Si fuera por la lógica de la repetición, el Frente Amplio, conglomerado que acaba de obtener el 20% de los votos en la elección presidencial y 20 diputados y un senador en la parlamentaria, debiera replicar lo mismo que en su momento hizo el movimiento español “Podemos”. Es decir, mantener la autonomía frente a los demás grupos de izquierda y de esta forma crecer como tercera fuerza política.

 

El tema es que en Chile hay un factor de peso que entrecruza todo el debate interno: la posibilidad cierta de que el postulante a La Moneda de Chile Vamos, Sebastián Piñera, gane la segunda vuelta frente al abanderado de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier.

 

El pasado 29 de noviembre se supo la posición de la coalición de cara al balotaje del próximo 17 de diciembre: libertad de acción. Sin embargo, por separado, los 12 colectivos que componen este cuerpo se encargaron de exteriorizar una opinión previamente.

 

Las visiones son diversas, todas críticas, ante lo que significa el actuar de la centroizquierda y la derecha, sobre todo Piñera, ítem que dificulta la existencia de una sola voz para lo que resta de campaña.

 

En lo único que se percibe claridad es que pase lo que pase habrá una oposición que le disputará el protagonismo a las ideologías que desde los años 80 vienen dominando la escena pública nacional. Y eso ya puede anotarse como la luz que iluminará su camino a contar de marzo de 2018.

 

 

De los 20 diputados que logró el Frente Amplio 8, además del único senador, son de Revolución Democrática, partido ancla del conglomerado.

 

Bajo el liderazgo de Giorgio Jackson, cabeza del movimiento estudiantil de 2011 desde la presidencia de la Feuc, RD logró temprano articular sus posiciones de poder. En 2012 se sumó a la primaria ciudadana que hizo posible que Josefa Errázuriz derrotara a Cristián Labbé en la alcaldía de Providencia y en 2013 consiguió el blindaje del hoy legislador reelegido por Santiago, Ñuñoa y Macul de parte de toda la Nueva Mayoría.

 

 

 

¿Resultado? La naciente agrupación instaló factorías en el mundo municipal, en el Congreso y en el gobierno de Michelle Bachelet, específicamente en la cartera de Educación, donde el entonces ministro Nicolás Eyzaguirre designó a Miguel Crispi, primer coordinador nacional y ahora diputado electo por La Florida y Puente Alto, y a Gonzalo Muñoz como integrantes de la reforma educacional.

 

En tiempo récord, y no exento de dificultades tras su salida de La Moneda, el movimiento pasó a ser partido con más del mínimo de militantes que exige la ley para constituirse, lo que lo transformó en la principal fuerza del FA. Así llevó candidatos a alcaldes y concejales en 2016 y comandó la negociación parlamentaria y presidencial meses después, organizando la primaria entre Beatriz Sánchez y Alberto Mayol.

 

Es más, la potencia de RD provocó que rostros de otros referentes se presentaran como independientes en cupos cedidos, como el también electo diputado Gonzalo Winter, autonomista y cercano del reelecto Gabriel Boric.

 

Por todo esto y más, el plebiscito que convocó la colectividad para definir su accionar en la segunda vuelta fue considerado clave en el sector. Las alternativas fueron tres:

 

A.- “La derecha en el gobierno implica un retroceso y riesgo para Chile, por lo tanto hacemos un llamado a vencerlo en las urnas y votar por Alejandro Guillier”.

B.- “Aunque consideramos que es responsabilidad de la Nueva Mayoría convocar a quienes confiaron en el proyecto del Frente Amplio, hacemos un llamado a que Alejandro Guillier recoja las demandas del mundo social, como no más AFP, la baja de la dieta parlamentaria, entre otras, para así derrotar a la derecha”.

C.- “Ante la falta de diferencias sustanciales entre ambas candidaturas en competencia, RD no hará esfuerzo en influir como partido en la segunda vuelta y sólo convocará a participar del proceso electoral”.

 

No hay dudas: la pelota está en la cancha de Guillier luego que la opción B ganara por una clara mayoría.

 

 

Suele pasar en la vida, y cómo no en la política, que a los fundadores de grandes obras los terminan sacando de camino. Pasó con Gabriel Boric, que fue apartado de la Izquierda Autónoma por conflictos internos que protagonizó con Andrés Fielbaum en mayo de 2016, luego de una reunión que sostuvo con la ministra de Educación, Adriana Delpiano, ad portas de la cuenta pública del 21 de mayo y que no fue del agrado de Boric.

 

El magallánico, sin vacilar marchar, formó el Movimiento Autonomista y rápidamente amplió el espectro con Jorge Sharp, ganador de la primaria ciudadana en Valparaíso y posteriormente alcalde porteño y cabeza de la campaña 2017 en la quinta región, donde ejercerá de senador Juan Ignacio Latorre (RD) y de diputado Diego Ibáñez.

 

En la otra vereda, IA, cuyo origen se remonta a 2008 en la Universidad de Chile (con Fielbaum y Francisco Figueroa como líderes) y que tiene a “Nodo XXI” como brazo de pensamiento, se quedó con el escaño de Camila Rojas.

 

¿Que se teje para el balotaje? “Piñera significa un retroceso para Chile, pero no es claro que Guillier signifique un avance”, advirtió Boric.

 

“Más que llamar o no a votar por Guillier, es colaborar en dar un debate de fondo sobre las ideas que hemos defendido”, a saber “no más AFP, condonación del CAE, negociación por rama, impuesto a los súper ricos, royalty minero, expansión de matrícula y financiamiento a la oferta y gratuidad educacional en todos los niveles, seguro universal de salud, fin al negocio de las isapres, posnatal para los padres, descentralización efectiva, territorio y autonomía para los pueblos originarios y asamblea constituyente“, agregó.

 

¿Alguna otra cosita? Jorge Sharp admite que el FA vivió una situación “difícil”, dado que por mucho que consideren que Piñera en el poder constituye un “retroceso para el país”, resulta más complicado aún llamar a votar por Guillier a causa de sus indefiniciones programáticas.

 

Más abiertos al diálogo, Francisco Figueroa, coordinador nacional de la IA y excandidato a diputado, informó que presentarán un documento “con puntos para dialogar con Guillier y evaluar si lo apoyamos”.

 

 

Los partidos Humanista, Ecologista Verde, Liberal e Igualdad rayaron la cancha sin rodeos.

 

El PH, fundado en 1984 bajo el alero espiritual de “Silo” (Mario Luis Rodríguez Cobos), tiene tres diputados electos (Tomás Hirsch, Pamela Jiles y Florcita Motuda) y a pesar de su reconocido antipiñerismo determinó en un encuentro nacional no sumarse a la campaña de Guillier.

 

“Una gran mayoría de los chilenos no quiere a Piñera nuevamente en el poder, pero es necesario precisar que no somos nosotros los que tenemos la responsabilidad de evitar que la nueva Mayoría vuelva a entregarle el gobierno”, declararon.

 

Cabe recordar que la entidad, en la elección de 1999, donde Ricardo Lagos y Joaquín Lavín llegaron a la segunda vuelta, llamó a votar nulo.

 

 

Por su parte, el PEV, tras su reinscripción legal en 2014 (se fundó en 2006) eligió a Félix González, excore y actual presidente, como diputado por Concepción y Talcahuano. Y en lo que fue su primera decisión relevante desde que llevaran a Alfredo Sfeir como postulante a La Moneda en 2013, resolvieron no apoyar a nadie, postura adoptada en una junta nacional efectuada en Penco (Biobío).

 

“De cualquiera de los dos que gane, vamos a ser una oposición constructiva, pero oposición, porque tenemos una larga lista de conflictos ambientales”, sentenció González.

 

Desde la extrema izquierda, el PI, colectivo que se refichó con éxito luego de su disolución en 2014 (no alcanzó el 5% mínimo de votos en las parlamentarias de 2013 y bajo la aventura presidencial de Roxana Miranda, de Andha Chile), le hizo la cruz a lo que llaman “las dos derechas”.

 

“Hay quienes con bonitas palabras lanzan formidables tesis desde la academia para decirnos que no da lo mismo quien gobierne, pero acá, para efectos de nuestras luchas, podemos decir que los palos de la derecha pegan lo mismo que los de la otra derecha. Mientras más rápido caigan ambos, mejor para los pueblos de este territorio”, declararon por Facebook.

 

El PL, entidad formada por exmilitantes de Chile Primero y del PPD, resolvió dar “libertad de acción” tras la elección de dos diputados, Vlado Mirosevic y el debutante Alejandro Bernales.

 

Poder Ciudadano e Izquierda Libertaria, partidos fundados en 2015, dieron el golpe al elegir un diputado cada uno. Los primeros anunciaron “libertad de acción” y los segundos optaron por “construir un diálogo”.

 

Por último, Nueva Democracia (liderado por Cristián Cuevas), Partido Pirata (le vetaron la candidatura a Luis Mariano Rendón) y los  movimientos Democrático Popular (donde adscriben Alberto Mayol y el socialismo allendista), Democrático Progresista y Político Socialismo y Libertad también se allanaron a la posibilidad de un acuerdo.

 

 

Consultada por Cambio21, Gloria de la Fuente, exvocera comando de Ricardo Lagos, expresó que “ese ‘no nos da lo mismo’ y ‘no queremos que gane Piñera’ debe traducirse en cosas más concretas en términos de lo que viene para el futuro, que son acuerdos estratégicos respecto a temas comunes”.

 

“La bancada del FA no es mayoritaria, es una tercera fuerza de 20 parlamentarios, la que para poder avanzar en cualquier cosa, incluso para ser oposición, tiene que aliarse y conversar con otros. Si no, esto se quedaría como la negativa permanente de una fuerza que podría pasar sin pena ni gloria”, advirtió.

 

 

Tomás Duval, analista electoral de RN, manifestó a este medio que “lo que diga la estructura del FA debe tener concordancia con sus propios diputados y el senador que tienen”.

 

“Supongamos que dicen ‘apoyamos a Guillier’, ¿Pamela Jiles lo apoyará después de todo lo que ha dicho? Eso puede dejar muy incómoda a su gente. Es complejo, porque no están ni con Piñera ni con Guillier. Anuncian oposición, la que debiera ser hacia las otras fuerzas políticas. Lo lógico es que prime la libertad de acción”, remarcó.

 

 

Marco Enríquez-Ominami, en 2009, fue un duro crítico del presidenciable que en ese momento llegó al balotaje, Eduardo Frei (DC), situación que facilitó el triunfo de Sebastián Piñera.

 

¿No se corre el riesgo de caer en lo mismo si no hay un apoyo preciso a Guillier? Según Gonzalo Winter (MA), diputado electo por Santiago, “el problema de ME-O es que hizo una postura que mostró cierto desprecio hacia la Concertación”.

 

“Nosotros no queremos mostrar desprecio, sino que diferencias políticas. Por eso que no vamos a hacer llamados a despreciarlo ni a votar por él. Lo que vamos a hacer es discutir de política que tiene Guillier y la política del FA”, comentó a esta crónica.

 

 

 

Alejandro Navarro, senador y expresidenciable del Partido País, nos expresó que “el FA es que el que está mejor posicionado y tiene la mayor responsabilidad”.

 

“Por el número de parlamentarios electos y por la votación de Beatriz Sánchez, ellos están en condiciones de hacer una exigencia concreta en un tema que nos es común: fin a las AFP. Su compromiso es vital e histórico. Este es el minuto político para poder acordar aquello”, enfatizó.

 

 

Para Rodrigo Larraín, sociólogo de la Universidad Central, “los electores del FA son súper líquidos. Es gente unida por la crítica y el desencanto de la NM y la Concertación. Es un voto en contra de sus malas prácticas”.

 

“Tienen buen diagnóstico, pero no una capacidad propositiva más allá de que piden no más AFP, asamblea constituyente y el fin del CAE. Es interesante, pero la heterogeneidad de sus grupos no implica que como un todo manejen el voto favorable que sacaron en la primera vuelta. Es bastante difícil predecir aunque digan ‘amamos a Guillier’. Además que todavía están emborrachados en leer su tercer lugar como si fuera el primero”, nos apuntó.