Por Mario López M.
Macri ofreció al asumir el gobierno lo mismo que Sebastián Piñera en nuestro país: reducir los impuestos a las grandes empresas. Gran fracaso que al otro lado de Los Andes los tiene sumido en una debacle y donde vienen de vuelta, subiendo los tributos.
El comercio bilateral, el de tiendas, el turismo y hasta las inversiones de las empresas chilenas en ese país, se verán afectadas. Chile es el sexto país inversor en esa nación, después de China. Allá, la gente no está comprando por la gran inflación.
Aunque no se aprecian aún los efectos en su integridad, sin duda la situación argentina tocará sí o sí a nuestro país, al cono sur y a los llamados países emergentes en general. ¿Qué tanto influirá en Chile? Es la pregunta que se hacen autoridades, analistas y comerciantes en general, que hasta hace poco disfrutaban en las áreas de comercio y turismo, beneficiados por la visita de argentinos a comprar y conocer, dado un tipo de cambio que les favorecía. Eso pareciera terminarse, por ahora.
Lo que sí queda claro es que los chilenos debiéramos aprender de esta lección, sobre todo dada la cercanía de políticas públicas y expectativas creadas tanto por Mauricio Macri como Sebastián Piñera y el intento primitivo de ambos de disminuir los gastos públicos y los impuestos a los más ricos. Argentina viene de vuelta, Chile recién se apronta en una Reforma Tributaria regresiva.
A los tumbos
Desde 2001 que Argentina no sufría una crisis de proporciones, aunque aquella fue de las grandes y es estimada como la peor de la historia de los trasandinos. No han pasado 20 años y otra vez el fantasma reaparece. Y fuerte. La gran devaluación del peso argentino frente a la sostenida alza del dólar, la dependencia del financiamiento externo (que aumentará, a solicitud de Macri) y el déficit fiscal y comercial, tienen sumido al país trasandino en la debacle.
Según dijo a Cambio21 el académico de la Universidad Central y experto en materias internacionales Cristián Fuentes, los primeros impactos podrían generarse en turismo y en comercio entre ambos países, donde se afectarían el ingreso de determinados productos al país de allende Los Andes, y en el comercio local, puesto que al venir menos argentinos dejarían de ser los reyes de los Costanera Center, entre otros. También se afectaría el comercio de pueblos intermedios entre ambas naciones, como Los Andes o San Felipe, que verían mermada la visita de extranjeros.
Para Marco Moreno, decano de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública, experto en materias del Cono Sur, “aún no hemos llegado a un punto que nos acerque a la situación que hay en Argentina. Si bien estamos con algunas dificultades en Chile, no al nivel de la profundidad que tienen la crisis argentina. Acá sí puede instalarse un clima de opinión de que en Chile puede pasar lo mismo que en Argentina, con temor, incertidumbre y desde luego ello puede generar mayor presión al gobierno, porque la principal expectativa respecto de este gobierno era la económica”, explica a Cambio21.
Aprender la lección
“Existen sin embargo algunos efectos que se pueden empezar a notar con mayor claridad. Bajará el turismo, ello influirá en el comercio que esas personas hacían en el país y también en el comercio entre los Estados, pues a Argentina le resultará más caro comprar bienes chilenos”, sostiene Moreno.
En nuestro país pareciera que nada se ha aprendido de esta lección. El gobierno está promoviendo una baja del costo fiscal, pero al final ha allegado tanto “pituto” a la administración del Estado que el gasto público pareciera no disminuir.
Algo similar ocurre con los impuestos, pues tanto Piñera como Macri abogaron al inicio de sus administraciones por una rebaja de tributos a las empresas. Argentina viene de vuelta ante el fracaso y plantean subirlos en determinadas materias. Piñera en su reforma tributaria aloja la misma frustrada idea.
“Por eso es importante tomar en cuenta la experiencia de Macri. Debemos aprender a gastar menos de lo que tenemos, revisar y reflexionar sobre el tema de las rebajas tributarias que tendrían el efecto de recaudar menos, lo que implica menor posibilidad de llevar adelante los planes y programas que tiene el gobierno. Ese es un factor que hay que tener en consideración”, concluye Marco Moreno.
Los más afectados
De acuerdo con los expertos consultados por nuestro medio, Argentina se vería forzada a reducir la cantidad de productos y servicios importados desde nuestro país, como agropecuarios y manufactureros. Un hecho no menor, recalcan, es lo que sucederá con las empresas chilenas que están instaladas en ese país: “Compañías como Latam o del retail, como Falabella y Cencosud, de seguro verán disminuidas sus utilidades. Chile es el sexto inverso en ese país después de China. La gente ya no está comprando como antes porque la inflación se ha elevado mucho”, advirtió el director del Centro de Estudios en Economía y Negocios UDD, Cristián Echeverría.
Y no se crea que al “favorecer” ahora el tipo de cambio a Chile ello irá en relación directa en que nuestros compatriotas vayan a gastar a Argentina. “Si bien se viaja con un buen tipo de cambio en dólares, hay otro factor que puede contrarrestar el beneficio, pues hay que restar todo el extra que se deberá pagar como consecuencia de la inflación. Entonces, no saldrá muy a cuenta”, dice el economista y académico de la Universidad de Chile Alejandro Alarcón.
Se acerca la temporada de vacaciones y muchas zonas típicas y de turismo se aprestan a recibir a los miles de extranjeros que suelen visitar a nuestro país. Buena parte de ellos proviene o ha provenido en el último tiempo de Argentina. Sin embargo, dado que su moneda se ha depreciado mucho, lo que no ha ocurrido en el mismo nivel con el peso chileno, venir a Chile a vacacionar y a comprar ya no será tan atractivo para el argentino, no les saldrá tan a cuenta y preferirán quedarse allá, con consecuencias aún no previstas en nuestro país.
Una postura distinta tiene Francisco Sánchez, historiador económico que ha seguido de cerca el caso. Según cuenta, Macri está apostando por mantener el flujo de dólares en las calles, por lo que “el argentino promedio seguirá teniendo acceso al billete verde, aunque les salga más caro que antes. No me extrañaría que escenarios como el de Semana Santa, con cientos de argentinos llegando para comprar en los malls, se repita. Nuestro mercado sigue con una gran variedad de productos y ofertas, y eso seguirá atrayendo a los turistas”.
Según plantea el analista internacional Guillermo Holzmann, otro punto importante tiene que ver con las estrategias internacionales. “Chile por sí solo no es tan influyente como para imponerse en los mercados mundiales, por lo que necesita de un bloque que aumente su atractivo”, dice.
Sin embargo, Argentina “está preocupada de sí misma ahora, al igual que Brasil con su crisis política y social, lo que impide una alianza. Chile se va a ver aislado y eso puede complejizar el desarrollo de nuevos acuerdos internacionales, los que serán vitales ante una posible guerra comercial entre Estados Unidos y China”, advierte.