Por María Kovacz
Según la estimación de Bárbara Figueroa los trabajadores deberán enfrentar un año 2019 muy difícil por los problemas de empleo y en ese sentido critica al gobierno y a los empresarios que no han tomado medidas en conjunto para contener este problema.
Bárbara Figueroa desde 2012 se desempeña como presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores de Chile, y anteriormente fue dirigente nacional del Colegio de Profesores de Chile.
Para la dirigenta, la actual situación de los trabajadores en el país es lamentable, pues se han cerrado numerosas empresas y las autoridades buscan precarizar aún más las condiciones laborales, a través de iniciativas como la del Estatuto Laboral Juvenil.
A esto, se suma la baja en la proyección del crecimiento económico del país que, según el Banco Central, este 2019 no superará el cuatro por ciento. Además, la cifra de desempleo en la Región Metropolitana se mantiene en 7,6 por ciento, número que, pese a ser elevado, el ministro de Hacienda Felipe Larraín valoró argumentando que, al menos, no ha crecido más.
Bárbara Figueroa conversó con Cambio21 acerca de la situación en el campo laboral.
¿Cuál es su percepción acerca de lo que será esta parte del 2019 en materia laboral?
Nosotros ya lo señalamos en el marco de los distintos eventos del año 2018 que estos nos motivaron a celebrar un primer paro nacional activo, atendiendo la preocupación que tenemos sobre materias tan sensibles como el empleo, la crisis de empleabilidad que nosotros identificamos que se está acelerando producto del cierre de empresas, reestructuraciones, fusiones , es decir, hay una serie de factores del ámbito de las empresas que han golpeado al ámbito laboral y a partir de eso nosotros hemos considerado, o hemos dicho, el año 2019 probablemente también va a estar marcado de manera muy fuerte por esta temática.
La crisis de empleabilidad, la garantía del trabajo y el temor, que hoy sienten muchos trabajadores de poder perder el empleo, porque se ve un escenario tan complejo donde, finalmente también da paso a que existan niveles de presión y el chantaje donde los empleadores, so pretexto de la situación del empleo puedan también presionar a los trabajadores a aceptar cualquier condición laboral con tal de mantener un ingreso.
¿Ustedes conocen cifras de despidos?
En ese ámbito si uno mira partimos el año con una cifra cercana a los 500 despidos, estamos hablando no solamente de los 180 trabajadores despedidos del Sindicato Nº1 de la empresa Unilever. A eso hay que sumarle casi 50 o 70 trabajadores más representativos de los otros dos sindicato que tiene la empresa por lo tanto, cuando hablamos del cierre de la planta de Lampa de Unilever estamos hablando de aproximadamente 240 despidos, a eso hay que sumarle un cierre de otra empresa de Call Center que significó alrededor de 150 despidos en las finales de 2018 y principio 2019.
¿El gobierno dónde está poniendo el foco?
Nos parece bastante extraño y fuera de contexto que hoy día el foco del gobierno esté puesto más bien en el debate sobre las condiciones laborales, por lo méritos colectivos por el derecho a huelga y no mirando esta otra agenda y por lo tanto, además vemos con mucha preocupación que frente a un escenario, que si bien uno no se lo puede adjudicar única y exclusivamente al gobierno, resulta complejo sí que una autoridad , hoy día considere que es más relevante estar hablando que los trabajadores tenemos o no tenemos derecho a huelga efectiva, que estar detenido o mirando con el nivel de preocupación que se requiere la situación que se está dando en materia de empleo.
¿Ustedes preferirían que el gobierno primero solucione el problema del empleo y después se preocupe de la reforma a la Ley laboral?
Nosotros no queremos caer en la caricatura de que digan que nosotros, en el fondo, ponemos otros temas para no hacernos cargo de la agenda del gobierno. No quisiéramos que esto se leyera como una política del empate. Nosotros hemos dicho que siempre vamos a estar disponibles al diálogo, pero lamentablemente lo que hemos visto, en el marco de las mesas técnicas, que el gobierno conformó, es que este diálogo no es efectivo es un diálogo de sordos porque, en el fondo, lo que hemos visto ahí es lo que estaba en las propuestas tanto de la mesa técnica como la mesa sindical y que entendemos en parte del soporte para la construcción del proyecto de ley de reforma laboral, son los elementos que están contenidos en el programa de Sebastián Piñera.
Entonces, de qué diálogo estamos hablando si lo que está representado ahí, es precisamente lo que el gobierno, antes de ser gobierno, en época de campañas, tenía como plataforma en el ámbito laboral. Si uno revisa el programa de Sebastián Piñera ahí está la regulación de los grupos negociadores para ponerlos en igualdad de condiciones con los sindicatos, ahí está el debate sobre el reemplazo en huelga, el debate sobre servicios mínimos, teletrabajo, pactos de jornada de manera individual, es decir, si uno viera con detalle lo que se ha presentado hoy por parte de las mesas de técnicas, no hay ahí un debate que trascienda las materias que ya venían por el gobierno para ser abordadas en materia laboral.
Por lo tanto, nos parece que ahí ya hay un primer gran problema y un primer gran obstáculo para poder avanzar, pero en segundo lugar, uno olvida efectivamente esta agenda, que es del programa de gobierno, no es una agenda de los actores sociales ni menos del mundo sindical. Esa agenda además está copada con temas que son del pasado. Nosotros lo hemos dicho en distintos tonos, queremos insistir y lo vamos a recalcar. Hoy día de lo que debiéramos estar hablando en términos reales de cómo logramos que, frente a la crisis de empleabilidad, podamos generar una política de contención, que signifique que no se sigan perdiendo empleos y como los desafiamos a construir más empleo.
“No bastaba comprometer la llegada de los tiempos mejores”
¿Qué cree usted que pasó después de la elección presidencial y ganó Piñera y todo iba a resultar, pero no ha sido así?
Lamentablemente a un año de la llegada de Piñera al gobierno lo que estamos viendo es que tiene que responder. Por lo tanto la ciudadanía, que ha ejercido su voto, hoy le pase la cuenta al Gobierno y que el otro grupo muy significativo de ciudadanos y no participó en la elección también considere legítimo hoy día demandar resolución y respuesta a sus necesidades.