Oh I'm just counting

Reportaje Especial. Zancadillas, enemigos externos desnudan al Frente Amplio: caras nuevas, vicios viejos

Por Mario López M.

En las primarias presidenciales quedó al descubierto al interior de este nuevo referente Por político, que las luchas de poder, descalificaciones y egos, no estaban ausentes. Hoy, frente a las elecciones internas de RD, vuelven a aparecer los fantasmas de quiebres, descalificaciones y rencillas personales.

Nada mejor que buscar un enemigo externo para unirse. Romper el acuerdo administrativo al interior de la oposición, más parece una estrategia que un ejercicio de consecuencia. Para algunos parlamentarios del bloque, el tirón de mantel, es definitivo, otros, solo un aviso.

Los inesperados resultados electorales obtenidos en primera vuelta por la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, daban cuenta de varios hechos al interior de la política chilena. Uno de ellos, mostraba a un electorado molesto y cansado de ver en su clase dirigente, serios signos de corruptela que cada vez eran o parecían más transversales. La altísima abstención mue la respuesta y eso desdibujó el escenario político.

Muchos vieron en el Frente Amplio la posibilidad de “castigar” a la Nueva Mayoría y de jugarse por una “nueva” opción, el FA, no contaminada con los vicios de los partidos tradicionales. Sin embargo, esos mismos vicios tienen sumido al FA y RD en una profunda crisis.

“La profunda crisis interna”

La actual candidata a presidir Revolución Democrática, el principal partido del Frente Amplio, Javiera Parada, no dudó en reconocer abiertamente que “la crisis en nuestro partido es profunda y tiene urgencia de ser resuelta”. Crisis que no es de ahora, sino que proviene desde los inicios de la entonces agrupación de movimientos, cuando vio enfrentarse a Beatriz Sánchez con Alberto Mayol para definir cuál de los dos encabezaba al FA de cara a las presidenciales.

Luego de la amarga disputa interna, que se prolongó a las parlamentarias, donde se le pasó la cuenta a Mayol por sus críticas internas desbancándolo de una posibilidad cierta de llegar al Congreso -y de paso se dejó afuera a la misma Javiera Blanco por el reproche de haber sido condiciendo bajo la influencia del alcohol-, los primeros meses del FA no fueron felices. La crítica del mismo Mayol fue duro al evaluar los primeros cien días de este nuevo conglomerado, considerando que fueron “confusos, mal gestionados y con poca directriz”, agregando que el Frente Amplio “ha perdido la magia como renovación”.

Por ello no ha de sorprender que Javiera Blanco se enfrente al continuismo de la actual directiva, representado por la diputada Catalina Pérez, con un discurso que llama a recuperar la identidad del movimiento: “Estoy muy feliz de compartir diagnóstico (con Catalina Pérez), pero quizá una diferencia que tenemos es la profundidad de la crisis que vive el partido. Nosotros tenemos un diagnóstico de que la crisis en nuestro partido es profunda y tiene urgencia de ser resuelta. Hoy tenemos déficit de gestión y participación; y eso conlleva que se debilite la democracia, pero por otro lado lo que nos diferencia es el sentido de urgencia de los cambios que se requiere Chile”, señaló.

¿Más de lo mismo?

No ha sido la única crítica que ha deslizado Parada y que da cuenta de la fuerte y soterrada disputa que está emergiendo en la opinión pública. El “amiguismo”, primo hermano del “nepotismo”, pareciera ser la costumbre en el partido y el movimiento, de acuerdo a las críticas: “Tenemos la vocación profunda de recuperar la lealtad de este partido y si ganamos, vamos a convocar a todos los militantes a trabajar en el partido, no a nuestros amigos; este es un partido de compañeros y no de amigos y eso será un signo que distinguirá nuestra presidencia y directiva”, ha dicho, dejando en claro que, en su parecer, el amiguismo es la tónica en el FA.

De un movimiento de “amigos” que aparecen como los “iluminados” poseedores de la única verdad, han sido acusados por diversos actores que, en los principios del FA, fueron defenestrados del mismo. Baste recordar que rechazaron al diputado Alejandro Navarro, a Miguel Enríquez-Ominami, Mariano Rendón y varios más, acusados de oler a Concertación o Nueva Mayoría. No pasaron la prueba de la “blancura” que los Boric-Jackson-Depolo, impusieron como medida para formar parte del círculo de hierro.

Si hasta las cúpulas de RD han sido acusadas de “clasistas” por sus propios militantes, como el dirigente local en La Araucanía, Cristián Suárez, integrante del Frente Mapuche, quien denunció que “el partido en esta práctica racista no admite el surgimiento de liderazgos mapuche, todos tienen que ser de Providencia para arriba, de apellidos rimbombantes”.

Los grupos de poder

Si bien al interior del Frente Amplio los grupos de poder obedecen a la intrincada orgánica de una multiplicidad de partidos, movimientos y grupos, que tiende a reordenarse en razón de su peso electoral tras las parlamentarias con fusiones y otras integraciones, la principal diferencia que los toca es entre quienes se reconocen de izquierda, pero tenue y quienes se la juegan por ser la izquierda de la izquierda, entre los cuales está Mayol. Pero también las hay personales. El caso “Abbott” dejó en evidencia las profundas divergencias más apoyadas en egos que en contenidos.

En su principal referente, Revolución Democrática, las cosas no andan mejores. Las principales listas que se disputan la directiva, responden a grupos de poder que compiten por ganar la cabeza del partido, pero también hay allí juego de alianzas, candidaturas, confianzas y egos. Catalina Pérez, la candidata de la continuidad, responde al llamado “Tercerismo” que dirige el diputado Giorgio Jackson y que integra, entre otros, el senador por Valparaíso, Juan Ignacio Latorre y Rodrigo Echecopar. A los “Terceristas” se suman los “Pantalones Largos” (Miguel Crispi y Sebastián Depolo entre otros), los “Territorialistas” (Emilia Ríos, Daniela Oberreuter el diputado Renato Garín, entre otros), y un poco más a la izquierda se encuentran los “Comunes” (Pablo Padilla), todas cuerdas desplegadas para dirigir el partido.

¿Qué los diferencian? “Además de los egos -nos señala una fuente interna del partido-, las grandes diferencias están en las políticas de alianzas y en el lugar que debe estar el partido, donde el ser de ‘izquierda’ incomoda a varios”. En cuanto a las alianzas, dos grandes tesis se han enfrentado tanto en el FA como en RD. Aliarse con la centroizquierda participando incluso en una primaria legal o solo mantener las alianzas al interior del Frente Amplio, considerando a la centroizquierda (ex Concertación ex Nueva Mayoría) como adversarios a derrotar, antes de enfrentarse a la derecha.

“La política de alianzas”

Este ha sido un tema candente y parte de la discusión al interior de las elecciones de Revolución Democrática, sobre todo de cara a las próximas municipales, pero con un guiño a las presidenciales. Para Javiera Parada, “En el partido estamos impulsando la segunda vuelta municipal y a eso nos hemos abocado, porque creemos que esa es la postura que más representa al FA. Sin embargo, se ve difícil que eso ocurra en el corto plazo, por lo que estamos convencidos de que hay que generar las mejores condiciones posibles para que la oposición en su conjunto tenga primarias ciudadanas o legales. Queremos ganarle a la ex Nueva Mayoría en todos los municipios en donde podamos disputar, para posteriormente ganarle a nuestro adversario real que es la derecha”.

“No estamos hablando de formar una alianza con la ex Nueva Mayoría. Esta lista jamás ha planteado eso. Lo que nos estamos planteando es que, en los municipios y regiones en donde existan las condiciones para generar una primaria, si es que se cae nuestra propuesta inicial que es la segunda vuelta, a priori no vamos a cerrar esa posibilidad si las fuerzas sociales del territorio lo quieren”, asegura Parada, quien ve complicado al FA de cara a las municipales si es que no se allana a los llamados “pactos ciudadanos”.

No lo ve así el sector de Catalina Pérez, para quienes primero debe definirse la situación interna, proceso no concluido, donde deben producir debates y procesos internos tendientes a robustecer la coalición y, luego, definir una eventual política de alianzas hacia otras fuerzas políticas fuera del Frente Amplio. Para Daniel Andrade, ex presidente de la Fech y parte de la lista de Pérez, “La única forma que nosotros tenemos de enfrentar el avance de la ultraderecha y a la derecha misma, es proponiendo una alternativa política del siglo XXI. Eso creemos que lo tenemos que construir con el Frente Amplio, y después veremos si es que hay o no hay que hacer puentes con la Nueva Mayoría, pero eso después de que tengamos una propuesta más clara del Chile que queremos construir”.

Golpes bajos

“En las canillas” acusó Javiera Parada que la estaban golpeando, quienes apoyan la lista de Catalina Pérez, entre ellos el senador Latorre y el propio Giorgio Jackson. El primero dijo que no era de confianza ni en RD ni en el FA -luego pediría disculpas- y el segundo dijo que Parada le hacía un “Flaco favor a causa común es llamarle retóricamente 'crisis profunda' a los enormes desafíos compartidos que tenemos, para ganar diferenciación interna”, para luego asegurar que teme “que RD pierda liderazgo como interlocutor en el Frente Amplio” si es que gana Parada.

A Javiera Parada se le acusa de ser cercana a la ex Nueva Mayoría -que es lo más suave que le han dicho-. Para Jackson, “la historia de cada persona va construyendo cómo te perciben los otros”, señaló en alusión al paso por el gobierno de Bachelet de Parada y su alusión a la necesidad de concertar en las próximas elecciones. Quien fue bastante más duro fue el senador Latorre, que derechamente la acusó, en El Mercurio, de no ser “confiable”: “Pero sí: Javiera Parada genera esa desconfianza en buena parte del partido y del FA”, dijo, relatando hechos que, para él, mostrarían conductas oblicuas.

Javiera Parada arremetió con todo en respuesta a Latorre: “quizá con estos golpes bajos (van varios) yo pierda algunos votos, pero usted hoy perdió, sin nadie que lo empujara, un pedazo de su dignidad. Y esa no se recupera. Vi mártires que dieron su vida por la dignidad de su cargo, aprenda por favor. Yo ya gané, hoy usted perdió”, escribió en su Twitter. Estas rencillas internas no son novedad en el FA. Basta recordar el bochornoso cruce de acusaciones y deslealtades que precedieron la “pasada de cuenta” a Mayol, donde salieron a la luz pública conversaciones personales y trampas que terminaron por desbancarlo.

El “enemigo común”

En medio de la batahola interna, un tirón al mantel de la oposición, realizado por el Frente Amplio, sacudió el escenario político, ante la alegría de la derecha y del gobierno, que ve en ello una oportunidad de desviar la atención de los verdaderos dramas que le aquejan y, de paso, ver sumirse a la oposición en una lucha intestina que le lleve agua a su molino.

A propósito de la votación sobre la Ley de Inmigración, donde sectores de la DC y el PR votaron alineados a la posición del gobierno, sumado a otros hechos que mostrarían que la falange no estaría en concordancia con la manera de votar del FA., los diputados (21) de ese conglomerado, dieron en principio por concluido el acuerdo administrativo de gobernanza de la Cámara, anunciando que no votarían en marzo por el diputado Gabriel Silber (DC) para presidente del organismo.

“No somos una alianza política y no tenemos acuerdos políticos, sino que administrativos, lo que no nos obliga a votar como ustedes quieran”, acusaron desde la DC, recordándole al FA que fueron ellos los que exigieron que solo fuera un acuerdo administrativo y no político. Más allá de si la DC, en su afán de recuperar su identidad, ha sido o no bisagra entre la oposición y el gobierno -materia de otro análisis-, lo cierto es que en el FA el conflicto, lo ven como una oportunidad de unión interna y tratar de recuperar liderazgos, bastante ausentes por las luchas intestinas y los numeritos, como el del diputado “Florcita Motuda” Alarcón.

Hoy, los ánimos están tensos al interior del Frente Amplio y de su principal partido, RD. La coalición lleva meses ensimismada en una crisis interna que ha imposibilitado su despliegue como cabeza de la oposición parlamentaria, que era su pretensión. Más allá de que todo proceso eleccionario conlleve roces y acusaciones cruzadas, las de este conglomerado, que nació en respuesta a las “malas prácticas” de los políticos tradicionales, hacen pensar que han caído en los mismos vicios que rechazaban.

Ya el historiador Gabriel Salazar sentenció que “El Frente Amplio está incurriendo en los viejos vicios de la clase política”. Pareciera ser efectivo que los mismos manejos mañosos de la “vieja política”, aquellos que el FA ha denunciado como “inaceptables”, han terminado siendo parte de sus propias estructuras y eso les está pasando la cuenta. Sería bueno para el país, que sus dirigentes asuman que no pueden pretender seguir erigiéndose desde la “superioridad moral” como dueños de la verdad.

Más allá del autor de los dichos, las palabras de Pepe Auth dirigidas al FA, resonarán por algún tiempo: “(…) aprecio el esfuerzo del FA por construir un nuevo proyecto político de izquierda que encare los desafíos del futuro. pero desde aquí les digo, con el cariño que les tengo, tienen que decidirse entre la libertad y el autoritarismo; entre la democracia de las ideas y la dictadura de las conciencias; entre la valoración de la diferencia y la imposición de lo políticamente correcto; entre la promoción del diálogo verdadero y la disposición a clausurar el debate y la reflexión con órdenes de partidos y descalificación de quien piensa distinto; entre las soluciones fáciles a problemas complejos y la complejidad de construir soluciones verdaderas a los problemas”.

"Soy partidario del mas amplio acuerdo de la oposicion pero eso pasa por concordar un minimo comun denominador , y porque ningun sector pretenda ser el dueño de la verdad.Una tarea dificil q requiere mucho dialogo y tolerancia. De lo contrario, quien gana es la derecha", dijo el senador Francisco Huenchumilla.