El futuro del fútbol se ve nublado. Chile quedó ridículamente eliminado del Sudamericano Sub-20, mediante un gol de los colombianos a los noventa y cinco minutos. Una estocada que nos dejó el corazón en carne viva y que nos hizo retroceder a esas épocas no muy lejanas, cuando nuestro fútbol se veía continuamente expuesto a lo que las circunstancias determinaran.
Los dardos apuntan al entrenador Héctor Robles, pero esto va mucho más allá porque la ANFP le dio continuidad a su proceso a pesar del estrepitoso fracaso en el Sudamericano anterior. Sinceramente, ¿había que esperar algo nuevo de Robles en este campeonato?
Algunos se volvieron locos con la victoria 1-0 sobre Brasil, pero no pasaba de ser un buen resultado. Todavía faltaba cerrar el grupo y más de medio torneo por jugarse. Estos son tiempos donde no hay rival chico, partido ganado, ni tampoco clasificación amarrada hasta que el árbitro hace sonar el último pitazo. El fútbol es cambiante como la vida y siempre hay que estar con los sentidos bien puestos, porque en un segundo todo se da vuelta. ¿En la calle acaso no pasa lo mismo?
El triunfo tiene que alejarnos definitivamente de la fanfarronería, la conformidad y del relajo. El padre Alberto Hurtado Cruchaga decía: “Seamos mejores y los tiempos serán mejores”. Por lo mismo, ojo con los que festinan con eso de que a Chile le tocó un grupo fácil en la Copa América de Brasil 2019. Aprendamos las lecciones.
El futuro del fútbol se ve nublado. Por José Antonio Lizana Arce, periodista
Los combinados menores deben ser asignados a profesionales con vasta experiencia en formación de jugadores y no a entrenadores más baratos para la ANFP. El costo deportivo que se paga es muy alto cuando se ahorra con el fútbol joven. Está claro que las sociedades anónimas son cajas recibidoras de dinero, pero a alguien le tiene que importar cómo van cayendo al abismo, torneo tras torneo, las generaciones del futuro de nuestro balompié.
La última camada interesante fue la del Mundial de Turquía 2013. Sin embargo, las carreras de Ángelo Henríquez, Nicolás Castillo, Bryan Rabello, Felipe Mora e Igor Lichnovsky aún no se consolidan. Han pasado seis años desde dicha cita planetaria y ninguno milita en un club de renombre y tampoco son titulares en la selección adulta.
El bicampeonato de América 2015-2016 tuvo como base a las estrellas que participaron en los mundiales juveniles de Holanda 2005 (Matías Fernández, José Pedro Fuenzalida, Gonzalo Jara y Carlos Carmona) y Canadá 2007 (Mauricio Isla, Gary Medel, Arturo Vidal y Alexis Sánchez). ¿Y ahora qué? Perfecto, se fue Salah y sale Robles. El tema es que rumbo a Qatar 2022 seguiremos pidiéndole a la generación dorada que se haga cargo de las erráticas decisiones de los dirigentes. No es justo ni auspicioso, ya que el balón seguirá rodando más allá de 2022. Aunque quizás no para nosotros.