Un audio que se ha viralizado en las últimas horas tras ser publicado por el diario L’Équipe, tiene como protagonista el exfutbolista Emiliano Sala, quien murió luego que la avioneta que lo trasladaba a Cardiff se estrellara en el Canal de La Mancha, en una tragedia que remeció al balompié mundial.
Sin embargo, el audio que se ha difundido en las últimas horas prueba que el delantero fue prácticamente obligado a dejar la institución gala, ya que no quería firmar por el equipo de la Premier League.
Según L’Equipe Sala envió este mensaje a un familiar, dos semanas antes de su muerte. El archivo no deja dudas: el jugador reconoce conversaciones con su representante Meissa N’Diaye y el presidente del Nantes Waldemar Kita para buscar un destino mejor.
“Ayer por la noche, yo envié un mensaje a Meissa, y él me ha llamado varias horas más tarde, después hemos discutido, y, justamente, él me ha contado que ayer por la noche, Kita le ha enviado un mensaje para llamarle. Después, le ha llamado, ellos han hablado. Y… quieren venderme. Después está la oferta del Cardiff hoy. Por su parte, ellos han negociado para ganar mucho dinero. Ellos quieren absolutamente que me vaya. Es verdad que es un buen contrato, pero deportivamente no es interesante para mí”, dijo Sala.
Y no es todo. El argentina además revela que “tratan por todos los medios de que me vaya. Yo no tengo miedo de ir allí. Yo he luchado durante toda mi carrera. Irme a luchar allí no me da miedo alguno, al contrario, pero también, yo me digo que Meissa debe encontrarme cualquier cosa mejor de aquí al cierre del mercado”
“Yo no quiero hablar con Kita porque no quiero enervarme. Es una persona que me desagrada cuando está frente a mí. Él hoy, quiere venderme al Cardiff, porque él ha llevado a cabo una supernegociación. Él va a recibir el dinero que quiere. Él quiere que yo me vaya, él ni me lo ha preguntado. A él no le interesa nada más que él dinero. Así es como está todo, es un quilombo. Aparte de eso, yo no sé más. No sé qué hacer, porque como te digo soy yo quien tiene que levantarse todas las mañanas y ver la cara de esa persona. Pero nadie me mira a mí, a mi interior, a lo que tengo que someterme”, concluye