Recientes indicadores dados a conocer por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento muestran que la liquidación de empresas aumentó un 56 por ciento en 2018 comparado con igual período de 2017.
El lunes recién pasado amaneció con otra crisis económica que afecta directamente al sector manufacturero y golpea con fuerza al nivel de empleo. Se conoció que la cadena The Republic of Beauty cerrará la totalidad de sus sucursales que actualmente funcionan a lo largo del país, luego de que el viernes pasado la sociedad operadora de la compañía, Trob SpA, solicitara la liquidación voluntaria.
La firma era conocida por sus tiendas de venta de productos de belleza y cuidado personal, y según publica La Tercera, ha sufrido pérdidas financieras en todos los años desde su inicio de sus actividades, en 2012. De este modo, llegó al año actual en una precaria situación financiera donde acumulaba pasivos -una deuda- que sumaban un total de $3.500 millones.
La compañía contaba con cerca de 150 trabajadores y tenía 20 sucursales distribuidas principalmente de grandes centros comerciales, como Alto Las Condes, Mall Plaza Los Domínicos, Florida Center y Mall Plaza Oeste, y en regiones entre Antofagasta y Bío Bío.
La quiebra se suma así a una serie de situaciones similares que se han conocido solamente en las últimas semanas: Calzados Beba anunció el cierre de sus locales tras una liquidación que pone fin a uno de los clásicos de la zapatería nacional. En el mismo rubro Guante no logró superar la crisis y en total son 283 trabajadores a los que la firma les terminó el contrato, luego de que decidiera cerrar la planta ubicada en la comuna de San Miguel, tras 90 años de historia.
En un comunicado, la empresa asegura que “dentro de la industria del calzado, desde hace décadas es ampliamente conocida la enorme dificultad que significa fabricar en Chile, dada la gran diferencia de costos con productores de otros países“.
Golpe al empleo en la manufactura
Las voces de alerta apuntan principalmente a las consecuencias que esto tiene: el desempleo que afecta a miles de personas que se desempeñaban en estas compañías.
Los números son claros. Recientes indicadores dados a conocer por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento muestran que la liquidación de empresas aumentó un 56 por ciento en 2018 comparado con igual período de 2017.
Así, grandes industrias como la fábrica de Containers Maersk, Constructora CIAL, Pastas Suazo, la azucarera Iansa de Linares, entre otras, ya informaron el cierre definitivo de sus cortinas.
El economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), Manuel Riesco, en declaraciones a Radio U. de Chile, señaló que el capital especulativo abunda en recurrentes períodos de crisis económica, pero se retira cuando las economías centrales se recuperan. Esto afecta a las empresas deudoras, que ya no renegocian sus deudas, crecidas adicionalmente por la devaluación monetaria.
Para Riesco, las compañías en países con amplia apertura comercial y endeudadas comienzan a sudar frío nuevamente.
“En el periodo de vacas gordas, plata dulce, cuando bajan los capitales especulativos, las empresas se sobreendeudan y una parte significativa lo hace en moneda dura, como el dólar o el euro. Cuando se retiran estos capitales no les renegocian las deudas y estas compañías se ven en serias dificultades”, dijo.
“Esto se profundiza en un país como Chile, una economía completamente abierta y dependiente de los capitales especulativos, contribuyendo además la hegemonía que ostentan las corporaciones mineras que han impuesto una política que es favorable a los rentistas y no a los industriales. No hay protección para la industria, no hay protección para el mercado interno”, afirmó.
En tanto Andrés Solimano, PhD del MIT,, aseveró que los indicadores son contradictorios. Al posible repunte económico, donde se corrige hacia arriba las estimaciones de crecimiento del país, se suma el factor de cambio de gobierno, que supuestamente auguraba un mejor futuro. Sin embargo, las empresas están quebrando en igual o mayor cantidad que en el periodo anterior.
Solimano aseguró que hay que ver cada caso en particular, pero agregó que puede existir un problema de endeudamiento donde no se refinanciaron los préstamos adquiridos anteriormente.
“El escenario es confuso, contradictorio, porque existen indicadores que andan bien, pero otros muy volátiles como el dólar, la bolsa y el precio del cobre. Las expectativas de crecimiento subieron con el cambio de gobierno, se creó todo un ambiente de que ahora sí volvía la recuperación, pero ya llevamos un semestre y tal vez ahora no todo sea optimismo. Sin embargo, de ahí a que las empresas quiebren, eso ya son palabras mayores. Tendríamos que analizar aspectos específicos del problema”, puntualizó.
Marco Kremerman, investigador de la Fundación Sol, consideró que el fenómeno obedece al reacomodo del capital a nivel nacional e internacional. También, dijo, este problema responde a las luchas hegemónicas de los gobernantes de las principales economías del mundo.
“Las empresas están reacomodando sus estrategias a nivel nacional e internacional. Podría ser que como hubo un ciclo complejo en el país en años anteriores, en el sentido de que se creció poco, recién están reestructurando sus planes de inversión, con una suerte de rezago. Lo que sin duda no pasó fueron los tiempos mejores que se preveían, con expectativas más beneficiosas en términos económicos para este período; no necesariamente esto se traduce en más empleos, de mejor calidad y en que las empresas estén contratando más”, subrayó.