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Senador Francisco Huenchumilla a Cambio21 y su análisis de la alta desaprobación del Gobierno: “Al Presidente Piñera la gente dejó de creerle

Por Alfredo Peña
 
Francisco Huenchumilla Jaramillo  nació en Temuco. Es abogado de la Universidad de Chile y Senador por Región de La Araucanía, período 2018-2026. Debe ser uno de los políticos tanto de la Cámara de Diputados o del Senado que más cargos públicos ha tenido, tanto por elección popular como por designación de los Presidentes de la República. Fue diputado en tres períodos consecutivos entre 1990 y 2002 en representación del Distrito N°50, Región de La Araucanía. Fue subsecretario de Marina, Intendente de la misma región entre 2014 y 2015, designado por Michelle Bachelet. Alcalde de Temuco, entre 2004 y 2008. Ministro Secretario General de la Presidencia, entre 2003 y 2004, durante el gobierno de Ricardo Lagos Escobar. En su trayectoria política siempre ha estado ligado a la Democracia Cristiana e incluso fue Coordinador del Comando del No a Pinochet en su región en 1988.
                                                     
Piñera se ha derrumbado en las encuestas, ¿qué está pasando en la sociedad chilena que aumentó a 65% la desaprobación a la gestión del mandatario?
Creo que el país anda en busca de una solución permanente a sus problemas más básicos, que aseguren que puedan seguir mejorando sus condiciones de vida y las de sus seres queridos. Parte de la solución, sin duda, tiene que ver con el crecimiento económico. Piñera ofreció altas tasas de crecimiento económico, aumento del empleo y de los ingresos. Está quedando crecientemente en evidencia que hoy no puede cumplir sus promesas y que probablemente no lo logrará en el resto de su mandato. Las promesas incumplidas crean un estado de decepción social y el gobernante pierde la credibilidad que alguna vez tuvo y que llevó a la gente a respaldarlo.
 
¿Usted cree que son sus promesas económicas incumplidas la principal causa de su desaprobación de él y su Gobierno?
Además de los aspectos económicos, que ya mencioné, también se percibe una cierta incapacidad de ejecutar las tareas de gobernar. Dicen que van a establecer un diálogo con la oposición, pero en vez de dialogar, agreden a los parlamentarios, tratan de dividir a la oposición, dicen que van a efectuar correcciones a los proyectos y estas acentúan las diferencias.  Un factor clave es la confianza y la credibilidad de la gente en su gobernante. Creo que al presidente Piñera la gente dejó de creerle. Él llegó al gobierno con una convicción subjetiva errónea pensando que su sola presencia bastaba para que el país iniciara una etapa de despegue. Eso hoy día, ya se sabe que no funciona.
 
Tampoco se avanza con una visión estratégica en las propuestas para resolver los más graves problemas sociales, como pensiones y seguridad ciudadana.
 
Hay un alto desempleo, empresas que cierran, más de 4.5 millones de chilenos morosos con deudas, y en muchos sectores hay un creciente pesimismo de lo que queda de este Gobierno. ¿Cómo una administración que tiene en los próximos años elecciones podrá recuperar ese optimismo y una mejor economía?
Veo bien difícil que esta administración pueda recuperar el optimismo en su gestión en lo que le resta de su período. Ya se están perfilando los candidatos presidenciales de su sector y lo han hecho criticando la gestión de gobierno. Incluso uno de ellos acusa que las medidas de seguridad son “clasistas” y favorecen a los sectores más acomodados dejando de lado a la gente sencilla.
 
Estas críticas son válidas y no veo en el actual gobierno la disposición a gobernar en favor de las grandes mayorías y los ciudadanos comunes y corrientes que se enfrentan a malos sistemas educacionales para sus hijos, inseguridad con balaceras y asesinatos en sus barrios, viejitos que no tienen jubilaciones o son miserables, sistemas de salud que los discriminan.
 
Evidentemente, por lo que hemos visto, este no es un gobierno preocupado de resolver los problemas de la gente común y corriente e insiste en un camino equivocado de pensar que favoreciendo a los ricos-como en la reforma tributaria- el país, por benevolencia de éstos, va a encontrar el camino del desarrollo.
 
En la derecha ya se habla que el gobierno terminó antes su gestión. Ya aparecieron antes del año y medios los candidatos presidenciales en ese sector. ¿Por qué aparecen tan rápidamente los candidatos para reemplazar a Piñera?
Los presidenciables surgen tempranamente para llenar los vacíos de liderazgo. En este caso, los presidenciables de la derecha saben que su suerte está ligada al éxito de su gobierno, pero por otra parte perciben que éste ha sido incapaz-por distintos factores-de responder a las expectativas que generó basadas y ancladas en un diseño de Sebastián Piñera absolutamente egocéntrico donde él pensaba que su solo ascenso al poder bastaría para producir efectos virtuosos en el desarrollo. Ello, tiene como consecuencia que hoy el Presidente no sea creíble para el país; eso la derecha lo percibe y pretende matar su ansiedad soñando con nuevos liderazgos y para ello echa a andar su maquinaria marquetera con los distintos nombres que saltan al ruedo. El ejemplo de Alberto Fernández en Argentina echa por tierra ese ansioso diseño.
 
Usted anunció que recorrerá el país junto a la senadora Provoste, para dar a conocer sus propuestas y posturas para confrontar a la actual directiva de la DC, que encabeza Fuad Chahín. ¿Ya comenzó con ese periplo político, cuál es la idea?
Lamentablemente la DC está presa desde hace muchos años de la cultura de la “maquinaria “en virtud de la cual las relaciones y decisiones del poder interno no se dan por un libre debate de las ideas sino de cuan aceitadas tengas a la nomenclatura en toda la pirámide. Por ello el propósito es poner nuestras ideas en el debate interno y que nuestras diferencias sean por estas y no por quien tiene el control de los militantes. Si la DC no debate sobre las ideas que tenemos hoy en el siglo 21 sobre el mundo, la sociedad, la economía, la globalización, el rol del Estado etc. la pregunta es para qué existimos, qué le ofrecemos al país, cuál es nuestro relato, qué nos diferencia de la derecha y de la izquierda. Si no hacemos esto estamos destinados a desaparecer o caer en la total irrelevancia y el único camino será transar el par de “votitos” que logremos alcanzar.
 
En las próximas elecciones internas de la DC, ¿propondrán un candidato o candidata de su sector para oponerse a Chahín?
Cada día tiene su afán. Lo importante sería que hubiera una sana competencia interna. Pero competir con las ideas y no con la maquinaria.
El "contagio" argentino en las elecciones de hace un mes ya recorre a la derecha de nuestro país con un Gobierno y un presidente muy parecido al chileno. Más de 15 puntos de diferencia y se prevé un triunfo de los Fernández en primera vuelta en 45 días más. ¿El triunfo del centro izquierda en Argentina podrá copiarse en Chile?
 
Yo estoy convencido que la centro izquierda puede ganar las próximas elecciones en Chile si somos capaces de tener un conjunto de ideas respecto del Chile que queremos que estén a la altura de la realidad del siglo 21,de concordar un mínimo común denominador de una plataforma programática, de enfrentar con inteligencia las elecciones venideras y si somos capaces de  hacernos cargo de las preocupaciones de la gente. Ese es nuestro desafío. No basta concordar un conjunto de políticas públicas porque en ese caso ¿qué nos diferenciaría de la derecha? Primero tenemos que tener ideas que marquen la diferencia.
 
Pero lo de Argentina no es “copiable” en Chile. Cada país tiene su especificidad. Argentina enfrenta una crisis fiscal con efectos sociales terribles, que Chile sufrió pavorosamente en 1982-83 y que ojalá no experimentemos nuevamente. Espero que hayamos aprendido las lecciones del pasado respecto de la importancia de los equilibrios económicos y la buena gestión de las finanzas públicas. Eso se logra sobre la base de acuerdos políticos y sociales de carácter nacional que le den gobernabilidad a los países. Lamentablemente, nuestros hermanos argentinos han carecido de un acuerdo de ese tipo, aunque ahora el equipo de Alberto Fernández ha empezado a hablar de la necesidad de lograrlo.
 
¿Quién puede ser "el Alberto Fernández" -candidato de la centro izquierda argentina- en nuestro país?
Recordemos que Alberto Fernández se convirtió en el candidato de la centro izquierda argentina sólo unas semanas antes de las primarias. Alberto Fernández fue el arquitecto de una coalición peronista y se legitimó como candidato precisamente por haberse jugado entero por construir la coalición, no por presentarse como candidato. Por tanto, creo que es prematuro plantear hoy quien será el candidato de centro izquierda en el Chile de 2021 que encarne y represente a las grandes mayorías nacionales. Lo importante hoy es relanzar las ideas del progresismo y recuperar la convicción que con esas ideas podemos gobernar mucho mejor de lo que lo hace la derecha, como lo demuestra la experiencia de nuestro país.
Su candidatura: Es posible construir un país mejor
 
Muchos en la DC, en otros partidos, en organizaciones sociales y en distintos sectores hablan que usted podría encabezar un movimiento unitario para enfrentar a la derecha en la próxima elección. ¿Qué piensa de esa propuesta?
Los procesos electorales crean una dinámica especial en la que se contrastan propuestas y estilos. En esta etapa estoy dedicado a plantear las ideas que he expuesto   y a tratar que en la DC y en la centroizquierda tengamos este debate de ideas que es lo que hace posible un cambio en las sociedades democráticas; todo ello con la serenidad que me da mi larga experiencia en el conocimiento del Estado, y sin ansiedades personales.  En todo caso, de existir el apoyo al que usted se refiere, les pediría a esas personas que nos ayuden a diseminar la idea que gobernar para la gente no sólo es posible, sino que es necesario para construir con todos y todas, y desde ahora, un país mejor para nuestros padres, nuestros hijos y nuestros nietos. Sólo unidos construiremos un mejor país.
 
¿Qué debe hacer la oposición para llegar a un acuerdo y llegar con un sólo candidato para enfrentar al candidato de la derecha?
Es muy difícil llegar con un sólo candidato si la competencia es en torno a las personas. Para tener un solo candidato de oposición y de esa manera ganar las próximas elecciones, debemos ser capaces de generar un proceso transparente y legítimo de selección de candidatos. Y hablo no sólo de las elecciones presidenciales, sino también de las de gobernadores regionales, alcaldes y parlamentarios. Debe existir una coherencia de ideas y propuestas en todos estos niveles para sacar a nuestro país del estancamiento en que estamos y con una amplia participación de los sectores sociales y no estar encerrados en nuestras propias trincheras. Ahora la realidad cruda es que en estos momentos hay distintas oposiciones lo que dificulta la tarea, por ello me remito a lo ya dicho en otra respuesta.
 
La ministra vocera generó un conflicto gobierno con oposición. ¿Usted es de los que cree que fue una operación comunicacional para tapar muchos conflictos que tenía y tiene el Gobierno como la acusación de abusos sexuales de un tío sacerdote de Piñera o la muy mala encuesta para él que apareció por esos días?
Todos los adultos sabemos que si uno insulta a un adversario este no reaccionará bien. La ministra sabía que atacar al PS como colectivo no era gratis. Desde esta perspectiva creo que no es aventurado decir que se trató de una acción premeditada. Esto, a mi juicio, quedó confirmado con el posterior apoyo del presidente a los dichos de la ministra. Puede haber servido en el corto plazo para crear una nube de humo en torno a otros temas, pero tuvo un costo institucional y rebajó la calidad de la ya golpeada política chilena. La única manera de salir de esto es volviendo a la esencia de la política que es el dialogo maduro, responsable y franco.
 
¿Usted cómo evalúa la gestión del gobierno con el Parlamento?
 Creo que el gobierno ha sido poco prolijo en sus relaciones con el Congreso y con las bancadas de oposición en particular. En vez de construir acuerdos transversales que le den estabilidad a las leyes que se aprueben han buscado desgajar algunos votos de la oposición con el propósito de desarmar leyes que en el pasado contaron con un amplio apoyo o para torcerle la nariz a acuerdos ya establecidos.
 
Como decía anteriormente, esta administración está gobernando para proteger y fortalecer los intereses de los grupos más acomodados con una visión de muy corto plazo. En ese sentido, la gestión del actual gobierno, y no sólo con el Parlamento, lesiona los intereses permanentes del país.
 
Diversos Alcaldes han denunciado el clasismo en la asignación de recursos a los municipios en la lucha contra la delincuencia, ¿usted coincide con esa crítica alcaldicia?
Tiendo a compartir la crítica. Y para ser justo, debemos reconocer que esto ha sido a lo largo de muchos gobiernos. Si no hay comisarias en las comunas donde vive la gente más humilde no se debe sólo a este gobierno. Si la calidad del transporte público --o incluso su ausencia en algunos casos—es inferior a las de los barrios acomodados también es un tema de larga data. Lo mismo pasa con áreas verdes, calidad de las calles, iluminación pública, calidad de vivienda, calidad de la educación, atención médica y un largo etc. Ni hablar del trato que le hemos dado a nuestros pueblos originarios, que ha sido escandaloso y hemos hecho demasiado poco para corregirlo.
 
Chile ha sido y sigue siendo muy desigual. La desigualdad impide crear un sentido de comunidad. El sentido de comunidad, de que estamos todos y todas en el mismo barco, es fundamental para poder construir juntos un país mejor. Defender los intereses de los más ricos pase lo que pase y tirarle migajas a las capas medias y a los pobres es una política que puede aumentar las utilidades de las empresas en el corto plazo, pero va carcomiendo el sentido de nación, el aprecio por la convivencia, el interés por construir juntos.
La colusión, el abuso monopólico, permitir y facilitar la captura de rentas de los recursos naturales, el uso y abuso del medio ambiente, mantener que lo público y de baja calidad es para los pobres (focalización) y lo privado y de buena calidad para los que puedan pagarlo, son prácticas que erosionas el sentido de pertenencia a una comunidad nacional. Las lecciones de Argentina y Venezuela y la catástrofe en que han terminado ambos países son demasiado ilustrativas y cercanas como para ignorarlas.
 
Ya lo decía Lincoln, una nación no sobrevive dividida en contra de sí misma. No se puede construir un país desarrollado en base a las desigualdades de todo tipo que aquejan a nuestro país. Cualquier propuesta de centro izquierda que pretenda ser exitosa en lo político debe hacerse cargo del desafío de atacar las desigualdades en base a políticas que sean efectivas y sostenibles en el tiempo.

El conflicto de los pueblos es político

En su región se anunció con Alfredo Moreno como Ministro de Desarrollo Social un plan Araucanía que involucraban importantes recursos para la región. ¿Esto se cumplió o fue otra promesa incumplida?
Yo tengo una buena opinión de Alfredo Moreno como persona y creo que sus intenciones eran sinceras; claro que eso no basta en política.  Eso no altera que el gobierno ha sido total y absolutamente incapaz de abordar los desafíos que representa la Araucanía, el pueblo mapuche y los otros pueblos originarios. Lo que ocurre en Rapa Nui no es muy diferente a lo que acaece en el WallMapu.
 
Mientras el Estado de Chile no reconozca que el conflicto que tiene con sus pueblos originarios es político, los sucesivos gobiernos pueden seguir tirándole plata al problema, pero no lo van a resolver. Es cierto que es bueno tener más caminos pavimentados, más escuelas ---siempre que sean bilingües--, más y mejor atención médica –donde se combinen los tratamientos tradicionales con los modernos-- y, en general, mejores servicios públicos e infraestructura, pero ese no es el problema de fondo. Mientras no nos hagamos cargo del problema político, el conflicto con los pueblos originarios seguirá vigente.