Emmanuel Macron, presidente de Francia, olvidó el protocolo cuando a los 18 minutos del cotejo por la final de la Copa Mundial, un autugol de Croacia otorgó la primera ventaja a la selección de su país.
Frente al jefe de Estado ruso Vladimir Putin y la presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovic, el mandatario francés estalló en alegría y festejó como un hincha más.
Al finalizar el partido, y con mucha compostura, se limitó a abrazar a Grabar-Kitarovic como símbolo de sana rivalidad, luego de que su equipo ganara por 4-2.