Foto de hace algunos años del coronel (R) Juan Jara. Crédito Memoria Viva
Por Alfredo Peña R.
La ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Paola Plaza González, dio orden de ingreso en calidad de rematado a Punta Peuco al oficial en retiro del Ejército, Juan Jara Quintana, para cumplir con la sentencia dictada por la Corte Suprema el 23 de agosto de 2023, por los delitos de secuestro y homicidio de Víctor Jara Martínez y Littré Quiroga Carvajal.
Jara Quintana, que llegó al grado de coronel de Ejército, y quién se encontraba prófugo desde esa fecha, fue detenido y puesto a disposición del tribunal para ser notificado del fallo ejecutoriado del máximo tribunal que lo condenó a la pena de 15 años y un día de presidio, en calidad de autor de los homicidios y a 10 años y un día como autor de los secuestros calificados.
Jara tiene 78 años, nació en la ciudad de Los Ángeles y era teniente del regimiento Esmeralda en 1973 y fue destinado en un contingente a Santiago, arribando al Estadio Chile tras el golpe militar.
El 28 de agosto de 2023, la Corte Suprema dictó sentencia definitiva en contra de siete miembros del Ejército en retiro por su responsabilidad en los delitos de secuestro calificado y homicidio calificado de Víctor Jara Martínez y Littré Quiroga Carvajal, crímenes cometidos en septiembre de 1973.
En fallo unánime, la Segunda Sala del máximo tribunal condenó a Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto a penas de 15 años y un día de presidio, en calidad de autores de los homicidios; y a 10 años y un día de presidio, como autores de los secuestros calificados.
En tanto, el exoficial y exfiscal militar Rolando Melo Silva fue sentenciado a cumplir 5 años y un día y 3 años y un día de presidio, como encubridor de los homicidios y los secuestros, respectivamente.
De esta forma, el tribunal rechazó los recursos de casación interpuestos por las defensas de Jofré, Melo, Chacón, Dimter, Bethke, Haase y Jara contra la sentencia de noviembre de 2021 de la Corte de Apelaciones de Santiago, señalando que "no es nula".
Además, se condenó al fisco a pagar a cada uno de los demandantes, cónyuge e hijos de Littré Quiroga Carvajal, la suma de $150.000.000; y a cada uno de sus hermanos la suma de $80.000.000. En tanto, para la viuda e hijos de Víctor Jara se obliga a pagar una suma de $150.000.000, para cada uno. La viuda de Jara, Joan, falleció hace algunos meses y dió una dura lucha para saber la verdad del asesinato de su marido.
Un día después, el 29 de agosto de 2023, el brigadier en retiro Hernán Chacón Soto se suicidó en su departamento de la comuna de Las Condes de la capital. El hallazgo del cuerpo lo realizaron detectives de la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, que llegaron a notificarlo de la condena a su departamento de calle Badajaz y trasladarlo a Punta Peuco.
Sólo falta procesar a Pedro Barrientos, que estuvo prófugo en EEUU
En tanto, el 1 de diciembre 2023, otro imputado en la causa, el exmilitar y que en el momento del crimen era Teniente del Ejército, Pedro Barrientos, llegó deportado desde Estados Unidos.
Al día siguiente, el ministro en visita Guillermo de la Barra Dünner lo notificó del procesamiento dictado en su contra por su participación como autor de los homicidios calificados y secuestros simples de Víctor Jara Martínez y Littré Quiroga Sandoval.
Finalmente, Barrientos quedó bajo prisión preventiva e incomunicado en el Batallón de Policía Militar de Peñalolén, a la espera de las diligencias que se decreten para aclarar su participación en los hechos.
"Toca la guitarra ahora pos", le decían a Víctor Jara los militares
Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, Víctor Jara fue detenido al día siguiente por fuerzas del Ejército en la Universidad Técnica hoy Usach, donde hacía clases y trasladado al Estadio Chile, donde fue torturado y brutalmente golpeado, le quebraron las costillas a patadas y fracturaron sus manos a culatazos.
Según relataron testigos, mientras le gritaban insultos y en medio de la brutal golpiza, sus verdugos se burlaban de él y le exigían que tocase ahora su guitarra. Tras cuatro días, fue asesinado con más de cuarenta disparos. Uno de los militares, posiblemente Pedro Barrientos, "jugó" con Víctor Jara, a la ruleta rusa, y lo asesinó. Luego vinieron los 44 tiros. El músico tenía las manos atadas a su espalda. La cobardía estaba hecha, más no olvidada.
Su cuerpo apareció junto al del ex director de Gendarmería, abogado Litré Quiroga, que se había entregado a los militares, también acribillado en un basural al lado del Cementerio Metropolitano en el sur de Santiago.