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Reportaje Cambio21: Reservando los gastos para defraudar: Graves delitos en el Ejército con los gastos reservados

Foo: El último jefe del Ejército, general Humberto Oviedo

Por María Sepúlveda

Todo comenzó con la investigación del periodista Mauricio Weibel en 2015 quien realizó una exhaustiva investigación para dejar en evidencia  un millonario fraude cometido por altos mandos y suboficiales que se coludían para robar los dineros que provenían de la Ley Reservada del Cobre, que obligaba a Codelco a entregar el 10% de sus ingresos para gastos militares. Lamentablemente, estos recursos nunca fueron fiscalizados por ningún organismo del país  porque estaban destinados a las áreas de inteligencia y seguridad.


La indagatoria judicial del llamado “milicogate” estima en más de $6.100 millones los montos defraudados. Las pesquisas revelaron cómo personeros del Ejército gastaron esos dineros en casinos, viajes y caballos.

 Durante años el Ejército pagó facturas falsas, duplicadas, sin el timbre de Impuestos Internos o de empresas con término de giro, en la mayor operación de defraudación cometida al interior de esa institución en el siglo XXI.

Hasta ahora el ministro en visita Omar Astudillo pudo comprobar judicialmente que al menos unos 5.500 millones de pesos fueron desfalcados entre 2010 y 2014, a través de operaciones ligadas a empresas como Raúl Fuentes Quintanilla, Tecnocentro, Tajamar y Frasim.

Los fondos supuestamente malversados corresponden a recursos provenientes de la Ley Reservada del Cobre, los que tienen como destino tanto la compra de material bélico como la adquisición de repuestos para estas maquinarias de guerra.

El corazón de las defraudaciones fue el Comando de Apoyo a la Fuerza, unidad creada el año 2006 bajo el mando del general Juan Emilio Cheyre, y que tiene por misión gestionar las compras de material bélico asociado a los fondos de la Ley Reservada del Cobre.

Los informes de la Policía de Investigaciones, y las propias confesiones de los detenidos, indican que toda la operación comenzaba cuando un militar conseguía una factura con un proveedor.

Las Fuerzas Armadas gastan en conjunto unos 350 millones de dólares anuales en compra de armas y mantención de su potencial bélico (repuestos). Los excedentes son incorporados al Fondo de Contingencia Estratégica que administra el Banco Central desde el gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014).

Aunque no hay cifras públicas, el experto en Defensa José Santos estima en unos 5.000 millones de dólares el monto reunido en el Fondo de Contingencia Estratégica a la fecha, cifra equivalente a toda la Reforma Educacional.

Si nada cambia, es posible prever que anualmente otros 500 a 600 millones de dólares seguirán engrosando este fondo en el futuro. Al año 2020, este fondo ascendería por tanto a unos 8.000 millones de dólares, el mismo monto de la Reforma Tributaria de 2014.

Innumerables hechos de corrupción

Empero, con el correr del tiempo han quedado al descubierto innumerables  hechos de corrupción al interior del Ejército todos relacionados con fraude al fisco, malversación de fondos reservados, pagos irregulares, servicios inexistentes, viajes, licitación de uniformes y cualquier cosa que les permitiera quedarse con dineros que no les correspondían.

Actualmente, el ex comandante en Jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente Alba, se encuentra en prisión preventiva por malversar $3.500 millones de gastos reservados, los que según él mismo declaró ante la ministra Romy Rutherford, los utilizó en mantención completa de su vivienda (limpieza, alimentación, cenas especiales, entre otros ítems), además de entregar parte de esos recursos a miembros de su grupo familiar y de disponer mensualmente dinero a los ex comandantes en Jefe.

 16 vehículos, más de 50 viajes con estadías en hoteles 5 estrellas, "ayudas" a otros ex-comandantes en jefe por hasta 800 mil pesos mensuales,  choferes, cuatro cocineros, dos mayordomos, un telefonista, pago de servicios básicos en la casa del General (r). Al menos $12 millones al mes habría sido el gasto del General (r) durante cuatro años en el ítem mantener su casa y su familia. Es decir todo financiado por el Ejército.

Se ha conocido información de todo tipo como por ejemplo que “en una oportunidad fue enviado a Haití, cuando allí estaba la misión militar chilena. Salió desde Pudahuel y estuvo en Miami tres días; de allí voló a Haití donde permaneció algunas pocas horas y luego viajó a Punta Cana por otros tres días”.

Gran parte de los viajes los realizaron a Madrid, Londres, París, Bosnia Herzegovina, Chipre, Croacia, entre otros.

En sus viajes se habría quedado constantemente en los mejores hoteles, arrendado vehículos de lujo y frecuentado los restaurantes más conocidos, todo pagado, como es la tónica ya, con fondos reservados del Ejército.

Uno de sus puntos débiles son los autos, otra arista de los gastos por cerca de $500 millones en vehículos, 9 de ellos que adquirió en Klassic Car, otros 5 que compró en Kaufmann y 2 más que compró en Aventura Motors, uno de ellos para su esposa.

Otras aristas investigadas

Otras aristas indagadas por la ministra Romy Rutherford, designada en forma extraordinaria para averiguar lo que estaba pasando en el Ejército, son los pagos irregulares desde el Fondo de Ayuda Mutual. En este caso, el desfalco alcanzaría los $3.000 millones y podría involucrar a casi 600 efectivos. Desde las arcas de la mutualidad se pagaban montos que no correspondían a uniformados en retiro y en servicio activo.

La investigación de la ministra Rutherford también abarca el fraude con los dineros utilizados por los militares en sus viajes en comisión de servicio. Por ejemplo, se detectó que había generales que compraban pasajes con cargo al Ejército y luego los cambiaban en agencias de viajes donde tenían contactos establecidos para utilizar esos vuelos en vacaciones familiares. La ministra Rutherford está investigando el periodo 2009 – 2015 y ya tiene en su poder los detalles de todos los viajes realizados por los comandantes en Jefe de la institución.

Hay quienes se han resistido a las peticiones de la ministra Romy Rutherford e incluso han recurrido al Tribunal Constitucional para no seguir siendo investigados como es el caso del general ® Humberto Oviedo, ex comandante en jefe del Ejército. Sin embargo, la ministra siguió adelante con su trabajo y fue a la casa de Oviedo, lo interrogó -aunque él se negó a responder cualquier pregunta -y determinó prisión preventiva y hace unos días le notificó a Oviedo que era formalmente procesado por la malversación de más de $4.500 millones mediante la utilización de gastos reservados, establecido en un documento de 250 páginas donde se detallaba cómo el militar habría usado personalmente esos dineros en sus cuatro años como comandante en jefe.

El procesamiento señaló cifras sorprendentes: una vez al mes Oviedo recibía $6 millones para su propio uso, distinto a su remuneración, totalizando más de $200 millones en menos de tres años. Además, $24 millones eran destinados al mantenimiento de su casa (incluida la comida), $30 millones anuales para viajar, aparte de los viáticos y $21 millones para el “repostero”. Anualmente, en total tenía $745 millones de libre disposición.


Del mismo modo, mensualmente pagaba $2,3 millones al secretario general y cerca de $1,2 millones a otros asesores, además de $1 millón mensual para cada ex comandante en jefe del Ejército. Todos los dineros mal utilizados por Oviedo salieron de los gastos reservados, que para efectos legales solo pueden ser usados para la seguridad nacional.

 Uso de gastos reservados por Oviedo

Según se supo, el sistema funcionaba de esta manera: Oviedo acordó con el director de finanzas, Jorge Rojas, que el jefe del departamento de finanzas de la Comandancia en Jefe, Sergio Undurraga Vásquez, debía retirar el dinero para gastos reservados y distribuirlos en efectivo de manera parcelada. Esto se realizaba bajo tres conceptos: “Recursos del comandante en jefe”, “recursos extraordinarios del comandante en jefe o “recursos de libre disponibilidad del comandante en jefe”.

Con el dinero en sobres, Undurraga repartía a Oviedo, ex comandantes en jefe, asesores y también al teniente coronel Cristóbal Butti, encargado del mantenimiento de la casa del general (r), en Vitacura.

De acuerdo a Butti, la primera entrega en marzo de 2014 fue de $ 6 millones, por cinco meses. “Esa suma aumentó a $ 8 millones por un año. A mediados de 2016 pasaron a unos $ 10 millones (…). Algunos meses a sumas superiores a los $ 18 millones, incluso sobre los $ 25 millones, por las actividades de finales de año”.

Vásquez reconoció este modus operandi y añadió que los montos en gastos reservados de Oviedo “fluctuaban entre los $ 750 y $ 800 millones anuales”, de lo que no debía dejarse constancia.

La mayor parte de lo supuestamente malversado por Oviedo sería la glosa en dólares de gastos reservados. Rutherford afirma en su procesamiento que “por orden del comandante en jefe, dichos caudales durante los años 2014, 2015 y 2016 ascendieron al equivalente a US$1.540.000, más $195.200.000 por cada año; y el año 2017 al correspondiente a US$ 1.520.000 más $ 96 millones”.

Otros puntos llaman la atención del documento. El ex secretario general del Ejército, general (r) Sergio Ahumada, declaró que había almuerzos en la Comandancia en Jefe con políticos y columnistas, con dineros que vendrían de los fondos reservados; se manejaba un stock de chocolates que compraban en La Fete, Mulier o Leonidas (…) y se gastaban unos $150.000 a la semana en chocolates; asimismo, en flores se llegaron a gastar $600 mil y hasta $8 millones en lápices Mont Blanc.

Muchos han defendido a los implicados en gastos “excesivos” comentando que son habituales en el Ejército los regalos de distinto tipo y que venían de la época de Pinochet. En tal sentido el general ® Guillermo Porcile dijo que “era muy difícil que se le pusiera término a prácticas  como todas estas, con lo que no quiero decir que las justifique y diga que era ilegal, pero no podía llegar un nuevo comandante en jefe y eliminar todo esto de la noche a la mañana, era gente que trabajaba mucho y con información sensible”

Ante el escándalo, al que han asistido todos los chilenos, el gobierno aprobó la salida del 45% de los altos mandos lo que supone un cambio sin precedentes en la plana mayor del Ejército chileno.

La medida surgió  semanas después de que la justicia militar chilena procesara al segundo mando del Ejército, el general John Griffiths, en el marco del llamado “Milicogate”, una megacausa que pesquisa desde hace dos años a una red de uniformados y civiles por apropiación indebida de millonarios fondos.  

Una ley para controlar

Ante esta situación en el Ejército, qué medidas se tomarán. El diputado Manuel Monsalve detalló a Cambio21 que; “lo primero que se está haciendo es tramitar y despachar una ley, que fue  un compromiso del gobierno en el trámite de la Ley de Presupuesto, cuando se rechazaron los gastos reservados, justamente para establecer un control civil más estricto respecto al uso de los  gastos reservados”.

Según explicó “esa ley fue despachada en la Cámara la semana pasada y entre otras cosas le da facultades al Congreso primero: elimina los pisos, o sea, como ustedes saben había un  piso establecido bajo el cual no se podía disminuir los gastos reservados. Elimina eso. También elimina la obligación de los jefes que establece la facultad que las personas que manejan gastos reservados tengan que hacer declaración de patrimonio e intereses, de manera de poder hacer  el seguimiento a su patrimonio. Se establece un mecanismo de rendición más riguroso a nivel de los que tienen que entregar los comandantes en jefe, pero también los jefes de las unidades que manejen gastos reservados de los subsecretarios y también se  mejora la rendición de cuentas ante la Contraloría”

“O sea, lo que está claro es que lo que ha pasado con los gastos reservados es un hecho gravísimo porque estos tenían  como fin proteger la seguridad nacional  y por tanto, desarrollar labores de inteligencia y alguien que toma recursos que están destinados a la seguridad nacional y proteger los intereses de la nación para uso personal está  cometiendo delito gravísimo y lo otro que quedó demostrado es que hay una incapacidad del poder civil de poder controlar el uso que se le dan a los gastos reservados lo que permitía lo que hizo Oviedo , que sacaba plata de los gastos reservados para gastos personales. Son cifras absolutamente escandalosas”, explicó el diputado.
 
En esta misma línea agregó que “no es posible mantener los gastos reservados, todos entienden que gastos reservados tienen que haber, pero para la seguridad nacional y las labores de inteligencia y por lo tanto lo primero que se elimina el piso para que sea el Congreso el que determine cuál es el monto de los gastos reservados y establecer un conjunto de medidas para mantener un mejor control, para detectar a tiempo si alguien se está enriqueciendo de manera ilícita”.
 
Además “para que se rinda cuenta del uso de los gastos reservados de una manera más rigurosa y no simplemente una firma que dice los gasté bien y nadie más puede preguntar nada”
Para el diputado Monsalve lo que ha ocurrido con los gastos reservados ha sido escandaloso. A mí me parece que se ha cometido un delito grave porque se han usado recursos destinados a un elemento esencial de la seguridad nacional y esto demuestra que ni el Ejército ni ninguna de las fuerzas armadas pueden estar ajenos al control civil y rendición de cuentas y justamente para eso hay que legislar y nosotros lo hemos estado haciendo. Por algo rechazamos los gastos reservados en la discusión de Ley de Presupuesto para obligar al gobierno a enviar un proyecto de ley para que mejorara los controles”.