Por Mario López M.
“Los gobiernos se miden por sus resultados”, ha dicho el Presidente electo. Es cierto, sin embargo los medios deben estar acordes al fin y los ministros designados por él son los que implementarán las grandes políticas públicas, entre ellas la gratuidad y calidad en la educación, el aborto en sus tres causales, etcétera. Pero no creen en ellas.
Menos se entiende que a pesar de haber aplicado “todos los filtros” para evitar enfrentamientos acerca de su pasado y su nueva designación, de lo público y lo privado, muchos de los designados plantean serias e irreversibles contradicciones en esta materia. No deja de llamar la atención que Penta y la Clínica Las Condes tengan “representantes” en el próximo gabinete.
Cuesta además entender que hayan sido designados ministros que no crean ni un instante en las políticas que les tocará emprender ¿O será que en realidad es justamente por su no creencia en ellas que se los que los llamó, para desarmarlas?
Durante meses de campaña y más de uno desde que fuera electo Piñera hemos escuchado que esta vez la derecha no caería en los errores de la primera administración y que a toda costa evitaría los conflictos de interés en las nuevas autoridades. Depurarían la plantilla, se revisarían desde Dicom hasta los tuit de los aspirantes al gabinete, pero no, bastaron un par de días para ver cómo cerca de la mitad de los futuros secretarios de Estado están hasta el cuello vinculados a empresas o personas que les generarán grandes conflictos de intereses sobre materias que serán de sus gobernanzas.
Contradicciones vitales
¿Significa el cuestionar estas contradicciones que se busca encontrar todo mal, solo para caer en lo mismo que hizo la derecha por cuatro años (y por toda su vida siendo oposición, por qué no decirlo): negar la sal y el agua al nuevo gobierno? No, significa constatar las incoherencias entre el discurso público y los porfiados hechos que evidencian cómo se viene la mano en el próximo gobierno de la derecha, más extrema, que se tomó el gabinete.
Excedería la extensión de esta nota analizar a todos y cada uno de los ministros y sus contradicciones vitales en “las tres causales”: una, aquellos que poseen un absoluto desacuerdo con las políticas que debieran aplicar durante su gestión; dos, aquellos que adolecen de conocimientos, experticias o identidad con el ministerio asignado y, tres, aquellos que enfrentan graves conflictos de interés que atravesarán sus administraciones sectoriales. Solo nos limitaremos a los hechos objetivos que amenazan tormentas.
Felipe Larraín, Andrés Chadwick, Cecilia Pérez, Hernán Larraín y otros, ya serán analizados.
La provocación: educación
El designado nuevo ministro de Educación, Gerardo Varela, encarna en sí mismo las tres contradicciones. No cree un ápice en la gratuidad y se encargó de decirlo a los cuatro vientos y a quien se lo quisiera escuchar. Calificó a la educación como un bien de consumo, afirmando que, “como la salud y la seguridad, son tanto derechos como bienes económicos” y no un deber de Estado para con sus ciudadanos.
Ha dicho que la reforma a la “educación chilena es equivalente a la que hizo Idi Amín –dictador de Uganda– a los derechos humanos”. Según él, el gobierno “ha restringido el derecho de los padres a elegir el colegio y a que paguen para mejorar la formación académica de sus hijos”.
Quizás la frase que más lo distingue en su neoliberalismo brutal es su análisis sobre la educación superior: “el Estado debe asegurar un mínimo de calidad, ranquear a los competidores, hacer seguimiento a la empleabilidad y financiar con becas o préstamos a los que no tienen los medios. Pero lo peor es lo que ha hecho este Gobierno: negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios, que serán los privilegiados de la sociedad”.
Ha denostado la construcción de salas cunas y la ley que terminó con la selección y el copago en la educación escolar, cuestionando de paso la prioridad en la educación pública.
Tampoco escapa a los conflictos de interés. Son numerosos los vínculos de Varela con el lucro en la educación. Entre las sociedades en las que participa se encuentra “Progreso Regional Aquinas S.A.”, dedicada a desarrollar “proyectos educativos en cualquier ámbito de la formación educacional”.
También su rol en EducaUC, empresa privada ligada a la Universidad Católica, ha sido objeto de serios cuestionamientos por su negocio de Asistencia Técnica Educativa (ATE), que implica que los establecimientos particulares subvencionados financian asesorías a través de los recursos entregados por esta ley para mejorar la gestión con los más pobres de la educación pública y la particular subvencionada. Lucran con fondos públicos, se cuestiona.
Por último, expertos, profesores y estudiantes cuestionan, que la vinculación de Varela con la educación sea a través del lucro. Él es un hombre de empresas, del derecho, vinculado a la defensa del caso Cascadas y acérrimo protector del “choclo” Délano, de quien admira su “sensibilidad social”.
Transportes, TranSantiago, TurBus
La designada ministra de Transportes, Gloria Hutt, está vinculada justamente a empresas que deberán ser fiscalizadas y normadas por el ministerio a su cargo, como la muy sancionada TurBus. Pero no es lo único, porque en su desarrollo profesional se ha dedicado a asesorar a empresas relacionadas con el sector.
Entre el primer gobierno de Sebastián Piñera, donde fue subsecretaria de Transportes, sdaltó al mundo privado, siempre relacionada con aquello que tuvo a su cargo, volviendo hoy nuevamente al mundo público, ahora como ministra.
Entre las empresas con que se vincula se encuentra la sociedad de inversiones y consultorías Quiz SPA, a la que llegó apenas terminó su gestión en el pasado gobierno, en junio de 2014. Ella la formó junto al entonces ministro de Transportes Pedro Pablo Errázuriz. La compañía se contactó con el ministerio de Transportes en 2016 buscando entrar a proyectos de inversión que conoció en su calidad de funcionaria pública, ahora una flamante “gestora de intereses”.
Hasta hace menos de un mes Hutt continuaba en sus labores comerciales relacionadas con el ministerio que deberá encabezar, incluso llegando a reunirse con importantes funcionarios públicos, entre ellos la propia actual ministra, buscando hacer negocios relacionados a materias propias de la cartera de Transportes.
Hutt asesora al consejo directivo de TurBus, empresa que tiene intereses en la licitación de tres tramos del Transantiago entre 2018 y 2028, en los que ella misma deberá intervenir. Si ese no es conflicto de interés…
Salud, la “sucursal” de Clínica Las Condes
Conocido es el vínculo que mantuvo el Presidente electo, Sebastián Piñera, con la Clínica Las Condes, donde fue accionista. En su pasada administración designó como ministro de Salud a Jaime Mañalich, accionista como él y exdirector de ese centro privado hospitalario. Tras su paso por el ministerio volvió a la mencionada clínica, pero esta vuelve a estar presente en el gabinete y en el mismo ministerio. Ahora se trata del doctor Emilio Santelices.
También accionista de Clínica Las Condes, cuestionada en la pasada administración por haberse beneficiado del pago de camas que arrendó a un alto costo a la salud pública.
Siendo ministro Mañalich se destinaron $20.100 millones a la compra de este ítem para pacientes críticos en clínicas privadas. A título ilustrativo, el gasto promedio diario es de 380 mil pesos en la administración pública y en la Clínica Las Condes es de 1,2 millones por día.
Santelices, otro hombre de emprendimientos, posee otras sociedades vinculadas al área de la salud. Aparece en el Diario Oficial y en el Registro de Sociedades relacionado con al menos a cinco empresas médicas a través de las cuales prestaba servicios de salud, pero también arrendaba o vendía propiedades.
Entre ellas se encuentra “Inversiones Estoril Salud SpA”, de reciente data (2017), dedicada a la “adquisición y enajenación de efectos de comercio y valores mobiliarios”, relacionada justamente con el rubro que deberá gestionar.
¿Será mucha la coincidencia o derechamente Salud es sucursal de la Clínica Las Condes?
Energía, Penta y Susana Jiménez
Quizás a algunos llame a escándalo que Marco Comparini, el esposo de la nueva ministra de Energía, Susana Jiménez, se encuentre íntimamente ligado al grupo Penta y a sus controladores, los formalizados Carlos “choclo” Délano y Carlos Lavín. Eso si no fuera porque el propio Presidente electo, Sebastián Piñera, es íntimo amigo de ellos y hasta la fecha se sigue relacionado con estos.
Comparini fue gerente general del Banco Penta y director de Penta, figurando en la nómina de formalizados en 2015 por operaciones con boletas ideológicamente falsas destinadas a defraudar al fisco. Además está relacionado (recién renunció) con empresas que quedarán bajo la fiscalización y normativas del ministerio que asume su esposa, la empresa eléctrica Enlasa.
Fue formalizado junto a otros 15 ejecutivos vinculados con los casos de corrupción ligados a Penta, entre ellos el ex administrador electoral de Sebastián Piñera, Santiago Valdés, el 1 de octubre de 2015. La defensa del presidente electo y sus adláteres se basa en “ella es ella, él es él”, conocido refrán pero que no fue respetado por la propia derecha cuando atacó descarnadamente a la Presidenta Bachelet por hechos que se le imputaban a su hijo y a su nuera. Allí no operó ese principio que hoy reclaman en favor de Jiménez.
Pero hay otro “detalle” no menor y dice relación con otra causa que también ha sido judicializada y que incluso salpicó hasta al mismo Piñera: el caso de Minera Dominga –hoy de propiedad de la familia Délano y que fuera también de Piñera-. ¿Por qué? Porque se trata de un ex trabajador de Penta, empresa que se verá afectada (o beneficiada) cuando la cartera que dirigirá mu mujer, Minería, parte del Comité de Ministros, vuelva a ver el caso, de acuerdo con lo que falle el Tribunal Ambiental.
Penta se instala en Desarrollo Social
Susana Jiménez, Gerardo Varela y otros futuros ministros no se encuentran directamente relacionados con Penta, como es el caso de Alfredo Moreno, próximo titular de Desarrollo Social e integrante de los ministros del área política, quien incluso ha llegado a ser sindicado como el “delfín” de Piñera.
El líder de los empresarios -hasta la designación dirigió a la poderosa Confederación de la Producción y el Comercio (CPC)-, fue quien asumió a nombre de los controladores de Penta la dirección del holding apenas explotó el caso de financiamiento ilegal de la política y en donde los primeros en caer fueron sus empleadores, los Carlos, Délano y Lavín.
Se trata de uno de los ministros que “se repite el plato” o la sillita giratoria, solo que ahora ya no en RREE.
Para algunos designar a Moreno a cargo de Desarrollo Social equivale a nombrar a un interno de Punta Peuco a cargo del Instituto Nacional de Derechos Humanos. Cuesta para muchos entender cómo, a manos de un empresario enfocado en el lucro como motor de la sociedad, se podrá dar viabilidad a los derechos sociales adquiridos o profundizar esto, que no sea de la mano de la limosna.
Para el columnista y rector de la Universidad Dieg Portales Carlos Peña, ello se explica por el fenómeno de “la derecha compasiva, cuyo espíritu es el de Moreno”, que “combina la sensibilidad aprendida en el Colegio San Ignacio con la sagacidad empresarial que le enseñó Chicago”.
Emilia Nuyado, diputada electa del distrito 25, estima lamentable el nombramiento, porque “él es un empresario que representa los conglomerados económicos más importantes del país. Dudo que tenga las herramientas necesarias para empoderarse de los urgentes necesidades que tienen las comunidades indígenas, las familias pobres y vulnerables del país (…) No sé cuál será el aporte a los diversos programas en el ámbito social y de apoyo a las familias más vulnerables, entre ellas las comunidades indígenas. No sabemos cuál será la mirada que tendrá sobre la continuidad del convenio 169. Lo más probable es que opten por no seguir con este convenio, ya que los empresarios que él representaba planteaban que en Chile afectaba los proyectos de inversión”.
Isabel Plá, ¿poroto en paila marina?
La designación de la dirigenta UDI Isabel Plá a cargo de la implementación del aprobado aborto en sus tres causales y de la igualdad de género, como políticas públicas a cargo del Ministerio de la Mujer, resulta no solo contraproducente sino que además una provocación a la dignidad y derechos conquistados justamente por las mujeres. Ha comparado el aborto (cual sea su apellido) con la esclavitud y defiende los piropos, a los que en caso alguno considera acoso.
“Estoy muy en contra del aborto, le pongan el apellido que le pongan", dijo en una entrevista en 2013, al mismo tiempo que sostenía que “tengo plena certeza de que en Chile existen todos los avances científicos para salvar situaciones que se han planteado como justificaciones para practicar un aborto terapéutico. El día que tenga que cambiar una posición en un tema tan clave como ése para ganarme la simpatía de alguien, me voy de la política”, aseguró. ¿Cómo lo hará ahora que deberá implementar el aborto en sus tres causales?
Claro que cuesta encontrar coherencia valórica –si ese es el fundamento para oponerse al aborto-, con lo que ella misma ha afirmado en Twitter respecto a la institución del matrimonio: “es perfectamente compatible tener orgasmos dentro y fuera del matrimonio y rechazar el aborto”.