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Sergio Campos Premio Nacional de Periodismo sobre estallido social a Cambio21: “La procesión iba por dentro”

Por Teresa Frías

El Premio Nacional de Periodismo e icónica voz desde la dictadura en Radio Cooperativa, Sergio Campos, habló con Cambio21 sobre el actual descontento  social que enfrenta el país, en que el gobierno no ha sabido manejar la crisis, declarando estado de emergencia en varias regiones, como también el toque de queda, lo que para la mayoria les recuerda la dictadura de Pinochet y sus civiles cómplices pasivos y activos.

Sergio Campos es profesor de educación primaria de la Escuela Normal Superior José Abelardo Núñez. Ejerció la docencia durante algunos años para luego ingresar al programa de Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad de Santiago de Chile. 

Sin embargo su carrera periodística había comenzado varias décadas antes. Desde 1969 era lector de noticias en Radio Cooperativa. Fue despedido en 1974 cuando la emisora había sido expropiada por el régimen militar. Se exilió en Argentina donde trabajó en la Agencia de Noticias Argentinas y fue corresponsal de la Agencia Latinoamericana de Información (ALAI) en Buenos Aires.

De vuelta en Chile se incorporó a la edición matinal de El Diario de Cooperativa (1981). También se desempeñó en Meganoticias de Megavisión y Telediario de La Red.

El año 2016 Sergio Campos presentó el libro "La voz de la radio está llamando", publicación autobiográfica que relata su experiencia en la cobertura de importantes hechos de la historia nacional como el terremoto de 1960, el Golpe de Estado de 1973 y la vuelta a la democracia.

En entrevista con Cambio21, el periodista nos habla sobre lo que actualmente está pasando en nuestro país, sobre la crisis social que explotó hace unos días, y además sobre la militarización de las calles.

“El refrán “la procesión va dentro” es perfectamente aplicable a la realidad chilena de los últimos años. Demás está hablar en detalle del alza de los pasajes, de las jubilaciones miserables, de los trabajos extenuantes, de la mala educación con un servicio de salud ineficiente, el abuso en los más diversos ámbitos, la corrupción y la injusticia”, menciona Sergio.

Agrega que “el descontento de los chilenos se estuvo fraguando lentamente pero sin pausa. Con una clase política desconectada de la realidad y con un gobierno empecinado solo en el crecimiento de la economía sin mirar la inequidad donde los pobres y vastos sectores medios de la población están excesivamente endeudados sin expectativas de mejorar su calidad de vida. Los problemas sicológicos y psiquiátricos entre los chilenos provocados por la angustia y la ansiedad son alarmantes”.

“En el día mundial de la salud mental, a comienzos de octubre se rebeló que en Chile una persona se suicida cada cuatro o cinco horas. El médico siquiatra Roberto Amon (el día antes del estallido social) dijo en Cooperativa que la atención de una persona en crisis puede demorar semanas y meses. En decir el remedio puede llegar demasiado tarde”, nos relata Campos.

“Para el especialista, los efectos del trastorno de ansiedad y angustia entre los chilenos y en su vida laboral son evidentes porque "1 de cada 5 adultos presenta esta condición y la ansiedad conlleva muchos síntomas físicos como molestias musculares, dolor de cabeza, el paciente se somete a una mayor cantidad de exámenes innecesarios y se baja la productividad laboral porque se está mal, preocupado y aumenta también el ausentismo laboral". Esta procesión que va por dentro,  ningún político ni menos el gobierno la han considerado como variable, que deriva de la forma de vida impuesta por un sistema de desigualdad que nos coloca entre los países con la cancha más dispareja”.

El profesional nos continúa relatando el descontento social que conllevó a diversas manifestaciones sociales. “Es evidente que la conducción de la autoridad institucional, ha sido errónea y los ciudadanos no se sienten interpretados por sus dirigentes, cualquiera sea la oferta política. La evidencia más notable es que por la izquierda brotó el Frente Amplio, que abrigó cierta esperanza, pero detrás de eso está el 50% del electorado que decidió no votar”.

“Por la derecha surge el estilo ultra de Bolsonaro, con su expresión populista. Mal hacen aquellos que pretenden justificar la no participación comparándonos con Estados Unidos, donde poca gente vota. Chile era un país con 80% de participación en las urnas. Sin duda que canjear el binominal por voto voluntario fue otros de los errores del mundo político. Así como exigimos derechos a la salud, la educación, a mejores salario y jubilación digna, deberíamos restituir el deber de votar con el sufragio obligatorio”, pronunció el periodista.

“Cuando nos encontramos en la encrucijada político social es hora de pensar en los caminos para encontrar la paz de los espíritus. Pero no basta el deseo. Se requiere acción y el “pacto social”, sugerido por algunos protagonistas de la política es una ruta auspiciosa. ¿Qué hacer? Y ¿cómo hacerlo? Está claro que no basta con los partidos y el gobierno. Se necesita la representación de la sociedad civil. Y para ello deben crearse herramientas constitucionales que permitan la formación de instancias participativas que sean vinculantes. Donde se pongan todas las cartas sobre la mesa. Se han sugerido los cabildos del modelo francés que podría ser un camino entre otras alternativas”.

“Pero en definitiva, estamos en la hora de reflexionar y actuar, sí, actuar con la rapidez que se requiere para canalizar el grito desesperado de la sociedad, que ya ha provocado tanto dolor con muertos y heridos. Estoy impactado por las marchas multitudinarias en  varias regiones, después de los anuncios presidenciales que a todas luces parecieron insuficientes. Para Don francisco, de extensa trayectoria en la comunicación…las prioridades están claras, una vida humana vale más que cualquier supermercado...)”

“En esta hora de incertidumbre, mucha gente, mucha, me pregunta que va a pasar. Mi respuesta es categórica: con la premura necesaria, los dirigentes en todos los niveles, están llamados a reflexionar y actuar como ocurrió en tantos momentos de la historia reciente. La procesión que iba por dentro, salió a la superficie y contagió a miles de chilenos y extranjeros en varias capitales del mundo”.

Los canales de televisión han sido extensamente criticados por no informar lo que realmente ha sucedido, incluso han sido funados por los ciudadanos ¿Cuál es su opinión con respecto a ese tema?

Los canales se dejaron llevar por el impacto de las imágenes y le dieron prioridad a las imágenes más espectaculares y eso la gente lo procesó y lo transformó en una carga negativa para la sociedad, pero al correr de los días la televisión se ha dado cuenta, están recogiendo el clamor popular de cuáles son los cambios o las injusticias que la gente le parece que están molestando a una parte importante de la sociedad.

¿Cuál es su opinión con respecto a las diversas acusaciones de represión policial y militar, además de la imposición del toque de queda?
Esto es un espiral de violencia que se intrinca en la sociedad con la injusticia, lo que al mismo tiempo se manifiesta a través de las manifestaciones y que hay algunos que (las manifestaciones) las extreman, provocando los hechos que han sido agudos en violencia como el incendio en las estaciones del metro o los supermercados, que provocan un daño directamente a los más pobres que ocupan en metro o busca el consumo básico necesario. Aquí, hay una situación que llegó a un momento de descontrol porque no hubo una autoridad política, capaz de canalizar las primeras expresiones de descontento

Las fake news

Y sobre las fake news que a diario vemos, sobre todo en las redes sociales ¿cuál es su opinión?
Es parte de la realidad y que los periodistas tenemos el deber y la alta responsabilidad de poder discriminar esa situación de la información falsa, porque muchas veces provocan cierto entusiasmo, pero sin duda al aplicarla a los medios de comunicación formales producen un grave daño, porque crea una falsa información. Hay gente tentada a difundir mentiras, es parte de la realidad que nosotros vivimos con  la aplicación digital que tienen otro sentido. La información se produce con mucha rapidez, pero con responsabilidad latente.

¿En redes sociales también tenemos la posibilidad de ver información que en televisión no muestran, como los videos que se han vuelto virales con la represión policial ¿cuál es su opinión?
Tiene enervación, pero también está el problema de transmitir información falsa, por ejemplo dar cuenta de una situación violenta, pero que han pasado en otro momento o bien en otro país. Y eso es una manipulación directa, no solamente ha pasado ahora, hace muchos años, por ejemplo, cuando hubo movimientos estudiantiles no se llegaron a transmitir los súper atochamientos en el metro, y luego se tuvo que reconocer públicamente que fueron hechos en México, entonces son muy peligrosos llevar por la información si se evalúan si son veraces.

Usted también trabajó como periodista durante la dictadura ¿usted cree que ahora se está atacando la democracia?
Hacer una comparación con la situación de hoy día con la base militar en la calle, y estado de sitio, me parece que es una apreciación súper equivocada de quienes piensan que estamos en dictadura, es un desacierto, porque yo viví en carne propia la dictadura y se lo que significa el estado de represión, discriminalidad brutal, existe un instituto de los derechos humanos, que está expectante de cómo está la situación, inmediatamente se transparentan, usan las fiscalías, están los tribunales de justicia.

Han habido militares dados de baja con lo que ha sucedido, entonces no estamos censurados. Creo que no corresponde hacer esta analogía porque a pesar que nuestra democracia está en este momento en un estado de fragilidad, las instituciones están funcionando, existe transparencia para que los medios sigan informando. No existe hoy la autocensura, tampoco la censura, ni menos la censura previa.