Oh I'm just counting

Comienza en Doha el cuestionado Mundial de Atletismo. Participan solo dos chilenos

Cuando Doha fue designada sede del XVII Campeonato del Mundo de atletismo el 18 de noviembre de 2014 la sorpresa fue mayúscula. Nadie entendía cómo y cuándo se iba a organizar un evento de esta categoría en un país con un clima tan adverso en verano, la fecha en la que siempre se había disputado la gran cita del atletismo mundial más allá de los Juegos Olímpicos. Las sospechas de corrupción que acompañaron desde un primer momento la elección de Doha en detrimento, entre otras, de Barcelona, se han ido confirmando con el paso de los años.

Sin embargo, y más allá de toda esta polémica de corrupción, la gran preocupación de atletas y técnicos fue desde un primer momento los riesgos que implicaba para la salud de los competidores el asfixiante calor y la humedad de Doha en agosto, mes en el que se disputa siempre el mundial con ligeras excepciones. Por eso, desde un primer momento la IAAF aclaró que el evento comenzaría a finales de septiembre sin precisar la fecha.

Este anuncio no satisfizo en absoluto a todos aquellos que deben velar por la salud de los atletas así que Qatar ofreció pronto una alternativa tan atractiva como revolucionaria: dotaría al Khalifa International Stadium, principal sede del campeonato, de aire acondicionado para mitigar los efectos del calor. 

La temperatura se mantiene de forma uniforme en torno a los 25 grados gracias a 500 boquillas de enfriamiento repartidas por todo el estadio en tres niveles de altura diferentes. El sistema empieza a funcionar por la mañana para que tanto atletas como público encuentren el Khalifa en las condiciones ideales al comienzo de cada día de competición. Llegados a este punto, conviene puntualizar que no habrá jornada matutina. Entre otras cosas porque coincide con las horas de más calor en Doha -en torno a los 40 grados-.

Además, las boquillas inferiores, situadas a pie de pista, podrían interferir con la disputa de algunas pruebas, por lo que éstas se apagan media hora antes del arranque de cada sesión. Los únicos competidores que han pedido que se apaguen también las boquillas intermedias durante su prueba son los discóbolos porque han comprobado que condicionan el vuelo del disco.

Hasta aquí las novedades del estadio, pero quedan seis pruebas -los dos maratones y las cuatro de marcha- que se tienen que disputar sí o sí sobre asfalto y sin trucos de refrigeración. La solución, tan evidente como polémica, ha sido desplazarlas hasta la madrugada, cuando las temperaturas caen en Doha hasta lo que la IAAF entiende que es soportable, aunque el riesgo de suspensión ha sido siempre una espada de Damocles sobre la cabeza de los organizadores y el organismo rector del atletismo mundial, responsable último de la salud de maratonianos y marchadores.

Más allá de toda esta polémica, conviene recordar que estamos ante el primer gran evento post-Bolt en la historia del atletismo. El jamaicano irrumpió como un ciclón en este deporte en los Juegos de Pekín de 2008 -tras ganar dos platas en el Mundial de Osaka de 2007- para convertirse en una leyenda que acaparó todos los focos durante una larga década. Ahora el atletismo está aprendiendo a sobrevivirle mientras busca heredero aunque la lista de ausencias no es desdeñable.

Chilenos en competencia

Nuestro país estará representado por Gabriel Kehr y Humberto Mansilla, quienes participarán en el lanzamiento del martillo. 

Ambos atletas nacionales deberán competir el martes 1 de octubre a las 16:30 horas de nuestro país en las rondas de clasificación. 

Kehr y Mansilla tuvieron un excelente desempeño en los recientes Juegos Panamericanos de Lima 2019, en los que lograron medalla de oro y plata para Chile, respectivamente.