El magnate, domiciliado tributariamente en paraísos fiscales, uno de los millonarios más poderosos del mundo, le pide plata prestada al Estado. En su paso por el gobierno su riqueza aumentó a más del doble en cuatro años.
Los beneficios tributarios que obtiene Piñera con plata de todos los chilenos
Por Mario López M.
“Descriterio, impresentable”, se le imputó desde la otra candidatura de derecha, la de José Antonio Kast. “No tenía para qué hacer una cosa tan ofensiva. Es una provocación”, añadieron desde ese comando. ¿Necesita el préstamo? ¿O se trata de una treta más, como en 2009? Cuestión de impuestos.
Que el expresidente Sebastián Piñera se regale a sí mismo una millonaria suma para intentar volver a ser Presidente de Chile puede no llamar la atención, salvo porque no es solamente un capricho de un magnate para comprar el poder, sino que además es una ingeniosa manera de descontar impuestos. No es la única.
Un patrón marca las últimas denuncias en su contra: evasión de impuestos o buscar, mañosamente, disminuirlos al mínimo. Sus dineros los mantiene en paraísos fiscales, donde la carga impositiva es casi igual a cero, lo que aumenta la riqueza en relación con quienes sí los pagan en nuestro país, mientras que los chilenos le financian su campaña y, claro, además se le devolverá lo que haya “invertido”. Negocio redondo.
No es primera vez
Las donaciones políticas que en 2009 su equipo disfrazó con facturas y boletas truchas y por la cual está formalizado su jefe de campaña, Santiago Valdés, no solo restaron recursos al fisco al no pagarse los impuestos, sino que además se obtuvieron devoluciones indebidas que se restaron de las necesidades sociales de salud, habitación, previsión, educación, seguridad pública y tantas otras a los que más pobres.
Lo mismo ocurrió con los simulados contratos forward, que buscaban crear anticipadamente pérdidas o utilidades según se necesitara calibrar los tributos entre las sociedades de Piñera o de sus socios. Qué decir de usar dineros ($500 millones) bajo cuerda entregados por empresas para su campaña, los que fueron usados para pagar a ejecutivos de sus sociedades y con ello descontar impuestos como gastos electorales y donaciones políticas.
Similar hizo cuando en 2010 donó dos mil millones de pesos a Renovación Nacional en una intrincada movida de auto préstamo de dinero que solo buscaba –de acuerdo con los antecedentes- evadir tributos. En una operación con la familia Solari (Bethia) por la compra de LAN incluyó una cláusula particular con un aporte a RN por $2.075 millones. ¿En qué se usó el dinero? En pagar una deuda que el partido tenía con el propio candidato, lo que fue considerado una manera de lavar dineros. En otras palabras, le dona dos mil millones de pesos a RN, con lo que ahorra impuestos, luego al vender LAN obliga a los compradores a donar otros dos mil millones a RN, donde se vuelve a rebajar impuestos y con esa suma en las arcas de la colectividad política se pagan los originales dos mil millones que él donó.
Se vende Chile, tratar con...
Más de nueve millones de dólares, algo así como $5.578.540.931, gastó Piñera en la primera vuelta en 2009. Más de lo que gastaron todos los demás candidatos juntos. De esa cifra, él se “donó” $1.097.869.171 pesos unos 2,1 millones de dólares. Claro que a eso no se suman los dineros que le pasaron bajo cuerda. Hasta ahora, con los $1.300 millones que le entregó el Banco Estado –como préstamo, no como anticipo- y los cientos de millones que se ha auto donado o que terceros le han donado, no ha abierto aún la billetera para empezar a ofertar por adquirir la Presidencia de Chile.
Los demás candidatos–salvo Beatriz Sánchez, que obtuvo algo más de $300 millones de la misma institución, esta vez como anticipo a la devolución del Servel-, han debido recurrir a patrimonio propio por la negativa del banco de todos los chilenos para financiar las campañas vía anticipo. La excusa –muy mala, según el Servel-, es que se trataría de parlamentarios y por, lo mismo, funcionarios públicos a los cuales le estaría vedado conceder préstamos (Alejandro Guillier, Carolina Goic, Alejandro Navarro y José Antonio Kast), o bien se trataría de créditos riesgosos (Marco Enríquez-Ominami).
Nueve millones de la divisa norteamericana que invirtió para ser Presidente en 2009 y que le reportaron 1.700 millones de dólares a cambio, una de las mejores inversiones en solo cuatro años, una rentabilidad poco vista, por lo que volver a la fuente de la riqueza parece aconsejable, bastante más que comprar empresas zombies o invertir en Perú, RN o en Corpesca.
La paja en el ojo ajeno
Poco antes de conocerse las negociaciones secretas de Piñera con Banco Estado, el candidato derechista acusó a Alejandro Guillier de querer pedir plata al Estado: “Da la impresión de como que le estuvieran pidiendo al Gobierno que le financiara sus campañas con los recursos de todos los chilenos”, reclamó. Nada dijo que fue él quien al final solicitó los mil millones de pesos a la entidad financiera, que después se supo fueron $1.300 millones. Esas tratativas -por ley-, se mantendrán en secreto, por lo que jamás se podrán conocer los términos y condiciones de ellas, tasas, garantías y otros.
Aquí “el único que va a obtener plata del Gobierno es él, curiosamente, entonces se da un contraste: el hombre más rico de Chile tiene apoyo del Banco del Estado y los candidatos a diputados, cores, etcétera, que se olviden”, reclamó el senador Alejandro Guillier.
Por su parte la también candidata a La Moneda respaldada por DC e independientes, Carolina Goic, dijo que “uno no pide ningún trato especial, uno pide igualdad de condiciones para poder competir”.
Marco Enríquez-Ominami a su vez, manifestó que “si bien la ley autoriza los créditos para los candidatos, los bancos siguen en capacidad de rechazar el pedido si estos no se ajustan a sus intereses”.
“Tenemos un candidato que se puede auto otorgar un crédito de doscientos millones y que, además, tiene amigos que le pueden dar créditos con tope indefinidamente y, por lo tanto, no hay ninguna proporcionalidad con el resto de los candidatos, porque lo que me está afectando a mí, también afecta a otras candidaturas, no es solo mi candidatura”, denunció Guillier.
Antes de recibir el dinero de todos los chilenos a través de Banco Estado, Piñera se había auto prestado 200 millones de pesos (eso es al menos lo que se sabe). Igualmente había recibido cerca de otros mil millones de donaciones de terceros.
“Solo los millonarios pueden”
Piñera posee un patrimonio -de acuerdo con la prestigiosa revista Forbes- de dos mil 700 millones de dólares (aunque se ignora cuánto más posee ocultos en paraísos fiscales), lo cual le garantiza disponer de dinero más que suficiente para su campaña electoral. Muy lejos de cualquiera de sus contrincantes presidenciales. De hecho, muy lejos de todos los chilenos. Aun así sigue, a través de los personeros de su comando y de financistas, consiguiendo dinero de otros empresarios para allegar a la campaña, a pesar de existir un límite legal para ello, cercano a los $5 mil millones.
Al respecto el exministro, Sergio Bitar dijo a Cambio21 que “se está produciendo una situación que quizás el legislador no previó, que es una tremenda desigualdad de trato para enfrentar las elecciones futuras. Pareciera estarse produciendo el mundo al revés: Piñera accede a un crédito del Banco Estado siendo un hombre de muchos recursos personales, él y sus partidarios, y a Guillier, por ser senador, no le dan ningún crédito”.
“De qué nos sirve una Ley de Financiamiento Público si no es operativa y aquí pareciera que solamente aquellos que tienen recursos, solamente aquellos que son millonarios como Sebastián Piñera pueden participar en una campaña presidencial (…) Quienes no somos empresarios, quienes no tenemos fortuna, no podemos autofinanciar una campaña y necesitamos en esto que la ley funcione. Por lo tanto yo quiero hacer un emplazamiento al Gobierno; la ley está y me parece que el Gobierno tiene que tomar cartas en este asunto para que efectivamente el financiamiento público sea posible”, reclamó la senadora Carolina Goic, al paso que pidió al gobierno que “si no, que le entreguen directamente la banda presidencial” al representante de Chile Vamos.
Los beneficios tras las donaciones y préstamos
Si usted creía que donar era cuestión solo de filantropía, se equivoca. Es el caso que los préstamos implican una disminución en la carga impositiva, pues constituyen gastos que se cargan a las utilidades. De hecho, la amortización de los préstamos que recibirá Piñera no pagará impuestos. También podrán descontar impuestos los aportes que él mismo se hizo, obteniendo una rebaja tributaria al impuesto de primera categoría de la empresa a través de la cual se hizo la “donación”.
Así, mientras él financia su campaña con parte de sus recursos, el fisco le coopera al devolverle impuestos o reduciendo su base imponible. También coopera usted en el financiamiento a través del Banco Estado, que es, se supone, de todos los chilenos. Y los terceros que le aportan también descuentan impuestos. En una de esas Piñera vuelve a usar esos dineros para pagar otras deudas, como lo hizo en Chilevisión y sus exejecutivos, total, el fiscal Manuel Guerra tiene otras prioridades.
El fisco (otra vez usted y yo) cofinanciamos las donaciones, mediante varios métodos. El más común es el crédito tributario, donde el contribuyente (en este caso Piñera o quienes le aportan para su campaña), tras realizar la donación, con paciencia, al año siguiente la informa como integrante de su declaración de impuestos (primera categoría o global complementario determinado) para que una parte de lo que donó o le donaron sea descontada. El porcentaje dependerá de cada ley, pero en general ronda entre 50% y 100% del monto de la donación.
Claro que no es la única vía, pues también se beneficiará imputando parte o todo el monto donado como un gasto para producir la renta, en el caso de las empresas, reduciendo la base sobre la cual tributará. El art. 8 de la Ley 19.885 establece que los contribuyentes de Primera Categoría podrán imputar a gasto sus donaciones a partidos políticos, institutos de formación política y candidatos a elección popular. En este caso, el que dona, no perdona.
Financiando el choripán
Aunque intentaron pasar el gol, el Servel reaccionó y pidió a Sebastián Piñera que aclarara la millonaria “anticuchada y choripanes” que quiso pasar como gasto electoral, pues tal actividad no es parte de aquellas que la ley reconoce como hábiles en campaña. El singular gasto correspondería al acto de cierre de las Primarias, realizado en el comando del expresidente, cuando se funó el que pretendía efectuar en el teatro de Puente Alto.
El gasto en esa comida ascendió a la módica suma de 3.735.014 pesos, los que fueron solventados con recursos privados y posteriormente pasados al Servel para que devolviera el costo. Algo parecido a lo que le pasó en 2013 al candidato Franco Parisi, quien gastó 500 mil pesos en calzoncillos, calcetines y correas Hugo Boss, y lo cobró para que le fueran restituidos como gastos de campaña.
Igual que ayer, el Servicio Electoral realizó los reparos pertinentes al ítem de gasto electoral que Piñera denominó “anticuchada y choripanes”. Así se lo hizo ver en un oficio reservado enviado con observaciones al comando del exmandatario. Allí, solicitó “justificar la finalidad electoral de dicho gasto, la fecha de realización de la actividad y los beneficios de la misma”.
Por lo que se sabe, los choripanes y anticuchos fueron el premio por ganar las primarias de Chile Vamos y se repartieron entre los simpatizantes de Piñera que llegaron al acto de cierre de campaña el 30 de junio en el comando ubicado en la comuna de Las Condes. Los casi cuatro millones de pesos aún no le son devueltos, lo mismo que otra serie de gastos como la “adquisición de árboles para pauta de inicio de campaña por 243.950 pesos, (la) adquisición de máscaras (no dice de quién o quiénes o si eran para Halloween) por 809.200 pesos”, aunque sí se sabe que fueron utilizadas en una actividad en La Florida. También se objetó gastos por “un sillón, una pantalla led, una estufa, clóset, sartenes, juegos de toallas, jarros y una promoción de calienta camas”.
Ahora ya sabe para qué le está prestando plata el Banco Estado (o sea usted) y en qué gastará Piñera en la campaña.