Por Mario López M.
El abogado y parlamentario por la Región de Valparaíso, actual presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, quien además integra las comisiones de Hacienda y de Zonas Extremas, analizó la realidad del país, sobre todo, los temas más candentes en los últimos días. Plebiscito, reformas, oposición y desde luego, al gobierno. No estuvo exenta una eventual postulación a La Moneda.
“Estoy disponible”, dijo este martes a Cambio21, noticia que golpeó a los otros medios y que nos entregó como primicia, si bien había sido sugerida con antelación.
- Senador, resultó para muchos chocante ver a ministros que fueron importantes en dictadura, “celebrando” en La Moneda el triunfo del NO en el plebiscito. Más que un gesto republicano, pareció un intento por falsear la historia. A usted, qué le parece.
Harto feo, para ser franco, porque todos aquellos que aparecieron en la foto en La Moneda el día viernes, no estaban celebrando la democracia, estaban haciendo travestismo político, porque la verdad es que esas personas estaban votando conscientemente que SÍ para que siguiera Pinochet otros 8 años.
Admito que pudo haber un grupo de chilenos que votaron que SÍ, porque tenían susto de lo que podía venir, etc. Pero aquellos que tuvieron activa participación en la dictadura y que después han seguido involucrados en política, lo que intentan es difuminar lo sucedido hace treinta años atrás, eliminarlo, se discutía sobre el futuro de Chile, cierto, pero en realidad era sobre si seguía Pinochet y la dictadura por 8 años más o no.
Me alegro de la señora (Jacqueline) Van Rysselberghe que volvería a votar que SÍ para que siga Pinochet. Por último, ella es transparente, y no se escuda en ese artilugio de apoyar la democracia.
- Muchos sostienen que, si bien se derrotó al dictador en su deseo de perpetuarse en el poder, no se derrotó a la dictadura, pues siguen vigentes la Constitución, el modelo neoliberal, las AFP, etcétera. Qué les respondería.
Les respondería que tenemos un Plan Auge, que tenemos reformas laborales importantes, un país con menos pobres, que la desigualdad ha disminuido, que hay millones de estudiantes que pueden acceder a la educación universitaria, que tenemos divorcio en Chile, que se acabaron los hijos ilegítimos, mal llamados los huachos, que hoy día el tema de género está en la agenda pública, que el femicidio es delito, que tenemos estándares de calidad de vida absolutamente mejor, que tenemos una democracia consolidada, mucho mejor que la de otros regímenes.
Decirles además que Chile, es uno de los pocos países de América Latina en que la gente que torturó y mató está presa y cumpliendo condenas. Pero si eso no es suficiente, estoy de acuerdo que se puede hacer más. Hay quienes hubieran querido más, no les gustó lo que se hizo.
Pero ojo, hay una autoflagelación en el proceso de transición que hubiéramos querido que fuera distinta, que olvida que hubo ejercicios de enlaces, boinazos, con un Pinochet con poder real más allá de lo que hubiéramos querido. Eso es lo que tuvimos y muchos de los que se autoflagelan, también tuvieron responsabilidades, participaron en los gobiernos y asumieron de buena fe hacer de Chile un país mejor.
- No deja de llamar la atención en el último año, que ha resurgido una derecha negacionista, con sectores que levantaron un candidato propio a La Moneda, José Antonio Kast, y con diversas organizaciones, como la que agredió a unas jóvenes en una marcha por la igualdad de género, rayó n colegios. Qué le parece.
Puede llegar a pasar en Chile, que aún no está a la altura de lo que pasa en otros países, lo que ha ocurrido en otros países, como Brasil, Hungría, Polonia y otras democracias, en las que la ciudadanía comienza a perder su apoyo a las instituciones democráticas, donde la ciudadanía ve que el sistema democrático, como lo entendemos nosotros, les da lo mismo, porque no les resuelve sus problemas, porque hay una clase política que no hace la pega.
Eso hace que aparezcan “líderes” que ofrecen soluciones fáciles y rápidas. Tenemos que hacernos cargo de eso. No se puede desconocer que la corrupción en Brasil y la inseguridad ciudadana, talvez tuvo a alguien que interpretó eso y dijo “yo resuelvo el problema” y logra cambiar todo por vía democrática, destruyendo la democracia como la entendemos.
Si me pregunta qué está pasando, pasa que talvez toda esta autoflagelación de que todo está tremendamente mal, que no hicimos nada en 30 años, sirva de caldo de cultivo para aquellos que dicen “ve, hay que cambiarlo todo porque aquí nada resulta, nada funciona. Hay que cuidar la democracia, la transparencia, las buenas prácticas, siendo duros contra la corrupción, o vamos a ser superados por estos populismos, de soluciones rápidas y sencillas.
- Es cierto que puede haber sobredosis de críticas, pero la corrupción tras el financiamiento ilegal a la política es un hecho, el Pacogate o el Milicogate, también, al igual que los casos de pedofilia en la iglesia católica, etc. ¿Cuál es la autocrítica de la clase política en esto?
Talvez la autocrítica es no haberse anticipado a los temas, no haber sido más decidido cuando surgieron los primeros indicios de irregularidades, en todos los planos que usted señala, donde cada cosa por separado es un tema, pero la suma de eso son instituciones profundamente cuestionadas y devaluadas ante la opinión pública.
Eso es responsabilidad de todos los que hemos estado tomando decisiones, yo me incluyo. Es como lo que sucede en Puchuncaví-Quintero, donde la ciudadanía no cree en las medidas, porque dejamos pasar mucho tiempo sin hacer las cosas como debían hacerse y mire las circunstancias de la vida, talvez el Presidente Piñera va a avanzar bastante en ese tema.
Fíjese que aparece muerto un dirigente social de Quintero y queda la sospecha inmediatamente que no fue una muerte natural y que podría ser productos de la obra de terceros. Eso no ocurría antes y ahora ocurre. Eso pasa por la desconfianza en las instituciones.
- A propósito, aquí hay dos problemas. Uno, que por décadas no se ha solucionado un problema al que este gobierno -que no es el único responsable-, le ha bajado el perfil. Y un segundo es que hay quienes anteponen el crecimiento económico a la protección del medioambiente y al de las personas. Qué opina.
Respecto a lo primero, en el manejo de esta crisis, si bien el gobierno tiene medidas que han apuntado en la dirección correcta y hay que decirlo, sí ha cometido errores comunicacionales serios, como el que se trataba de polen, era un tema psicosomático o que el único responsable era Enap, cuando al final había muchas empresas comprometidas.
Huno un manejo apresurado y malo, pero al menos han tomado algunas medidas que están enfocadas a aumentar los estándares en materia de emisiones, aumentar los centros de control temprano de monitorio de emisión de las empresas, que es inconcebible que no se haya tenido.
En lo segundo, la dicotomía crecimiento y medio ambiente y calidad de vida humana es inaceptable y está siendo superada en los hechos. Hay algunos en el gobierno preocupados de no dar señales de que se afecte el crecimiento, pero por favor, en el tema Quintero-Puchuncaví lo que puede terminar ocurriendo, es que, si se hace una recalificación ambiental de todas las empresas, una o más empresas van a tener que cerrar, sean públicas o privadas. Hay que optar claramente por el medioambiente y la vida humana, lo otro no es aceptable.
- Usted toca un tema ciudadano. Y eso es lo que, al parecer, la centroizquierda, en Chile, pareció dejar de lado y se quedó sin interpretar lo que la gente necesita, sin adecuar su discurso a este tiempo que es distinto a los sesenta o setenta.
Entiendo ese punto, pero contra pregunto: ¿me van a decir que Trump, Bolsonaro, Piñera, interpretan mejor a esos chilenos de lo que nosotros lo interpretamos?
- El tema senador, es que no existe una respuesta de fondo por parte de la centroizquierda a los problemas de la gente, que no es de clase social o solo de ser “anti” derecha. ¿Dónde está el programa para ofrecer va Chile?
Cierto, son otras necesidades y talvez van a requerir de otros actores y nos van a jubilar a varios, espero que no literalmente, pero seamos sinceros, estamos en ese proceso, pero todavía no damos con la tecla adecuada.
Le concedo que la centroizquierda falló, que no tenemos un discurso, pero hay ciudadanos y ciudadanos y al mundo que yo represento o quiero representar, todavía no le tenemos un discurso y los otros ya lo tienen y tienen mayoría y van ganado y ganan en Argentina, Perú, Ecuador, Brasil y nosotros tenemos los gobiernos autoritarios de izquierda. Entonces nosotros tenemos que plasmar, defender ciertos principios que nos den identidad y hagan sentido a los chilenos que estamos por la democracia y ciertos valores. En eso estoy de acuerdo con usted que tenemos que hacerlo y no lo hicimos la vuelta pasada, entre otras cosas porque somos muy autoflagelantes.
Soy orgulloso de lo que ha logrado Chile. Hoy discutimos una reforma tributaria y discutimos sobre la integración, si debe ser más o menos integrado, no discutimos sobre una inflación del 10% o el desempleo en 2 dígitos, no hablamos de una clase política en que estén todos presos o cuestionados, no hablamos de presidentes encarcelados o destituidos, etc. tenemos muchas dificultades, las veo, las conozco, veo los campamentos, la delincuencia, los problemas de regiones, las desigualdades, pero todo eso lo discutimos dentro de ciertos parámetros que ya se quisieran muchos países de la región.
- Senador, qué le pareció el espectáculo en La Moneda el día del fallo de La Haya, en que Piñera omitió reconocer el trabajo del gobierno de Bachelet y del excanciller Heraldo Muñoz, haciendo parecer que era un triunfo de este gobierno y no del Estado de Chile.
A mí me llamó la atención, al igual que a usted, que al principio pareció que este era un triunfo del gobierno de Chile, pero en particular del de Piñera: Eso crea anticuerpos, es como ver el otro lado de Evo (Morales), se acuerda que criticábamos que usaba la política exterior para fines domésticos.
El reconocimiento al trabajo realizado en el gobierno de la Presidenta Bachelet, en particular por el canciller Heraldo Muñoz, que tuvo que lidiar durante 4 años con una crítica y descalificación permanente del gobierno boliviano, se demoró en llegar. Fue poco republicano. Cuando a uno le va bien y obtiene un triunfo como el que logró Chile, debe ser magnánimo con el derrotado y al mismo tiempo generoso y humilde respecto a los padres de la victoria.
- A otro tema senador. Se vienen reformas estructurales y pareciera que el gobierno no está buscando consensuarlas. No le fue bien con el salario mínimo, cómo ve lo que se avecina.
Nada de bien le fue con el salario mínimo que terminó mal para el gobierno porque fue mal llevada esa discusión. Dicho eso, tenemos la reforma tributaria que la conocemos y sobre la que tenemos reparos y vamos a ver en qué concordamos y en qué no.
No descarto que en esta materia tengamos una “ley corta” en que podemos aprobar muy rápidamente aquello en que tenemos consenso, como la boleta electrónica y en aquello en que tenemos diferencias, las discutimos con más tiempo.
- El gobierno no ha sido muy fino en materia legislativa, exactamente
Tengo que encontrarle razón en eso, porque en reformas que fueron muy anunciadas, incluso durante la campaña electoral, entonces uno esperaba que estuvieran avanzados esos proyectos y ya presentados al Parlamento, pero nada de eso ha pasado aún. Por años criticaron las reformas de la Presidenta Bachelet, lo menos era que hubieran tenido más avanzados sus proyectos de reforma y nada de eso ha pasado hasta ahora. O no lo tienen claro o hay dificultades internas.
- A todo esto, senador, ¿y su futuro político, en qué está?
Sonríe. Bueno, yo nada… cumplir como senador y tratar de rearticular o encontrar el tono con la oposición. Para eso hay que tratar de no generar más divisiones entre nosotros y de encontrar un cierto mínimo común denominador en término de valores y principios que nos permitan caminar juntos.
- Entremos al área chica. ¿Usted es carta de cara a las presidenciales 2022?
Yo soy honesto y lo dejo en claro. Mi nombre está disponible, en la medida en que haya un proyecto colectivo y el nombre de uno reúna ciertos apoyos. Pero no estoy -a tres años-, en candidaturas ni en nada todavía, pero por primera vez he dicho: Sí, estoy disponible, siempre que haya determinadas condiciones y lo digo con ganas y decisión, pero hasta la fecha me he dedicado a legislar, a hacer mi trabajo y participar en la oposición.
- Por último. Hacia dónde se siente más identificado: el centro, hacia la Democracia Cristiana o a la izquierda, al partido comunista o el Frente Amplio.
Quisiera tener la capacidad y la madurez en la oposición, de respetarnos un poco más, de querernos un poco más para construir algo amplio, robusto, de lo contrario, vamos a seguir degradando la política. Para ser bien franco, no sobra nadie y nadie es nadie. Si alguien no quiere estar, porque tenga condiciones incumplibles, está bien, pero aquí, nos necesitamos todos. Si no somos capaces de ello, deberemos esperar.