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Él es la imagen de la nueva campaña que el gigante de ropa deportiva Nike lanzó esta semana con motivo del 30º aniversario de su icónico lema "Just Do It" (Simplemente hazlo, en español).
Elogiada por muchos, la campaña también generó fuertes reacciones en un sector de la sociedad estadounidense, hasta el punto que en las redes sociales aparecieron varios usuarios quemando productos de la compañía.
Si su rostro no resulta familiar, tal vez lo sea la imagen de jugadores de fútbol americano con una rodilla en tierra mientras sonaba el himno nacional antes del comienzo de los juegos durante las dos últimas temporadas en la NFL.
Ese gesto ha sido repetido por atletas de muchos otros deportes.
Todos ellos han seguido el ejemplo de Kaepernick, quien en 2016 inició su protesta contra la injusticia racial y la violencia policial negándose a permanecer de pie durante el himno.
La postura terminó dividiendo el país y fue duramente criticada por el presidente Donald Trump, quien la considera como una grave falta de respeto a los símbolos patrios que los representan.
El mariscal de campo, ahora de 30 años, se encuentra desempleado desde marzo de 2017 cuando optó por finalizar su vínculo con el equipo con el que alcanzó la fama, los San Francisco 49ers, a los que llevó a la Super Bowl en 2013.
Ninguno de los otros 31 equipos de la NFL se interesó por sus servicios y es probable que Kaepernick se vea obligado a retirarse al tampoco encontrar trabajo para la temporada que comienza este jueves.
Muchos jugadores y analistas están convencidos de que su protesta formó parte de la decisión, por lo que el jugador denunció a los dueños de los equipos de confabular en su contra.
En agosto un tribunal indicó que hay suficiente evidencia para llevar el caso a juicio.
Orígenes
Nacido en Milwaukee de madre blanca y padre negro, Kaepernick tenía solo semanas cuando fue adoptado en el seno de una familia de piel blanca.
De niño, siempre estuvo expuesto a responder a preguntas sobre su origen y en muchas ocasiones la gente no creía que formara parte de la familia Kaepernick junto a sus padres adoptivos, Rick y Teresa, y los dos hijos biológicos que tenía la pareja.
"Fue a peor a medida que crecía y era más alto", le dijo Kaepernick a la revista US Magazine en 2015.
"En los vestíbulos de los hoteles, no importaba lo cerca que estuviera de mi familia. Alguien se acercaba a mí, por lo general un encargado nervioso, y me decía: 'Perdone, ¿hay algo en lo que le pueda ayudar?'", recordó durante la entrevista.
Kaepernick destacó en los deportes durante su educación secundaria y la Universidad de Reno, en Nevada, le ofreció una beca en 2006.
Fue durante su estadía en la universidad en la que estudio gerencia de negocios que conoció a compañeros con vidas muy diferentes a la de él, fomentando su interés en la historia de la comunidad afroestadounidense.
Pero su activismo salió a relucir y se hizo público muchos años después, en 2016, cuando su aureola de estrella se estaba desvaneciendo y había sido relegado como mariscal de campo suplente.
De las palabras a la acción
Su presencia en las redes sociales pasó de comentar temas relacionados con los deportes a mencionar a activistas como Malcolm X y figuras icónicas de origen afroestadounidense como el rapero Tupac Shakur, cuyo asesinato en 1996 todavía sigue sin resolverse.
También asumió una posición más firme sobre sus ideas desde que comenzó a salir con Nessa Diab, presentadora de un popular programa de radio de hip-hop y seguidora del movimiento Black Lives Matter ("Las vidas de ciudadanos negros importan").
Los mensajes de Kaepernick fueron cada vez más frecuentes y más directos, comentando en una ocasión en Twitter que "estamos siendo atacados" tras la muerte de dos personas de raza negra por parte de la policía en dos incidentes aislados.
Sus palabras no tuvieron mucha repercusión, pero todo comenzó a cambiar cuando el 26 de agosto de 2016 fue fotografiado sentado en el banquillo mientras se entonaba el himno nacional durante un juego de pretemporada.
"No me voy a parar para demostrar orgullo por la bandera de un país que oprime a las personas negras y gente de color", le dijo Kaepernick al sitio de internet de la NFL.
"Para mí, esto va más allá del fútbol americano y sería egoísta de mi parte mirar hacia otro lado. Los cuerpos están en la calle".
"No busco una aprobación. Tengo que estar por las personas que son oprimidas. Si me quitan el fútbol americano, mis patrocinadores, sabré que he hecho lo correcto", aseguró.
Ese gesto generó división de opiniones y algunos lo acusaron de no respetar la memoria de los soldados muertos.
Otros utilizaron el hecho que se había criado en una familia privilegiada para menospreciar su posición en contra de la opresión contra la población negra.
Incluso llegaron a decir que simplemente se trataba de un jugador que había caído en desgracia desesperado por llamar la atención.
Hasta su madre biológica, Heidi Russo dijo que le "había faltado el respeto al país".
Efecto multiplicador
En el siguiente partido, Kaepernick se arrodilló durante el himno junto a su compañero Eric Read.
Esa misma noche Jeremy Lane, de los Seattle Seahawks, también se negó a pararse y cada semana se fueron sumando más jugadores a la protesta.
La controversia enfureció a Trump, quien en un discurso en la Casa Blanca exigió que quienes se negaban a pararse durante el himno fueran despedidos.
El mandatario se refirió a los jugadores como "hijos de p...".
En lugar de apaciguar la protesta, ésta se multiplicó hasta el punto que la revista Time dedicó su portada a la imagen de Kaepernick arrodillado.
Sin embargo, los jugadores no contaron con el respaldo incondicional de los dueños de los 32 equipos de la NFL, ninguno de origen afroestadounidense y muchos de ellos seguidores de Trump.
Y desde que optó por desvincularse de San Francisco en 2017, Kaepernick permanece sin equipo.
Sin embargo, su imagen en lugar de desvanecerse, está muy presente, a través de colaboraciones con organizaciones de caridad o seminarios en los que combina sesiones de la historia afroestadounidense con consejos de cómo actuar en caso de interacción con la policía.
Y ahora toma más fuerza gracias a la campaña de Nike, cuyo lema ("Cree en algo, incluso si eso significa sacrificar todo"), es considerado una clara referencia a su historia.