Que Lionel Messi vea su número (ahora el 30) en el cartel del cuarto árbitro porque lo están por reemplazar no es algo que suceda normalmente... Es más, si alguna vez pasó, fue con algún partido definido, o por un tema físico. Pero lo que sucedió este domingo en el Parque de los Príncipes tiene otro tinte: El entrenado argentino Pochettino lo sacó cuando el partido estaba 1-1 y Leo no entendió nada. Su cara habló.

Iban 76 minutos de partido y el PSG ya le había empatado a Lyon con el penal de Neymar (Paquetá había adelantado a la visita). El envión estaba del lado de los parisinos, con Messi, Ney, Mbappé y Di María en cancha. Sin embargo, Pochettino pensó otra cosa y sacó al 30, que hasta ese momento había tenía un partido interesante, yendo de mayor a menor. El palo le había sacado un hermoso tiro libre.​

En ese momento, al ver el 30 en el cartel, Leo se debe haber preguntado internamente si había un error, pero no. Caminó rumbo a la salida y en su lugar entró Hakimi, un lateral con vocación ofensiva, pero lateral al fin de cuentas. Messi saludó al marroquí y un par de metros atrás lo esperaba el DT rosarino: hubo cruce de miradas y un saludo que no fue tal.

​Pochettino buscó el saludo, ¿y explicarle el motivo del cambio?, y se encontró con un Messi que no comprendió la decisión. Leo apenas puso la mano, pero las cámaras tomaron su rostro, el de no entender qué estaba pasando. En el banco de suplentes, Leandro Paredes y otros compañeros también se preguntaron lo mismo.

A Messi no le gusta salir. Ni tampoco es amigo de administrar el físico. Él entiende que su mejor versión llega cuando está en ritmo, jugando y jugando, sin tener en cuenta el desgaste o el trajín de partidos. Y las veces que no disputó los 90 minutos, fue por otras cuestiones, como volver de lesiones o salir para que lo aplaudan en partidos liquidados (muy pocas veces).

Hasta el momento de que Pochettino decida sacarlo, Leo se había mostrado muy activo. El primer tiempo fue de lo que mejor que hasta ahora demostró en su corta estadía que lleva en París. Buscó asociarse con Di María y Mbappé, pero le faltó más encuentros con Neymar. Y tuvo dos clarísimas: el tiro libre al travesaño y otra que le sacó Anthony Lopes con los pies. El gol se hace esperar.