Oh I'm just counting

Las clases de ética. Por Camilo Escalona Medina. Ex Presidente del Senado Vicepresidente Partido Socialista de Chile

La asistencia de los controladores del grupo Penta, a clases de ética en la Universidad Adolfo Ibáñez, movió a la risa y activó el sarcasmo de muchas personas ante el caso excepcional de ver a tales potentados asistir a las “aulas” por decisión del Tribunal que así lo dictaminó por el reconocimiento de su responsabilidad en el financiamiento irregular de diferentes campañas políticas.

Pero, también hubo malestar por el injusto desequilibrio en las penas otorgadas por el mecanismo judicial que, a pesar del nuevo sistema procesal penal, continúa marcado por el antiguo y viejo abuso de castigar con dureza al pobre y con mano suave al rico.
 
Incluso dentro de la derecha no es la misma suerte la de unos y otros, el procesamiento de los “peces gordos” de los grupos económicos, sean de Penta, SQM, Corpesca o de cualquier otra entidad de gigantescas proporciones económicas, que se involucre en pagos y sobornos para ser favorecida en las decisiones del poder político. 
 
Los tiburones siguen a sus anchas y las sardinas pagan con reclusión. Hay casos VIP en la corrupción y en la intervención del dinero en la política. El que puso la plata y pagó determinados servicios es intocable, los demás van a juicio.
He aquí el meollo del desprecio de la opinión pública a los políticos que piden el “raspado de la olla”, aparecen como sirvientes de segundo o tercer orden de sus mandantes, los verdaderos depositarios de la capacidad de decidir para mandar a burlar la ley o manipular el ejercicio del trámite parlamentario, con un poder de tales dimensiones que siempre quedan impunes, a lo más tienen que ir a “clases de ética”.
 
Con toda razón, al llegar “a clases”, un grupo de estudiantes repudió al dúo de Penta, hoy por hoy, símbolo de la soberbia del poder del dinero en Chile.