Estuvo en el exilio, fue torturada brutalmente por miembros de la DINA, estuvo presa en varios centros de reclusión de la dictadura y logró salvar su vida.
Fue vicepresidenta de TVN, creadora del Museo de la Memoria y hoy es galardonada con el importante premio periodístico “Lenka Franulic”. Conversó con Cambio21 para hablar de su vida… y sus vidas.
Marcia Scantlebury Elizalde ha tenido 10 vidas en su propia vida. Nació en La Serena un 19 de febrero. Estudió periodismo en la Universidad Católica
Vivió intensamente el periodo político más álgido de nuestro país. Integró el Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR y luego fue militante del Partido Socialista.
Fue una de las personas detenidas y torturadas por la DINA en Villa Grimaldi, donde le aplicaron largos tormentos en medio de brutales interrogatorios. La detuvieron en su casa en la comuna de Las Condes y llevada a este centro de torturas.
También pasó por los centros de detención de Tres Álamos, Cuatro Álamos. Diez vidas en una vida...
En el año 1976 se fue al exilio, pasando por Colombia, Italia, Costa Rica y República Dominicana, para volver a Chile en 1987 e integrarse a la campaña del NO a Pinochet.
Fue vicepresidenta del directorio de Televisión Nacional de Chile y directora del Museo de la Memoria.
Hace una semana, Marcia Scantlebury fue distinguida por unanimidad como ganadora del Premio Lenka Franulic, reconocimiento a la trayectoria que entrega la Asociación Nacional de Mujeres Periodistas de Chile porque ha tenido una carrera destacada “de más de 40 años en el periodismo nacional e internacional.
A usted la detuvieron en 1975 y la llevaron a Villa Grimaldi. ¿Por qué a usted?
Después del golpe de Estado tomé la decisión de incorporarme a la resistencia. Un país sin libertad no tiene dignidad…
Siempre he tenido muchas razones para vivir. Algunas vinculadas a mis afectos y otras a mis valores que siguen intactos. Pasar por los campos de concentración de Pinochet no diluyó mi compromiso sino lo reforzó. Cuando era muy pequeña tuve una nana adorada y mi abuela me contó una historia horrorosa: ella había trabajado en su casa y se había retirado para tener a su hijo porque estaba embarazada.
Meses después la visitó y la encontró con su guagua en un camastro y a ambas en muy malas condiciones. Ema, que es el nombre de mi nieta mayor, decidió dejarla al cuidado de una hermana y volver a trabajar. A los meses le avisaron que su niño había muerto. Esa historia que es la de muchas mujeres en este país, me marcó para siempre, me duele hasta ahora y ha marcado mi vida personal y laboral.
¿Cómo se sigue viviendo después de haber sido torturada? Usted ha dicho que este es un país que no ha sanado y no ha olvidado. ¿Usted ha sanado?
Estoy convencida de que este país no ha sanado. La dictadura nos dejó heridas demasiado profundas con las detenciones, exilios, torturas y falta de libertad y justicia. Quizás no estén a la vista en el día a día. Sin embargo afloran en determinadas coyunturas. El tiempo ayuda pero no es todo y creo que es indispensable no olvidar para que lo sucedido no pase nunca más. Y quien soy yo para perdonar en nombre de los que lo perdieron todo o de los que ya no están? Y perdonar a quienes si los victimarios no han pedido perdón ni contribuido a encontrar a los desaparecidos o a develar verdades aún ocultas.
¿Cómo se cierran las heridas en ese contexto?
Para mí el odio era un concepto intelectual hasta que habité en Villa Grimaldi y lo vi de frente. No he dejado que el odio me intoxique porque tengo muchas razones para vivir y muchos motivos de alegría. Sin embargo la tortura deja en tu biografía un antes y un después, una tristeza, una desesperanza profunda.
También ha dicho que “en este país todo se negó, y seguimos siendo negacionistas, es el país de la negación”. ¿En qué se expresa este negacionismo? Es poca la gente que aún justifica o niega las violaciones a los derechos humanos.
Efectivamente hay poca gente que niega las violaciones a los derechos humanos, pero reconozcamos que todavía hay quienes las justifican y niegan el derecho de las víctimas a la justicia. Justicia que ha sido poca y lenta en este país. El resultado es que gran parte de los pensionistas de Punta Peuco han pasado pocos años presos y ya se pide que pasen el resto de sus penas en sus hogares. Estoy convencida de que deberían penarse los discursos de odio e intolerancia que todavía sobreviven en nuestro país.
Política fundamental de la dictadura fue el borramiento. Borramiento que se expresó en eliminar la puerta de Morandé en la reconstrucción de La Moneda (si no había puerta por allí no había salido el cuerpo de Allende y sus colaboradores) en cambiar el número del Centro de Torturas de la calle Londres (si cambiaba el número el recinto nunca existió) y en el paroxismo de negar la existencia de los detenidos desaparecidos. Yo fui una detenida desaparecida por un buen tiempo y el dolor de mi familia y mis cercanos ante esa incertidumbre, ese debatirse entre la desaparición y la esperanza deja huellas indelebles en tus familiares.
Museo de la Memoria
Usted fue una de las creadoras de este Museo. ¿Qué legado le podemos dejar a nuestros jóvenes y niños con ese Museo?
De allí que admiro la decisión obstinada de la Presidenta Bachelet de construir el Museo contra viento y marea. Ella estaba consciente que en este país, donde el régimen cívico militar se empeñaba en ocultar lo sucedido, debía enterarse y, fundamentalmente, las nuevas generaciones que hoy desbordan los pasillos del museo. Por otra parte, como lo indican los especialistas en el tema, las víctimas necesitan el reconocimiento de la sociedad para sanar sus heridas y el museo les brinda un reconocimiento, un nombre, un espacio, una imagen, una historia.
En el memorial de Alfredo Jaar, que establece un diálogo con el edificio principal, donde imperan la transparencia y la luz, se plasma el concepto de que lo que sucedió en este país nos afectó a todos y trabaja el concepto de que “todos hemos perdido algo” mezclando figuras de detenidos desaparecidos y fusilados con las de gente común y no afectada “directamente” por la dictadura.
Mientras construimos el Museo con la Encargada de Derechos Humanos, con mi jefa María Luisa Sepúlveda nos preguntamos muchas veces si lograríamos convocar amplios sectores en este espacio y, por eso, ver ahora al Museo desbordante de gente, de jóvenes y de personas venidas desde los lugares más distantes del país y del mundo, es emocionante. Más aún, cuando suceden cosas como las desafortunadas declaraciones del efímero ministro Rojas (de Cultura) y la ciudadanía, los artistas y los estudiantes por miles y miles salieron a la calle para congregarse en la explanada de este edificio que sienten que les pertenece.
¿Contribuye a ello el Museo de la Memoria? Sus detractores dicen que tiene un sesgo ideológico y lo plantean casi como eso fuera un pecado.
Relaciona ideológico con ideas y, si así fuese, es indudable que el Museo de La Memoria no es neutral y está fuertemente comprometido con valores e ideas universales que debieran ser asumidas por todo en este país y no solo por partidos políticos determinados. Porque los derechos humanos debieran estar en el alma de todos los chilenos marcados a fuego. Los sitios de memoria surgieron gracias a la obstinación de las organizaciones de derechos humanos que se empeñaron desde los primeros años de la dictadura en marcar lugares para recordar a las víctimas, para dejar una flor. Sitios que fueran un grito de alerta a la indiferencia ambiental. Al comienzo quienes nos obstinamos en no rendirnos frente al olvido, tuvimos que luchar más que con el odio, con la indiferencia.
Televisión Nacional: ¿qué hacer?
Usted fue miembro del directorio de TVN. ¿Qué se debe hacer con el canal que está en crisis?
Conservarlo y actualizarlo. Han cambiado el país, los chilenos, la industria televisiva y la competencia. El modelo de canal que se elaboró para enfrentar una transición pactada como la nuestra fue increíblemente exitoso. Sacó al canal del pensamiento único e incursionó con éxito en prensa, en el área dramática y en la entretención.
Hay que considerar que, prácticamente, no existen canales públicos en el mundo que tengan que cumplir una misión y autofinanciarse. Durante muchos años TVN lo hizo y con éxito. Imposible olvidar tantos programas y tantos periodistas y rostros que se formaron en TVN y le dieron identidad y éxito al canal. Algunos emigraron de esta especie de buque madre y fueron a crear o a enriquecer áreas dramáticas o departamentos de prensa de otros canales y eso es un aporte.
Durante muchos años Televisión Nacional no sólo no le costó recursos al Estado sino que le proporcionó ganancias a pesar de tener que invertir en proyectos no tan rentables pero necesarios para el país y que los demás canales no abordan. Ahora, producto de cambios en la industria y de malas decisiones tomadas en los últimos años en el canal nos encontramos con otro escenario y es indispensable diseñar otro modelo.
Por lo demás, el diagnóstico está muy avanzado porque en el pasado se encargaron estudios desde distintos puntos de vista y en diferentes áreas de este medio como es el caso del Canal 24 horas que ha funcionado con mucho éxito, del área internacional que podría convertirse en una emisora clave para América Latina en términos de cultura, turismo y mercado y abrir enormes perspectivas para la relación de nuestro continente con el exterior. Después de años de estímulos y subvenciones estatales, siempre insuficientes, el cine chileno ya tiene un nombre en el extranjero. También otras áreas de la cultura, literatura, teatro, en fin.
¿Para qué sirve el canal público?
Es evidente que la irrupción de las nuevas plataformas, en las que TVN está trabajando y el reparto más fraccionado de la torta publicitaria plantea desafíos no menores, pero la gente ve y seguirá viendo por muchos años televisión abierta y todavía hay mucha mística y ganas en los trabajadores que permanecen en el canal y capacidad para innovar. Lo importante es tener una programación alternativa que responda a las necesidades de los televidentes que demandan más calidad e información objetiva y atractiva.
Siempre me ha parecido interesante la posibilidad de un financiamiento mixto y me alegro de que hoy se esté estudiando esa posibilidad porque el canal público no puede desaparecer, privatizarse o convertirse en un canal irrelevante.
En el programa Mesa Central de Canal 13 el jefe de Prensa la alabó como el ejemplo de una directora entregada y profesional durante los casi diez años que duró su rol en el canal público….
Yo le agradezco a Enrique Mujica y a todos los directores del canal que han reconocido mi compromiso y, con ocasión de este premio, me han llamado para felicitarme, pero reconozco que los años que pasé en TVN fueron de un gran aprendizaje y he sido y sigo siendo, como muchos dirigentes y trabajadores, una apasionada de este monumental y hermoso desafío que plantea la adaptación épocal y necesaria de este canal de todos los chilenos.
Su pasión por el periodismo
Recomendaría estudiar periodismo
Absolutamente. Además hoy no hay ningún área de la vida nacional donde la comunicación no sea determinante. Quién habría dicho que una periodista como yo, que, además, estuve muchos años en la prensa escrita porque adoro las palabras, terminaría por encargo de la Presidenta Bachelet, dándole contenidos a un Museo de la Memoria y Derechos Humanos. Eso sucedió porque, estoy convencida de que ella quería dar a conocer los horrores que se cometieron en este país en un tiempo oscuro y entregarles dignidad a las víctimas, pero también sabía que era importante comunicar bien y ampliamente lo sucedido a todos los chilenos y, por eso me incluyó en el proyecto.
Lenka Franulic, según las crónicas, fue la primera mujer en dedicarse al periodismo ¿Qué recomendación hace a las jóvenes periodistas?
Me honra muchísimo haber recibido este premio con el nombre de una periodista maravillosa, inteligente, profesional y creativa que, superando todos los obstáculos, persiguió y materializó sus sueños, logrando respeto y admiración por su trabajo periodístico.