Luego de varios días en la encrucijada, Carlos Heller, máximo accionista de Azul Azul, concesionaria que rige los destinos de Universidad de Chile, decidió no vender su participación en la sociedad anónima.
De acuerdo a lo informado por El Mercurio, los abogados del empresario se reunieron con sus pares de los oferentes, Redwood y Sartor Group, para revisar los detalles del traspaso, no obstante, el dueño del Grupo Bethia puso variados requerimientos de última hora.
Según la publicación, los inversionistas aseguraron que Heller exigió respaldos para garantizar la transacción, ante lo cual los inversores propusieron dejar en una notaría el dinero para saldar el pasivo de Azul Azul además de los montos involucrados en la compra directa, unos 21 millones de dólares en total.
"Desde ese momento en que se aceptó lo que pidió no hubo respuesta alguna hasta el cierre del plazo", comentó una fuente cercana a la operación.
"Si uno pide A y se le ofrece A, y aun así no hay respuesta, qué puede pensar uno", añadió otro involucrado. Además, dice la misma nota, se le ofreció a Heller revelar el nombre de los inversores, pero tampoco hubo respuesta.
En ese sentido, desde la parte oferente analizan acciones judiciales por el daño, y apuestan por cobrar los 120 millones estipulados en el documento original.