Veinticuatro años después del asesinato del futbolista colombiano Andrés Escobar, pocos días después del autogol en el partido contra Estados Unidos en el Mundial del 94, aun no se conoce con certeza el autor intelectual del crimen, y lo que se sabe de su sicario es que no cumplió ni la mitad de la condena.
Escobar era un ídolo en el Atlético Nacional, que estaba en sus momentos dorados con varias copas locales y otra en Libertadores. Era conocido como 'El Caballero del fútbol' por su temperamento pacífico en las chanchas, a la menor falta no dudaba en disculparse de inmediato.
El defensa hizo parte de la Selección Colombia de René Higuita, Faustino Asprilla y Carlos 'Pibe' Valderrama que marcó el histórico 5-0 contra Argentina en las eliminatorias al Mundial Estados Unidos 94, en cabeza del técnico Francisco Maturana. El equipo tricolor era el orgullo de un país, en ese momento, asediado por la violencia narco.
A su llegada a Estados Unidos, la Selección Colombia era una de las favoritas de la prensa y la afición. La esperanza era tan fuerte como la presión sobre los jugadores, a quienes se les exigía un protagonismo excepcional. Pero el debut presagiaba el final de su era de oro: una derrota de 3-1 contra Rumania.
Los jugadores Jhon Jairo Tréllez, delantero, y Andrés Escobar, defensa, durante un entrenamiento con la Selección Colombia.
Días después de ese primer partido -recuerda El Tiempo-, 'Chonto Herrera', lateral derecho, se enteraba de la muerte de su hermano en un accidente de tránsito; y 'Barrabás' Gómez, centrocampista hermano del segundo técnico, 'Bolillo' Gómez, recibía amenazas de muerte contra su familia si participaba en el siguiente encuentro, contra Estados Unidos.
'Barrabás' se retiró de la formación, dejando otro pesar en el equipo. El destino de la Selección parecía ya estar marcado. Al minuto 35 la sospecha se hizo realidad cuando, en un intento de evitar que el balón llegase al centro del área, Andrés Escobar se lanza con las dos piernas y lo mete en su propio arco. Perdieron con un marcador de 2-1 frente al anfitrión de la Copa.
Ver video:
"El hecho de que se nos diese por campeones del Mundo antes de jugar nos perjudicó, porque toda la prensa y la afición tenía mucha confianza y eso generaba presión, porque en el fútbol todo puede pasar, como se ha demostrado", dijo el mismo Escobar en su momento, cita El Tiempo.
En el tercer partido Colombia venció a Suiza con un 2-0 que ya no fue suficiente para la clasificación. El equipo preferido se devolvía a casa sin haber pasado siquiera la primera etapa. Pero pese al fracaso, Escobar intentaba recuperarse con el llamado del Milán para ser el reemplazo de veterano Franco Baresi, razón por la que adelantaría el matrimonio con su novia, Pamela Cascardo.
Pero el 2 de julio de 1994 los planes se cayeron con su asesinato. En el restaurante El Indio, de Medellín, Escobar departía con allegados mientras era víctima de insultos de otros comensales por el autogol cometido menos de 10 días antes. En la mesa de los agresores estaban los narcotraficantes David y Santiago Gallón Henao.
Humberto Muñóz Castro, conductor de los narcotraficantes David y Santiago Gallón Henao, confesó el asesinato al futbolista Andrés Escobar.
En el aparcamiento, Escobar seguía esquivando los insultos cuando nuevamente fue atacado por los narcos, pero esta vez su chofer, Humberto Muñoz Castro, sin mediar palabra se acercó a él y descargó seis tiros en su cabeza.
Su muerte multiplicó la vergüenza internacional de Colombia, hasta en la Copa, que no había terminado, hicieron un minuto de silencio.
Y las autoridades no demoraron en dar con los asesinos. El mismo Muñoz Castro denunció el robo de su camioneta en un asalto en el que los delincuentes supuestamente lo habían atado con cueras, y para comprobarlo mostró sus muñecas magulladas.
La Policía rápidamente se dio cuenta de la mentira y lo detuvieron. Después de varios interrogatorios, Muñoz Castro finalmente confesó el crimen, pero dijo no saber a quién mataba, según su versión no sabía que su víctima era el futbolista Andrés Escobar.
El conductor fue condenado a 43 años de prisión y recluido en la cárcel Modelo de Bogotá, aunque no pagó ni 12 años y quedó en libertad en 2005.
Los hermanos Gallón Henao, a quienes siempre se les relacionó con el crimen, solo fueron acusados por encubrimiento y soltados meses después del asesinato.
El fiscal que llevó el caso, Jesús Albeiro Yepes, dijo años después a El Espectador que, pese a que los narcos debieron ser acusados como cómplices e investigados como autores intelectuales del crimen, no sucedió por los contactos que estos tenían en el Estado.
Solo años después, otro de los hermanos Gallón Henao fue extraditado a Estados Unidos, Santiago fue condenado por financiar grupos paramilitares en 2010 y sobre David nada se sabe.