Mientras veo en Netflix, Amazon y otras gigantescas empresas mundiales del entretenimiento audiovisual, películas con grandes actores, actrices, directores y productores sobre la Colonia Dignidad, le pregunto con quién veo estas maravillosas obras del cine, porqué en Chile tenemos un ministro de Justicia que apoyó, cobijó y prestó todo tipo de colaboración a este grupo de asesinos nazis y pedófilos que se vinieron a instalar a la región del Maule. Y no tengo respuesta.Y el otrora senador Larraín, hoy ministro de Justicia sigue en su cargo como si no hubiese pasado nada.
Es más, en la mayoría de las películas hablan del entonces senador Hernán Larraín (senador Ríos, en el film de Amazon, foto abajo) como la persona que ayudó en sus perversas y criminales acciones a los de Colonia Dignidad. Sabemos que en las películas de este tipo hay un grado de ficción, pero la mayoría de las terribles escenas de este enclave nazi en Chile, se acercan a la realidad, como lo han probado los tribunales de Justicia. Y él sin perturbarse sigue en el cargo como si no hubiese pasado nada.
Todas estas películas son realizadas por grandes productoras internacionales, que no tienen la carga ideológica de los realizadores chilenos. En Amazon Prime usted puede ver esta serie que se llama "Dignidad" donde el "senador Ríos" juega un papel vital en el apoyo a estos criminales. Y Larraín sigue ahí como si no hubiese pasado nada. Ningún mea culpa. Ninguna excusa. Ningún arrepentimiento.
Veo esta película y no dejo de horrorizarme por haber tenido un enclave nazi en nuestras tierras. Apoyado por "el senador Ríos"...
Si alguna cartera ministerial ha resultado absolutamente irrelevante en este Gobierno es la de Justicia y Derechos Humanos. Precisamente la que debió estar a la altura de los complejos tiempos que le ha tocado vivir al país es una de las secretarías que ha estado más ausente, carente de visión y aporte en los difíciles momentos que ha vivido Chile y, lo que es aún más grave, con total incapacidad - por no decir desidia - para abordar el desafío más importante que arrastra el Estado hace décadas: la real protección de los niños, niñas y adolescentes en riesgo y grave vulneración de sus derechos. Ello a tal punto, que un senador oficialista llegó a acuñar como frase de campaña “los niños primeros”, la que fue posteriormente adoptada como compromiso de Gobierno por el actual Presidente de la República Sebastián Piñera, compromiso lamentablemente olvidado.
En efecto, la deuda país con la infancia sigue pendiente y en ello el ministro Hernán Larrain Fernández, (UDI) no ha aportado absolutamente nada como Ministro de Justicia y Derechos de Humanos.
Ya en el estallido social, y pese a albergar su cartera el área de derechos humanos, guardó absoluto silencio frente a las flagrantes violaciones de derechos de centenares de jóvenes cuyos ojos fueron gravemente lesionados, cuando no cercenados, por una fuerza de represión - la policía militar de Chile - con extraños protocolos que terminarían en la mayoría de las oportunidades afectando seriamente la vida y futuro de cientos de nuestros jóvenes.
Concretamente, y según datos oficiales del propio MINSAL y del INDH, luego de 3 meses del estallido social del año 2019, más de 400 personas resultaron con daño ocular tras las protestas contra el Presidente Piñera. De ellas, 17 perdieron la visión total en uno de sus ojos, 34 habrían sufrido heridas graves en uno de ellos y 2 personas quedaron totalmente ciegas, mientras que otras varias en estado de observación respecto de la afectación de visión final en uno o ambos ojos.
Estos datos que, por cierto, son devastadores, son ampliamente superados por la total anomia institucional que afecta al sector justicia en su misión de garante y protector de la infancia vulnerada, o en grave riesgo de vulneración, de nuestro país, y donde nuevamente el ministro Hernán Larrain queda absolutamente al debe.
Ello al extremo de ser legítimo y necesario no sólo cuestionar su pasividad e indiferencia, sino el porqué de tal actitud que compromete, gravemente, no sólo a nuestras niñas, niños y adolescentes, sino que a la institucionalidad misma y a la imagen país ya severamente dañada por esta causa en instancias internacionales tan relevantes como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos o el Comité de los Derechos del Niño.
Es de público conocimiento en nuestro país que el ministro Larrain fue un ferviente partidario y defensor de la dictadura de Pinochet, dictadura a la que apoyó desde su juventud y primeros años de participación política. Esto se ve agravado por las vinculaciones de dicha dictadura con la Colonia Dignidad y su fundador y líder máximo, el nazi y reconocido pedófilo, Paul Schäfer, en la foto de arriba con "sus jóvenes", siniestro personaje a quien Hernán Larrain, también, defendió públicamente, incluso en su calidad de Senador por el Maule.
El pasado de Larrain en esta sensible materia lo condena categóricamente. Llama poderosamente la atención que esté al frente de una cartera como la de Justicia y Derechos Humanos, máxime cuando es precisamente esa secretaría de Estado la que participa, junto a la Cancillería, en representación de nuestro país en la comisión bilateral Chileno - Alemana, creada el año 2017, para acordar las reparaciones a las víctimas de la Colonia Dignidad e indagar en la búsqueda de mayores antecedentes sobre las violaciones de derechos humanos y de abusos sexuales ahí perpetrado, y que llevaron a la sentencia condenatoria, por estos últimos delitos, a su máximo líder Paul Schäfer, pederasta respecto de quien Hernán Larrain ha pretendido negar amistad, conocimiento y vínculos, aunque los antecedentes concretos señalen otra cosa.
En efecto, conocida es la denuncia realizada en contra de Hernán Larraín por sus nexos con Gonzalo Candia Falcón, abogado que por el Ministerio de Justicia integra la mencionada comisión bilateral y a quien se atribuye el no haber realizado nada para que dicha instancia pueda alcanzar los objetivos propuestos en su constitución.
Dicho sea de paso, una de las misiones de esta instancia es cooperar en la preservación de la memoria histórica de las víctimas de las violaciones a los derechos humanos y abusos ahí cometidos, contribuir al esclarecimiento de los hechos y desentrañar el estado de las empresas y bienes raíces de la ex colonia, cuestión no menor dado el que se cree es un considerable patrimonio ilegal diseminado en un entramado jurídico de diversas empresas que no ha sido esclarecido a la fecha. Y Candia Falcón ha sido apuntado como uno de los responsables del nulo progreso de la comisión, cuestión que al Ministro Larrain parece no preocuparle en lo absoluto, tanto que no participó de la sesión de la Comisión de Derechos Humanos del Senado donde en marzo del año 2020 este tema fue especialmente tratado, pidiéndose explicaciones precisamente por el rol de Candia Falcón en dicha comisión bilateral.
Así las cosas, no nos sorprendamos si hoy al frente de la cartera de Justicia Hernán Larrain poco o casi nada ha hecho por esclarecer los abusos y vulneraciones que se cometen en el Sename.
Ha demostrado escaso interés por esa área de su secretaría de Estado y la ha dejado entregada a su suerte, sin prestar mayor apoyo institucional a quienes, desde el poder judicial o desde el ámbito privado, han realizado ingentes esfuerzos por esclarecer y enmendar lo que sucede en Sename. Es el caso de la jueza Mónica Jeldres y el abogado Branislav Marelic, quienes han tratado de detener los abusos y el colapso vergonzoso de un sistema que sólo ha tenido cosmética institucional legislativa, pero sin que nada realmente cambie para los miles de niños institucionalizados por el Estado sin protección ni reparación verdadera.
Foto: Hitler también tenía "predilección" por los niños. Igual que Paul Schafer