Por María Kovacz
Quienes las publican buscan “hacer justicia” con sus propias manos, sin pensar demasiado en las consecuencias de tales acusaciones, las que muchas veces no tienen fundamento o son falsas e involucran a familias completas, dañando la reputación e imagen de los acusados.
La redes se han transformado en el mundo de las personas, esto, porque es por este medio donde comunican, publican su fotos y comentan. Además, la información y la noticia están en estos medios.
Si lo vemos en otro ámbito, también se ha ocupado en campañas políticas, viendo así a diversos candidatos publicitándose y entregando sus ideas por estos medios.
Aunque también otro de los negocios que ha crecido, es la venta de artículos y ofertas de trabajo, los cuales se han expandido a varias regiones.
El peligro de la justicia ciudadana
Sin embargo, otro de los métodos utilizados en estas redes, están las llamadas funas. Daños a la honra, exposición de la vida privada y el escarnio público son algunas de las consecuencias, las que desde un tiempo a esta parte abundan en redes sociales.
Quienes las publican buscan “hacer justicia” con sus propias manos, sin pensar demasiado en las consecuencias de tales acusaciones, las que muchas veces no tienen fundamento o son falsas e involucran a familias completas, dañando la reputación e imagen de los acusados.
Otra de las características de las funas, que usualmente se publican a través de plataformas como Twitter y Facebook, es la rápida viralización de estas publicaciones, lo que se traduce en que, la mayoría de las veces, sea imposible eliminar del todo de Internet.
Funas twiteras
Quienes han pasado por esto, saben que las funas pueden dañar su imagen o bien fortalecerlos. Una de las últimas que se presentó fue contra el escritor nacional, Jorge Baradit, quien estaría en la Teletón para celebrar el día mundial del libro.
Dentro de las personas que estaban en desacuerdo con la decisión de la Teletón destacan tres figuras de la derecha más conservadora y extrema del país: José Antonio Kast, Gonzalo de la Carrera y Alberto Plaza, quienes comenzaron una especie de campaña para que la Teletón bajara al escritor chileno del evento.
El anuncio de la Teletón con la visita de Baradit al instituto fue retuiteado 103 veces, tuvo 212 likes y 1500 comentarios tanto a favor como en contra en Twitter. De hecho, el debate dentro de la red social fue tal, que el escritor se volvió trending topic el lunes con más de 67 mil comentarios, luego de que él mismo revelara que la Teletón lo había bajado del evento.
Sin embargo, unas de las figuras políticas que más funas ha recibido, es el ex candidato presidencial José Antonio Kast, quien ha sido vapuleado en eventos de universidades como visitas a diversas ciudades.
Otro de los casos recordados fue el dueño de Gasco, Matías Pérez Cruz, quien echó de “su playa” en el Lago Ranco a tres mujeres, entre ellas una señora de la tercera edad y una monja.
“Podrir la imagen de otra persona”
Juan Pedro López, sociólogo de la Universidad Central, explica que el término funa proviene del mapudungún y significa podrir “la funa en definitiva es podrir la imagen de otra persona”.
El profesional sostiene que estas funas se dan cuando una persona se siente afectada por otra y desea exponer su experiencia, “básicamente se dan por la exposición de una situación que un individuo considera injusta o que existe alguna impunidad respecto de los hechos. Es una manera en que las personas toman la justicia, por así decirlo, en sus propias manos y realiza estas acusaciones”.
Por su parte, el docente de las carreras de Relaciones Públicas y Publicidad de Duoc UC, Chistian Hurtado, señala que “el problema (de las “funas“) radica en que las personas acusadas no tienen forma de poder defenderse, se pierde el derecho a réplica y se anula por completo la presunción de inocencia, pero además y, dependiendo del tema, pueden influir en un estado de histeria colectiva, donde la gente pierde la capacidad de analizar con claridad hechos y se deja llevar por lo que ve en las redes sociales”.
“Creo que culturalmente, nos falta desarrollar “criterio social”, debemos entender las responsabilidades que trae consigo realizar acusaciones como esta, pero también debemos entender el papel que jugamos cuando compartimos estas publicaciones en nuestras redes sociales“, sentencia el docente de Duoc UC Cristhian Hurtado.
Por su parte, el sociólogo Oscar Rebolledo de la Universidad de Chile, nos comenta que “las redes sociales hoy en día se han vuelto un poco más malicias, pero en especial Twitter y Facebook”.
“Si tu vez las funas son a diario, y se han transformado en una especie de juicio social que no está bien, porque se han dado casos en que se sube una parte de la historia o que piensas ser testigo de una injusticia, siendo que no existe un contexto desde que comenzó ese momento, si no desde donde tú empezaste a grabar”, planteó a Cambio21.
Por último, nos indicó que “este fenómeno con el tiempo también ha bajado, en el sentido que la gente hoy en día trata de ir más allá, averiguar que realmente pasó o a quien se está funando, que sea cierto. Porque muchas veces se muestran imágenes y quien funa termina siendo funado”.