Diego Méntrida ha sido el indudable protagonista del Triatlón de Santander pese a no conseguir una victoria, que se llevó Javier Gómez Noya, y ni siquiera subir al podio. Sin embargo, el triatleta madrileño no se colgó el bronce porque antepuso la deportividad a un éxito probablemente inmerecido, pero su gesto le ha dado mucho más de lo que el metal hubiese conseguido.
Encarando el último giro de la carrera, el británico James Teagle que ocupaba la tercera posición, se equivocaba de trayecto y seguía recto en lugar de torcer en el momento equivocado. Un error que le iba a privar de conseguir subir al podio con toda una leyenda de este deporte como Gómez Noya, ya que Méntrida, que le seguía incansablemente, conseguía por fin adelantarle.
No obstante, Méntrida, en un gesto de deportividad sin igual, y sabedor de que consiguió rebasar al británico gracias a su error, esperó a que este recuperase la orientación para dejarle pasar y cederle la tercera plaza a apenas unos metros de la meta. Una decisión muy noble para un joven deportista de 21 años con toda la adrenalina de verse entre los tres mejores.
"Al ver cómo él se equivocaba, inconscientemente me paré. Él se lo merecía", aseguró tras la carrera, antes de asegurar que "lo volvería hacer". "No debió de ver el desvío a meta. O no se lo señalizaron bien. No lo sé, el caso es que se lo merecía", explicó.