En el futbol de clubes, la búsqueda de nuevos jugadores no conoce fronteras. En las selecciones nacionales, en cambio, el margen es mucho más estrecho: solo pueden representarlas los ciudadanos de cada país. Ahí es donde entra en juego la naturalización, una herramienta cada vez más utilizada por las federaciones: basta con facilitar que un futbolista obtenga el pasaporte adecuado para que pueda vestir una nueva camiseta nacional. Hoy, la marca internacional 1xBet repasa los casos más llamativos de cambios de nacionalidad futbolística y analiza qué tan efectivo puede ser este camino.

La naturalización inteligente de Marruecos

Los Leones del Atlas apostaron por captar futbolistas europeos con raíces marroquíes. Uno de los mejores laterales derechos del mundo, Achraf Hakimi, nació en España y se formó en la cantera del Real Madrid, pero nunca llegó a jugar con La Roja. La Real Federación Marroquí de Futbol le ofreció representar a su tierra de origen familiar a nivel internacional, y Hakimi aceptó. El resultado fue inmediato: Marruecos sumó a una figura clave que ayudó a la selección a alcanzar las semifinales del Mundial 2022.

Otro caso emblemático de este mismo enfoque es el de Brahim Díaz. El talentoso mediocampista del Real Madrid defendió a España en categorías juveniles, pero nunca recibió la oportunidad de dar el salto a la selección mayor. Marruecos supo leer el escenario, le tendió la mano y lo invitó a vestir la camiseta de los Leones del Atlas. Hasta ahora,
Brahim suma 15 partidos internacionales y 8 goles con la selección marroquí.

La nómina de jugadores de alto nivel que Marruecos ha sumado mediante la naturalización no termina ahí. Nombres como Hakim Ziyech, Noussair Mazraoui, Romain Saïss y Sofiane Diop. 

Surinam y Curazao, selecciones con ADN neerlandés

Para países donde el futbol no está tan desarrollado, la naturalización es una vía ideal para fortalecer a la selección. Surinam cuenta con una gran cantidad de futbolistas nacidos en Países Bajos y formados en sus clubes. Entre ellos destacan Sheraldo Becker, Jean-Paul Boëtius, Stefano Denswil y Djavan Anderson, entre otros. Gracias a este grupo,
la selección surinamesa alcanzó el repechaje intercontinental rumbo al Mundial 2026, donde enfrentará a Bolivia.

Curazao siguió un camino muy parecido. Su selección está integrada casi por completo por jugadores nacidos en Países Bajos que no lograron consolidarse en la Oranje. Nombres como Shurandy Sambo, Armando Obispo, Sontje Hansen y los hermanos Juninho y Leandro Bacuna forman la base de un equipo que logró algo histórico: clasificar por primera vez a un Mundial. ¡Todo esto con un país que apenas supera los 150 mil habitantes!

La naturalización también alcanza a las grandes potencias

El cambio de nacionalidad futbolística no es exclusivo de selecciones emergentes. Inglaterra incorporó a Declan Rice y Jack Grealish, quienes optaron por dejar Irlanda. Aymeric Laporte pasó de Francia a España, y el brasileño Jorginho se convirtió en una pieza clave de la selección italiana.

Esta práctica no es nueva. A mediados del siglo pasado, figuras legendarias como Omar Sívori jugaron tanto para Argentina como para Italia, mientras que Ferenc Puskás y Alfredo Di Stéfano defendieron a sus países de origen y también a España.

Cuando la naturalización cruza la línea

No todos los casos terminan bien. Hace poco, la selección de Malasia se vio envuelta en un escándalo mayúsculo tras la naturalización irregular de siete jugadores mediante documentos falsos. FIFA abrió una investigación y aplicó sanciones severas: los futbolistas fueron suspendidos por un año y la federación tuvo que pagar una multa cercana a los 430 mil dólares.

Una gran oportunidad para Chile

La naturalización puede ser una herramienta poderosa, siempre que se utilice con criterio. En su momento, el argentino Pablo Hernández se integró a La Roja y fue una pieza importante del equipo. De cara al futuro, la Federación de Futbol de Chile debería trabajar con mayor decisión en esta dirección, impulsando la incorporación de jugadores de calidad que realmente quieran representar al país.

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