Más allá de la calculadora, la “generación dorada” debe superar los roces internos provocados por la exclusión de Marcelo Díaz, recuperar la humildad y volver a jugar al fútbol, para lo cual no cabe acudir a la innovación. Por Guillermo Arellano
Penúltima jornada de clasificatorias: Chile y Argentina unidos por el miedo y la calculadora
Este jueves se disputará la penúltima fecha de las clasificatorias para el Mundial de Rusia 2018. Y como casi nadie esperaba y quería, Chile tendrá que pelear su acceso a la cita planetaria contra un Ecuador que no tiene nada que perder y ante Brasil en Brasil, lo que de por sí suena como una película de terror.
Por otro lado, Argentina vive momentos de extrema tensión en la antesala del duelo ante Perú en Buenos Aires. A tanto, que su entrenador Jorge Sampaoli, que no conoce de gestos de deportividad y decencia, instó a la Asociación de Fútbol Argentino a disputar este duelo en el estadio de Boca Juniors, La Bombonera.
El tema no es tan simple. Daniel Angelici, presidente del club xeneise y vicepresidente de la AFA, logró el apoyo de la “12”, que es la barrabrava del equipo más popular del país, pero a cambio entregar cerca de cuatro mil entradas de regalo. Lo curioso es que la propia AFA había liderado un protocolo que busca frenar la influencia que tienen las hinchadas en el funcionamiento del balompié trasandino y en los constantes hechos de delincuencia.
Cero ética y consecuencia, lo que se entiende ad portas del partido más importante en los últimos 30 años, en palabras de los principales referentes del periodismo de esa nación, incluso más que la final del Mundial de Brasil 2014 donde Alemania los derrotó por 1 a 0.
En lo futbolístico, la consigna parece ser una sola: darle la pelota a Messi. Nada más. Tácticamente, lo que se le pide al cuestionado Sampaoli es que reciba la pelota cerca del área rival y no en campo propio. Lo demás, que suban los centrales a cabecear o a buscar el rebote y recuperar pronto la pelota, da lo mismo.
“Si Messi hace un gol ganamos, si no se nos complica”, dijo el comentarista Toti Pasman en América TV, quien adelantó que lo único que queda por hacer es “rezarle a San Lionel”.
Lo de albicelestes y albirrojos nos importa, y mucho, porque si empatan ambos llegan a 25 puntos y si Chile bate a Ecuador trepa a los 26 y se mete a zona de clasificación directa.
Ahora, si hay un ganador en La Boca y los nuestros hacen la pega quedamos quintos con los mismos 26 y listos para el repechaje, dado que ese ganador terminará la fecha con 27 unidades, por cierto, esperando lo que pase con Colombia, que si cae ante Paraguay no se moverá de los 26 puntos.
Más allá de la calculadora, la “generación dorada” debe superar los roces internos provocados por la exclusión de Marcelo Díaz, recuperar la humildad y volver a jugar al fútbol, para lo cual no cabe acudir a la innovación. Vidal en mediocampo es esencial, el talento de Valdivia se necesita desde el minuto 1, Gato Silva responde en instancias decisivas y el adelantamiento de Medel como volante central, puesto que maneja a la perfección, lo que dejaría a Jara (o Maripán) y Paulo Díaz en el centro de la zaga, suena como lo más obvio posible.
En ofensiva está Edu Vargas con Sánchez. Podría entrar Pinilla, que anda dulce a nivel local. Y si se cansa podría darle lugar a Paredes, que se merece más minutos en cancha. Sumemos a Fuenzalida, Mena, Rodríguez y Puch. Con Hernández y Aránguiz lesionados y Beausejour suspendido es lo que hay.
Por otro lado, no se saca nada con responsabilizar al DT Juan Antonio Pizzi por darle prioridad a la Copa Confederaciones y desgastar a los jugadores. Si Díaz no se equivoca y Chile vencía los alemanes, hasta el menos patriota iba a festejar el campeonato en Plaza Italia. Basta de hipocresía.
Pizzi ya la embarró con la precaria preparación que ocasionó perder feo ante Paraguay y Bolivia, además que los seleccionados ya tomaron todo el caldo de cabeza que había que tomar. No se puede volver atrás. La mentalidad debe ser ganadora. Fútbol hay y de sobra. Y lo de Brasil no es imposible si se plantea con intensidad e inteligencia.
Por de pronto, el miedo, que es un sentimiento que muchas veces nubla e impide lograr metas y ser feliz, debe servir de aliciente para dar pasos firmes. Estos muchachos los han dado desde que eran cara sucia. Por lo tanto, lo del 5 y el 10 de octubre es solo otra prueba más, la que de seguro pasarán sin ningún inconveniente.