Por primera vez en su historia y sin haber conseguido títulos en Primera División de Argentina, el humilde equipo de una zona aledaña al gran Buenos Aires, llamado Florencio Varela, Defensa y Justicia grabó la página más gloriosa de su vida consagrándose campeón de la Copa Sudamericana. Los goles del histórico 3-0 sobre Lanús los hicieron Adonis Frías, Braian Romero y Washington Camacho.
Ya en el primer tiempo se vio la tónica del partido. Defensa y Justicia con su juego a través de la posesión utilizando el toque como forma de avanzar; Lanús más bien replegado, tratando de desconectar el fútbol del rival para proponer desde ahí con contraataques. La supremacía táctica fue de Defensa. Lanús recién pateó al arco al final de la primera parte.
El gran desdoblamiento de los dirigidos por Hernán Crespo se notó en varias ocasiones, pero quedó graficado en el 1-0. Frías, el autor del gol, es marcador central derecho en línea de tres, pero definió como 9; ahí llegó producto de la transición defensa-ataque del Halcón. Vestido de 9, definió como lo que es: zaguero. El defensor apretó fuerte los dientes y la pelota pasó por entre las piernas de dos jugadores de Lanús.
En el segundo tiempo Defensa y Justicia fue aún más superior que Lanús. En el partido más importante de su historia jugó el mejor partido de su historia. A los 62 Romero aprovechó el error de la última línea granate y amplió diferencias. Luego, ya con los uruguayos Miguel Merentiel y Washington Camacho en cancha, contó con varias chances de ampliar y terminar goleando.
Camacho, precisamente, besó la gloria eterna cuando metió el tercero y se consagró campeón de la Copa Sudamericana, donde en la fecha anterior había eliminado a Coquimbo Unido de Chile.