Oh I'm just counting

Nada personal contra usted, pero… carta abierta al nuevo entrenador de la selección chilena, Reinaldo Rueda

Por Guillermo Arellano
 
 
Don Reinaldo:
 
Sepa usted que cuando se ponga el buzo de la selección chilena -en algunos días más- el entusiasmo de los hinchas será igual a cero.
 
Nada personal. Su currículum es respetable.
 
El tema es que el desencanto y desilusión que involucra no estar en el Mundial de Rusia es tan pero tan grande que hasta vergüenza nos da que “La Roja” sea sparring de equipos inferiores al nuestro. Es más, ni siquiera derrotándolos a todos por goleada durante el año se nos dibujarán sonrisas en el rostro.
 
Por lo mismo, le recomiendo que las nóminas, al menos las primeras, no incluyan a los miembros de la “generación dorada” que tantas noticias provocan en Europa.
 
Lo urgente hoy es airear el camarín con jugadores nuevos, el famoso recambio que no se ve por dónde puede llegar, lo que automáticamente terminará con batallas de egos, bandos y mafias, que como suele suceder en toda institución compuesta por seres humanos, existen y terminan pasando la máquina.
 
Y ya que se viene a hacer cargo de las divisiones juveniles también (sub-20, sub-17 y sub-15), la cosa está clarita: probar con ensayo y error hasta dar con los mejores para enfrentar los dos desafíos que nos deben traer de vuelta al planeta fútbol: la Copa América de 2019 y las clasificatorias de 2022.
 
Queda mucho, lo que ayudará a que los referentes de este equipo, Bravo, Medel, Isla, Beausejour, Díaz, Aránguiz, Vidal y Sánchez, se hagan la idea de que ellos no van a correr con el gasto del proceso, sino que tendrán que amoldarse a otro orden, su orden, tal como en su momento lo hizo Marcelo Bielsa, que tomó a un montón de jugadores con la moral en el suelo y acusados de graves actos de indisciplina (jamonazos), al mando de Nelson Acosta, y los puso en la órbita planetaria.
 
 
Antes de pensar en resultados, esquemas y estrategias, don Reinaldo, usted debe instalar una filosofía, la que sea, que esté por sobre las individualidades. Bielsa nos enseñó que no había imposibles y que nadie es imprescindible. Por eso se le ganó a Argentina por primera vez en la historia de los partidos oficiales y se elevó la mirada para terminar asistiendo a dos mundiales consecutivos.
 
Otra cosa: de todos los consejos que por los medios le han mandado psicólogos, entrenadores, comentaristas y profesionales extranjeros avecindados en Chile, el peor es que escuche a los técnicos chilenos. Es al revés, ellos tienen que escucharlos a usted. De lo contrario, el nuevo DT de la selección sería chileno, en particular Manuel Pellegrini.
 
Así que ya lo sabe, por favor, escuche lo menos posible a los adiestradores nacionales. Son ellos los que tienen a la liga local jugando a un ritmo cansino, con escasa novedad táctica, poca osadía, esquemas ratones y ultradefensivos y un espacio casi nulo para que los buenos para la pelota exploten la creatividad y el talento individual y grupal. En suma, cero rebeldía.
 
Don Reinaldo, desde lo alto de su investidura tiene que ignorar a los periodistas deportivos. Sus análisis de los partidos distan de lo que pasa en una cancha de fútbol, lo que nos hace comprender que nunca jugaron o que si lo hicieron nunca lo entendieron. Si hasta un compatriota suyo, Andrés Marocco de ESPN, dijo que va a tener problemas a causa del sentimiento negativo que -asegura- existe en contra de los colombianos.
 
Patrañas.
 
Tal nivel de expresiones demuestra que no saben lo que es dar o recibir una patada, que en este deporte es básico si se quiere ganar. Menos captar lo que es asimilar la presión por obtener un resultado y lo que cuesta muchas veces hacer un gol e impedir que el rival nos haga tres.
 
Es usted y su circunstancia. Dígale que no a las entrevistas exclusivas y a los contratos independientes de publicidad. Dinero no le va a faltar acá gracias a los 3,5 millones de dólares que recibirá por año.
 
Para finalizar, asuma que tendrá todo el apoyo de la fanaticada si se dedica a lo suyo sin “vender la pomada”, chilenismo que significa presumir con conceptos rimbombantes y espectaculares, pero sin productos concretos.
 
Anote: garrote y zanahoria con los desordenados, priorizar el trato de balón y la recuperación del mismo y pensar en el arco rival más que el propio, todo condimentado con actitud ganadora, fuerza mental, sacrificio y compañerismo. Con eso y mucho más los resultados no tienen por qué ser deficientes.
 
Bienvenido señor Rueda. Pinto Durán lo está esperando.