Por Mario López M.
Recién asumido a la cabeza de su partido, está lleno de ideas y desafíos, pero tiene claro que primero hay que sintonizar con la gente, recuperar su confianza y concertar grandes consensos.
Critica los “autogoles” de La Moneda y también cuestiona el rol de la oposición y el “tribalismo” político e individualismo en la sociedad chilena. Aspira a rescatar el rol articulador de las aspiraciones ciudadanas, que hoy se expresan en redes sociales.
-¿Qué le parece que a 100 días de asumido este gobierno y a un mes de la cuenta pública, solo se hayan enviado cuatro proyectos al Senado y algo más a la Cámara?
-Y muchos son proyectos que vienen desde la administración anterior, solo hay unos pocos que son nuevos y otros que se han retomado de la primera administración del Presidente Piñera.
Lo que sucede es que hay muchas indicaciones del Gobierno y, además, los presidentes de las comisiones evidentemente quieren escuchar a expertos, pero en concreto es muy poco lo completado, como el ministerio de Ciencia y Tecnología que viene de un proyecto de ley de la ex Presidenta Bachelet, que ya salió del Tribunal Constitucional. Existen muchos proyectos de ley que están con indicaciones, mociones o urgencias simples.
-¿Cuál ha sido para usted el sello de este gobierno, hasta ahora?
-Aunque ha habido buenas intenciones del Gobierno, la desprolijidad ha sido uno de los sellos de estos primeros cien días: además de los 25 seremis renunciados por no cumplir requisitos, subsecretarios renunciados, senadores que piden la salida de ministros o ministras, las pretendidas compras del Lexus, el televisor plasma, etc.; para qué vamos a hablar del nombramiento del hermano del Presidente como embajador en Argentina, el viaje del ministro de Hacienda a Harvard a una reunión de ex alumnos a costa del fisco en un marco de austeridad, las insólitas declaraciones de los ministros Varela o Santelices, o que parlamentarios de gobierno pretendan cuestionar el nuevo reglamento sobre la despenalización de las tres causales del aborto elaborado por el gobierno.
Creo que han sido autogoles de media cancha en los que ha incurrido este gobierno en estos días.
-¿Qué le parece el manejo de la seguridad pública, que no fue muy exitosa en la primera administración del Presidente Piñera?
-Así es. Percibo que no hay una visión integral del tema de la seguridad pública. Mire lo que dijo el presidente electo de México, López Obrador, al anunciar la que será su primera medida pública: dice que invertirá 7.500 millones de dólares en becas y ayudas de estudios para los niños y jóvenes para impedir que caigan en la droga y de la droga al delito.
Una estrategia de seguridad ciudadana tiene que tener un conjunto de elementos, algunos de los cuales son inversión social, trabajo con las comunidades locales, inserción de las policías en las comunas. No se trata solamente de mandar más carabineros a la calle, lo que está muy bien, pero no es lo único, hay que compartir inteligencia, la PDI y Carabineros, reformar el sistema de prisiones, etc; se requiere un conjunto de medidas, no solo represivas. La asimetría de recursos y de dotación policial en las alcaldías es impactante, además.
-El PPD es un partido por definición de origen “instrumental”. Hoy, ¿sigue siendo instrumental y a qué?
-Eso cambió con el tiempo y el partido se alejó de su fundamento de impronta progresista. Ese es mi objetivo como presidente, recuperar y proponerle a la militancia y a la ciudadanía una agenda progresista, que se base en las aspiraciones y preocupaciones reales de la ciudadanía.
Tendremos un congreso a fin de año donde vamos a definir claramente cuál es el carácter ideológico del partido. Pretendo fortalecer el socialismo democrático y las relaciones con los partidos más afines al PPD, lo que no significa no ser un activo promotor de una oposición muy amplia, que vaya desde la DC hasta el PC y el Frente Amplio para enfrentar las elecciones municipales de aquí a dos años.
Paralelamente debemos construir un colectivo progresista que represente las ideas del PPD, que siempre buscaron adelantarse al futuro y estar cercano a las aspiraciones de la gente y ahí estamos todavía con una deuda con la ciudadanía. Espero que podamos recuperar ese perfil progresista que perdimos y que se reflejó en la pérdida de la mitad de nuestros diputados.
-Desde el PPD se ha hablado de colectivo progresista, pero ¿quiénes lo integrarían según usted y con quiénes serían los acuerdos electorales, con quiénes los programáticos y con quienes los políticos?
- He hablado de geometría variable, que incluye acuerdos básicos electorales, y esa es la tarea que tenemos hoy, porque las únicas elecciones que hay de aquí a dos años son las municipales y para eso nos necesitamos a todos sin exclusión.
Luego están los acuerdos programáticos, como fue la Nueva Mayoría, para concordar programa de gobierno. Y constituir en una coalición de Gobierno, pero estamos más lejos de llegar a ese punto, ese será un reto en tres años más. Algo más ambicioso es un acuerdo político estratégico, donde se comparta no solo un programa, sino que una visión de la sociedad, valores, principios, etc.
Se puede trabajar vías paralelas, la electoral y la político-estratégica, pero la prioridad hoy es el construir una alianza electoral que nos permita conservar o ganar alcaldes, concejales y, eventualmente, gobernadores regionales, que por primera vez se van a elegir.
Eso implica darle una prioridad a las regiones, a una descentralización en serio, que los candidatos y los recursos no sean simplemente para Santiago o determinados por Santiago, sino que el compartir poder desde el centralismo de nuestro país hacia las regiones.
-Usted hace referencia a materias electorales, por supuesto importantes, pero ¿no será un poco más de lo mismo para la gente, que percibe que solo se reúnen en torno al poder, cargos cupos y no por proposiciones concretas que los identifiquen a ellos?
-Estoy absolutamente de acuerdo con eso, pero mi respuesta fue a una pregunta sobre alianzas. Quiero que el PPD vuelva a ser un partido de ideas, propositivo y cercano a las aspiraciones concretas de la gente, con propuestas en materias como crecimiento económico, que es fundamental para la creación de más y mejores empleos, y eso implica también un modelo económico que deje atrás el perfil meramente extractivo y agregar valor, conocimientos, ciencia a lo que producimos y esa es una discusión fundamental.
Igualmente, promover un crecimiento sustentable, es decir, que no sea a costa de nuestros recursos naturales, con respeto al medioambiente. Y como dije antes, tener propuestas en materia de seguridad ciudadana, como parte de una estrategia de desarrollo. Y no bajar, como se ha propuesto, bajar la edad de imputabilidad a los 12 años, eso no funciona. Discutir sobre pensiones dignas, porque el gobierno va a presentar una propuesta que seguramente va a favorecer a las AFP y no a la gente. Lo mismo en materia de salud, donde es urgente una reforma de las isapres, pero además hay que fortalecer el sistema de Fonasa, porque allí se atiende el 83% de la población. Agregaría la administración y defensa de las áreas marinas protegidas, etcétera.
Debemos tener propuestas concretas para que la gente sienta que estamos hablando de sus inquietudes y aspiraciones y no de cuestiones de políticos y poder. No dejaría de lado una nueva Constitución, conforme a lo que fue el proyecto presentado por la Presidenta Bachelet y no ‘pedazos’ de cambios constitucionales por parte del gobierno. Todas estas son parte de las tareas importantes que debemos asumir, además de reconquistar el prestigio de la política y la cualidad de los partidos políticos de ser articuladores de las demandas, inquietudes, propuestas e incluso la indignación de la gente, que hoy se canalizan más por las redes sociales.
-Para algunos, es más fácil para el PPD dialogar con la DC que con el PC. ¿Qué piensa usted?
-No quiero desmentir ninguna de esas declaraciones, pero creo que tenemos hoy una prioridad, que es conformar una alianza electoral para enfrentar las municipales.
Tengo respecto de alianzas una visión, pero eso hay que explorarlo con los partidos más cercanos para constituir un colectivo progresista y democrático y eso está por verse. Nosotros tendremos un Congreso Ideológico a fin de año, por lo que no me adelantaría a expresar ahora mis preferencias. Las que se hayan manifestado representan las opiniones de quienes las emitieron, las del partido se dan por los canales institucionales, incluyendo la presidencia o la mesa del PPD frente a las coyunturas.
-¿Por qué un joven, por ejemplo, desearía integrarse al PPD hoy?
-Porque queremos un partido moderno, que esté en sintonía con los problemas del siglo XXI y no con los del siglo XX, con tolerancia cero ante cualquier forma de corrupción, que respete a las regiones, inserto en los movimientos sociales y porque el PPD es un espacio amplio, donde pueden coexistir progresistas de origen cristiano, laico, feministas, ecologistas, liberales, izquierdistas, pero siempre con un perfil progresista, porque hoy hablar de ‘izquierda o derecha’ no tiene mucho sentido.
Cuando uno ve en Italia, por ejemplo, un movimiento muy duro de izquierda en alianza con la extrema derecha haciendo las mismas políticas, como es echar al mar a los refugiados que buscan asilo, uno piensa: ¿cuál es la diferencia entre derecha e izquierda? La diferencia importante es entre progresismo y conservadurismo y si alguien entra a militar en el PPD es porque se va a comprometer con el progresismo.
Debemos adelantarnos a lo que viene. El PPD así lo hizo en el pasado; este partido fue el que propuso la Ley de Divorcio, la Ley de Filiación para reconocer a los hijos ilegítimos, el que propuso el término de la pena de muerte, el primero que priorizó el medioambiente, el más insistente en hablar de la gratuidad en la educación, que hoy todos la dan por sentado. Tenemos que seguir adelantándonos a los temas de futuro, como qué hacer frente a una sociedad que se está transformando a través de los medios digitales, la inteligencia artificial, la robotización, que implican cosas tan concretas como la pérdida de 1.800 puestos de trabajo en Chuquicamata porque ahora robots hacen bajo tierra el trabajo que antes hacían los mineros a tajo abierto.
Y le anticipo una cosa: queremos convertir a la Fundación por la Democracia en un centro de pensamiento del progresismo chileno y latinoamericano y eso comenzará a ver en los próximos meses, con propuestas que pueden atraer a progresistas y a jóvenes a militar en nuestro partido.
-A propósito de anticiparse, está bien aspectado en encuestas. ¿Heraldo Muñoz 2021?
-De ninguna manera, estoy pensando en las elecciones municipales, esa es la tarea urgente que tenemos. De hecho hemos propuesto la creación de una secretaría nacional de capacitación y de formación de liderazgos, justamente para ver el tema de candidatos, trabajando con alcaldes y concejales en un plan estratégico para mantener y conquistar nuevas alcaldías, gobernaciones regionales, con los acuerdos electorales que sean necesarios. No tengo ningún plan más allá de eso.
-Sí, pero en política se entra a servir, independiente de la trinchera en que se sirve y la Presidencia es una más de ellas.
-Sí, es verdad, pero nunca lo he pensado. Soy una persona que viene de Estación Central, que nací y crecí allí, que tuve la oportunidad de estudiar en una escuela pública gratuita; algunos de mis amigos terminaron en la delincuencia o en el alcoholismo, así que me siento muy satisfecho de esta oportunidad meritocrática que tuve de llegar a ser canciller de la República y ahora presidente de un partido. Quisiera que muchos más tuvieran esa oportunidad en un país más meritocrático, pero pensar en algo que está a tres años de distancia, no me parece oportuno ni está en mis planes, francamente.
No puedo decir nunca voy a hacer esto, pero no es parte de mis planes en este momento.
-¿Cómo ve a Chile en los próximos 20 años?
-Lo veo bien, si somos capaces de construir consensos mirando al largo plazo y no al siguiente gobierno. Uno de los documentos importantes que produjimos en la Cancillería se llama Política Exterior 2030 y allí reunimos a gente de todos los colores políticos para pensar cuáles serían los intereses de Chile a nivel internacional en casi 15 años más. Eso es lo que tenemos que hacer.
Si pensamos el país -y lo he dicho antes y lo repito-, primero está el país y después el partido. Si pensamos en un amplio espectro de acuerdos para 2030, 2035, 2040, veo el futuro con optimismo al país, pero si seguimos con el ‘tribalismo’ político, con la falta de consensos, no vamos a llegar a ningún lado.
Hay un individualismo que tenemos que superar con un sentido de futuro colectivo que tenemos que construir todos juntos. Hay que entusiasmar a participar a la gente; no sabemos qué piensa ese 50% que no votó en la última elección presidencial y tenemos que decirle que sus pensiones y su salud dependen de por quién voten, por qué propuestas voten y si hay más propuestas que sean unitarias, me parece que tenemos mejores posibilidades a futuro. En todos los rankings estamos relativamente bien, comparados con países de América Latina, pero si tenemos un poquito más de audacia y queremos un país desarrollado eso va a significar, necesariamente, consensos amplios, si no el futuro no será lo positivo al que aspiramos.