Tras 43 años a cargo de la encuesta Adimark, Roberto Méndez decidió dedicarse a sus proyectos personales. También se desenvuelve en otros ámbitos. Es Profesor Titular en la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica. Obtuvo los grados académicos de PhD y MBA en el Graduate School of Business de Stanford University e Ingeniero Comercial de la Universidad Católica de Chile.
Se desempeña actualmente en los directorios de Fundación Nacional de la Superación de la Pobreza, Ciper Chile, Fundación Teatro del Lago y es parte del Comité Asesor de la Fundación Paz Ciudadana.
“GfK Adimark continuará entregando en Chile todos los servicios de investigación de mercados y de opinión pública habituales, con el tradicional profesionalismo que la ha situado como la empresa número 1 de su industria en Chile”, afirmó la empresa en un comunicado.
Cambio21 conversó con Roberto Méndez sobre lo que está pasando con las encuestas después de la última elección presidencial en que hubo varios desaciertos.
¿Usted qué piensa de las encuestas actuales que se realizan en el país?
En general ocurre un fenómeno con las encuestas que son noticia cuando cometen algunos errores, que los ha habido, sobre todo en elecciones pero no es noticia cuando predicen bien. Estas últimas semanas la elección del presidente Bolsonaro en Brasil, las encuetas la predijeron de una manera muy precisa incluso, las elecciones del Senado y la Cámara en Estados Unidos, también las encuestas funcionaron perfectamente bien, pero obviamente que no es ninguna noticia.
De tal manera que si uno saca las estadísticas ve claro, pero cometen algunos errores pero al final del día sí han tenido interpretaciones precisas en sus estimaciones y en Chile, la prensa cubre bastante las encuestas. Yo hace tiempo que no estoy en encuestas, me retiré hace un tiempo, pero veo que la cobertura y el interés de la prensa sigue bastante alto por estas encuestas de aprobación del gobierno. Hay muchas encuestas interesantes en las universidades que no tienen la misma cobertura.
Pero en general, la encuesta sigue siendo una herramienta insustituible para conocer el estado de la opinión pública con todas sus limitaciones.
En Chile cuando fue la última elección presidencial hubo varios errores en las predicciones...
En general, ese ha sido el comentario pero cuando uno ve las cifras en general no estuvieron tan equivocadas. La segunda vuelta la predijeron muy precisamente y en la primera vuelta se subestimó, en parte, el voto que tuvo Beatriz Sánchez que ha sido 20 y las encuestas finales daban 16 puntos de las que recuerdo que se publicaron.
Entonces, ese fue el error. Es posible que suceda no nos invalida, pero en general, no veo que hubiera un gran error en las encuestas en esta última elección chilena.
Se me viene a la mente la imagen de Beatriz Sánchez exigiendo una explicación por los sondeos que la perjudicaron...
Como le digo la subestimó, pero la última encuesta que se hizo que la vi publicada, no la hice yo, le predecía 16 puntos y tuvo 20 al final, ese es el margen de error. Por eso le digo que una cosa es la prensa, pero la evidencia no permite esas afirmaciones.
Respecto a la encuesta Cadem surgen críticas porque tendría una tendencia política ya que la empresa firmó un contrato con el actual Ministerio Secretaría General de Gobierno
No me consta que haya ningún convenio.
Cambio21 publicó la copia del contrato...
Está bien, pero le diría que es un contrato público entonces, ese hecho no la invalida como encuestadora. Hasta donde yo veo hay varias encuestas que se publican, por ejemplo, sobre la aprobación del gobierno actual y son bastante coincidentes entre sí. No he visto grandes diferencias, entonces no veo motivo de alarma en ese sentido.
A mí me gustaría que hubiera más encuestas porque lo mejor es que se puedan comparar unas con otras. Lo ideal sería que hubieran muchas más encuestas, en ese sentido lamento que los medios de comunicación no sean capaces de hacer más encuestas. Las principales encuestas en Europa, en Estados Unidos, son financiadas por los grandes medios de comunicación, los canales de televisión. Aquí en Chile no ocurre o a lo mejor no tienen los recursos, no lo sé, pero no ocurre.
Deben mejorar las metodologías
Se habla que el método de Cadem no es el más adecuado para hacer encuestas, que hay problemas con eso...
No. Ellos han modificado mucho sus métodos. La industria de las encuestas está cambiando en el mundo, justamente porque toda esta revolución de las comunicaciones, obviamente que ha afectado también a las encuestas. Hoy día la gente ya no tiene teléfono fijo, tiene celulares, se comunica por redes sociales. Entonces, las encuestas se han demorado un poco en ponerse al día en esas tecnologías.
Por ejemplo, el uso de teléfonos celulares es difícil hacer una buena muestra, un buen marco muestral de teléfonos celulares, hasta donde yo entiendo Cadem está en eso. Hizo un procedimiento y lo cambió recientemente no hace más de un año, justamente para cubrir el universo de los celulares. No conozco los detalles de la tecnología, pero eso está bien.
Hay otro encuestador en el mercado que es Criteria que está explorando en las encuestas a través de Internet y creo que han tenido resultados bastante interesantes hasta donde yo sé porque como soy viejo en esto me consultan todas esas empresas y hasta donde he visto esas dos metodologías, teléfonos celulares e Internet, creo que es la tendencia del futuro de las encuestas así como se hace en Europa y Estados Unidos, incluso usando combinadamente las dos cosas tratando de conectar a las personas y así lograr completar sus muestras, pero también a veces incluyen cara a cara.
En fin, creo que hay un proceso de cambios y es muy interesante que eso sea así. Estoy convencido que las encuestas finalmente son un seguro para la democracia. En general, los gobiernos autoritarios y extremistas tienden a prohibir las encuestas como en China, Corea del Norte. Entonces, tengo fe que se pueda mantener la diversidad, la libertad y mejoren las metodologías de las encuestas.
Cadem cambió la formulación de una pregunta en su encuesta sobre la reforma previsional, que también hizo en el gobierno de Bachelet pero distinta a la que formuló ahora, e incluso comparó los resultados que favorecieron a Piñera
Sí, eso es una cuestión de redacción de las preguntas. Es importante la forma de realizar las preguntas, hay que analizarlas con mucho cuidado. No sé cómo está la pregunta, pero evidentemente si se hizo un cambio en la forma de preguntar entonces la comparación no es válida. Y no sé si alguien la presentó como válida, pero no es correcta, hay que tener cuidado con eso. Ese es otro tipo de error.
¿Usted le atribuye un efecto tan importante como se dice respecto a que la encuesta Cadem influyó en el triunfo de Piñera?
No, definitivamente no. Hubo muchas encuestas que se publicaron. Yo mismo antes de retirarme el año pasado hice algunas encuestas y en general fueron bastante coincidentes. Hubo un ciclo en el cual Piñera tuvo una gran ventaja, después fue subiendo la presencia de Alejandro Guillier y mucho más tarde entró en la carrera Beatriz Sánchez. Todas las encuetas fueron muy coincidentes, no sé por qué a Cadem se le podría asignar eso porque creo que hay bastantes razones de fondo porque Piñera ganó la elección y por qué Guillier perdió, pero no tiene que ver con las encuestas.
Encuestadores amigos
Todas las especulaciones vienen del hecho que el gerente de Cadem, Roberto Izikson, trabajó en el anterior gobierno de Piñera y ahora también es asesor
Si, yo lo entiendo, pero no puedo pronunciarme sobre eso. Cuando yo hacía encuestas también decían que yo era amigo de Piñera y también despertaba suspicacias, pero en una época también fui muy amigo de la Presidenta Bachelet porque sacaba tan buena aprobación.
¿Qué cree usted que se debería hacer para mejorar los estudios de opinión para que recuperen su credibilidad?
Mejorar sus metodologías, que en eso están yo creo y al tema de la credibilidad yo lo doy por descontado. No sé si alguna vez lo perdieron. De qué prestigio me hablan. Creo que es casi saludable que hay un cierto escepticismo también frente a las encuestas porque si se transformaran en un oráculo infalible, ahí sí que sería complicado.