El ex seleccionado chileno Sub 20, Luciano Cabral, vive un calvario desde que se entregó a la policía en enero de 2017 luego de ser acusado de un brutal asesinato en Argentina.

El otrora volante, que pertenecía a Argentinos Juniors,  fue condenado a nueve años de cárcel, y ahora relató a El Mercurio lo que vive en el penal de San Rafael en Mendoza. "Todos los días me levanto temprano. A las siete de la mañana abren la habitación y quedamos en el pabellón con las puertas abiertas (...) A las 16 vuelvo al pabellón, hago una o dos horas de gimnasia, me baño y quedo listo para una reunión que hacemos todos los días, en la que oramos. A las siete nos vuelven a encerrar", aseguró. 

El hecho ocurrió el 1 de enero de 2017 en una pelea callejera en la que participó su primo y su padre autor confeso del crimen. Luciano tenía 21 años.

Cabral creció en General Alvear, un pueblo cerca de Mendoza, bajo la tutela de su padre ya que su madre falleció cuando él tenía 5 años.

El ex volante  creativo, apela a su libertad,  espera una oportunidad al salir de la cárcel para volver al fútbol.