En Lima, Bárbara Riveros no pudo celebrar. En una carrera en la que siempre estuvo en la pelea, salvo hasta el trote (paradójicamente, su especialidad), la quinta en los últimos JJOO quedó relegada y fuera del podio.
Lusia Baptista fue quien se llevó el oro. Lo hizo casi al final, tras superar a su compatriota, Vittoria Lopes, en los últimos kilómetros de trote. Riveros fue quinta.
En los 1.500 metros de natación, Barbara se acomodó junto al pelotón. Ahí, Lopes, la hija de la reconocida triatleta Hedla Lopes, fue quien primero salió de las frías aguas de la Costa Verde limeña (14 grados Celsius). Riveros fue cuarta, liderando el pelotón en la playa.
Pero la chica no se dejó intimidar. Siempre junto al grupo de avanzada, intentó dar caza a Lopes, que corría sola. Sorteó el duro ascenso de la bajada de Aguas Dulces y la subida de Huailas, en Chorrillos, para conseguirlo. Fue una durísima persecución.
Allí se vio la solidaridad del equipo chileno. Catalina Salazar fue quien se sacrificó durante cuatro de las seis vueltas de la etapa ciclista, para cortarle el viento a Bárbara y resguardarla para el remate final. Su estrategia resultó y para el final del período pedalero, Riveros ya marchaba tercera, lista para su especialidad, el trote.
Pero algo ocurrió ahí. El sacrificio dejó a Bárbara con las piernas gastadas. Se le notaba corriendo con un cansancio adicional, mientras Lopes se encumbraba en la punta. Y al final, Baptista la superó. No toleró la alta exigencia y terminó fatigada.