Los senadores Yasna Provoste, Jaime Quintana y Carlos Montes, enviaron una declaración tras los dichos del ministro de Educación, Raúl Figueroa, quien señaló entre otras cosas que “toda evidencia muestra que un niño hacinado, en riesgo de ser abusado sexualmente, tiene que tener la posibilidad de volver a la escuela”. Frente a esto, señalaron que: 

Desde el inicio de la pandemia, las autoridades del Ministerio de Educación han demostrado total incapacidad para enfrentar con mediana claridad esta tragedia y entregar certezas a las familias y estudiantes y apoyo a las instituciones de educación.

Los tres niveles educativos del país, el parvulario, el sistema escolar y el sistema de educación superior han sufrido el abandono de las autoridades, cuya única y desesperada medida ha estado orientada a forzar un regreso presencial a clases sin ningún respaldo sanitario, sin seguridad, ni protocolos viables.

Esta no puede ser la única prioridad del Ministerio y del Gobierno en esta coyuntura. Ello solo devela desconocimiento de la realidad que viven millones de familias en el país; su evidente temor al contagio y la incertidumbre que genera el propio devenir de la pandemia.

La desesperación de las autoridades del Ministerio y en particular del Ministro Figueroa por el retorno presencial a clases, por su nula capacidad de proponer medidas alternativas de fortalecimiento del proceso educativo en una situación de emergencia, lo ha llevado presentar argumentos insostenibles y clasistas, que no pueden dejarse pasar, pues no son propios de la máxima autoridad educativa del país.

Es deber del Estado desarrollar acciones preventivas y educativas para evitar que niños y niñas sufran cualquier situación de violencia y de abusos o cualquier otra que puedan afectar negativamente su desarrollo.

Sostener además que estas situaciones se puedan dar de manera exclusiva en familias vulneradas social y económicamente, construye una estigmatización sobre un conjunto de la población, que resulta inaceptable.

El Ministro se equivoca doblemente. La violencia que puedan sufrir los niños y niñas de nuestro país es una situación que lamentablemente es transversal e independiente de la situación socio económica de sus familias y la vuelta a clases presenciales no es ni la única, ni la mejor solución.

Lo que sucede, es que  en estos tiempos de pandemia el MINEDUC y sus autoridades renunciaron a jugar un rol pro activo en este nuevo escenario de alumnos en sus casas y con su entorno familiar.

En tiempos de emergencia no hemos visto ninguna acción potente y consistente del MINEDUC para resguardar la salud mental de la población escolar como tampoco para promover el acceso a aprendizajes significativos, en especial en aquellas familias que viven una generalizada situación de empobrecimiento de su calidad de vida.

Las únicas acciones en la materia han venido de los propios establecimientos, cuyos profesores y comunidades educativas han buscado, con esfuerzo e iniciativa, suplir la carencia de apoyo institucional para su desempeño en una crisis como la que vivimos, lo que valoramos y respaldamos

En entornos familiares de pobreza, de precariedades materiales y de situaciones de violencia se requiere más la intervención y el desarrollo de acciones de contención, prevención y de apoyo a ese alumnado lo que no hemos visto de parte del MINEDUC.

Un mínimo sentido de equidad educacional y de respeto a las familias que están sufriendo la pobreza debiera guiar la acción de las políticas educativas y lamentablemente no lo vemos en este Ministro de Educación a quién sólo pareciera importarle la vuelta rápida a las clases presenciales.

 

Finalmente, esperamos de parte del Ministro de Educación, no una justificación a sus palabras pues ellas no la tienen, sino que las disculpas que las familias y el país merecen.