agricultura, todos DC y Manuel Marfán y Raúl Sáez. De acuerdo al diario, el Ministro Blumel se mostró muy contento ya que "hubo una buena recepción al momento de transmitir los objetivos del programa de gobierno” La autoridad coincidió con los asistentes para avanzar en "reformas con mayor diálogo, mayor apertura y de búsqueda de acuerdos entre los sectores, convocando a todos ellos a hacerse parte de un conjunto de reformas que son importantes", comentó el secretario de Estado.
CIEPLAN es un organismo respetable, con personas de alta calificación académica, pero que desde hace años tomó el camino de promoción y defensa de entidades como las AFP y las ISAPRES y las líneas centrales del modelo neo liberal, y usan sus conexiones políticas para influir en las decisiones políticas como una opción institucional. Yo no olvido y recuerdo, con agradecimiento, que durante la dictadura, varios de los asistentes mencionados jugaron un rol destacado en la elaboración de propuestas contrarias al modelo impuesto.
Pero luego, recuperada la democracia, se integraron a los gobiernos y asumieron, paulatinamente, una defensa del modelo que antes cuestionaban. Pasaron a ser fundadores del neoliberalismo concertacionista, liderados por Edgardo Böeninger y Enrique Correa. La presencia de Patricio Aylwin en el gobierno, el único político al que Böeninger le tenía respeto, los hizo actuar con cautela pero dando pasos firmes en la consolidación del modelo impuesto. Sus opciones políticas han sido claras. Incluso promovieron la candidatura presidencial de Foxley en contra de Eduardo Frei R-T, fracasando en su intento. Con Lagos y la señora Bachelet aumentaron su protagonismo en el ejecutivo.
Varios de los profesionales de CIEPLAN han trabajado o trabajan para los grupos económicos más poderosos y continúan militando principalmente en la DC, generando una negativa pero decisiva influencia en sus cuadros dirigentes y parlamentarios. La penetración neo liberal en la antigua Concertación y en la Nueva Mayoría ha sido enorme. Una de las medidas que implementaron fue elevar el tope dejado por Pinochet para invertir los fondos de los trabajadores en el exterior. El dictador lo dejó en 10% y ese gobierno lo elevó al 40%, porcentaje que el año 2008, gobierno de la señora Bachelet, se elevó al 80%. Fuimos un pequeño grupo de Senadores los que rechazamos esa norma en el primer gobierno, que contó con el entusiasta apoyo de la derecha y los grupos económicos. Esa decisión hoy permite, que una cifra, superior al Presupuesto Nacional de Chile de este año esté invertido en el exterior, en vez de generar crecimiento, empleo y mejor calidad de vida en Chile.
El Presidente debería corregir su enfoque y aceptar una interlocución respetuosa en el Congreso Nacional, los otros órganos democráticos, el mundo social y los partidos. Por cierto es muy difícil que lo haga ya que el gran poder que ejerce política y económicamente lo lleva a tratar de imponer más que convencer. Además, las acciones de algunos de sus Ministros y la las posiciones tan extremas que adoptan en diversos temas le traerán más dificultades. Paradojalmente, la destruida oposición se beneficiará de estas decisiones ya que cada actuación del gobierno es como revoletear una capa roja delante de un Toro de lidia, lo que conducirá a más acciones unitarias en su contra.
Pero sólo oponerse no es bueno para el país y se hace indispensable que las fuerzas opositoras superen primero sus crisis internas, adopten decisiones apropiadas que unan a sus militantes y logren profundizar acuerdos para construir una nueva alternativa política que aprenda de los errores, escuche al país en temas tan urgentes como las pensiones, la salud, la educación, la probidad y la participación más activa de la ciudadanía, dejando atrás la democracia semisoberana que nos han impuesto.
La definición de las alianzas No es urgente, ya que las elecciones son el año 2020 y 2021. Tienen algo más de un año para reflexionar sobre el tema.