Las diversas reacciones que han generado los comentarios de Marcelo “Chino” Ríos han evidenciado que el país se divide frente a su figura. O se le quiere, frente a todo lo que hace, o no se soportan sus excentricidades.

 

La realidad va mucho más allá del respeto que se pueda tener por el deportista que durante años fue uno de los tenistas más destacados del circuito mundial, cosa que nadie niega, sino que ahora las criticas se centran en algo que antes se omitía: sus actos.

 

Siendo deportista, mucho de lo que hacía era opacado por su talento y sus triunfos, hoy solamente nos queda Marcelo Ríos la persona, situación que se torna límite, pues no hay un término medio. Amor u odio.

 

 

Siempre se analizó y se conjeturó que el “Chino” era alguien diferente. Para algunos, con evidentes rasgos asperger, su calidad en el tenis hizo que su personalidad fuera algo secundario.

 

 

Diferenciado de los demás tenistas del circuito, pues en sus mejores años se le consideraba como el jugador con mayor talento, haciendo del juego algo simple y mágico.

 

Sin embargo, esa diferencia se hizo notar: problemas con fans, con otros tenistas, con periodistas, con policías hicieron de su vida personal un ir y venir de rumores. No todos positivos.

 

Surge la pregunta, ¿será prudente medir los actos de Marcelo Ríos con la misma vara que medimos la sociedad? ¿Será su talento en el tenis una consecuencia de sus rasgos de personalidad? ¿Habrá que tomarlo en serio o solo es una broma?

 

 

Tratando de mirar más allá del personaje deportivo y analizando a la persona, consultamos al psicólogo Andrés Morales para ahondar en algunas de las cosas hechas por el “Chino” Ríos.

 

“Es claro que se trata de un personaje que tiene una personalidad muy difícil de entender y de aprobar, situación que se exacerba cuando se sitúa en instancias publicas, momentos en que suele evidenciar algunas de sus características más incomprendidas”, indica el experto.

 

 

“Me parece que no se trata de un tema político como algunos han querido llevar el tema, solamente se debe a cómo Marcelo Ríos entiende la vida, donde desde siempre se ha comportado como él ha querido y que la sociedad francamente no lo entiende ni comparte”, expresa el psicólogo.

 

Sobre si es necesario realmente profundizar en el personaje y no en el tenista el psicólogo asegura que “la verdad es que pienso que se trata de una perdida de tiempo, y que únicamente se trata de alguien que tiene una dinámica particular”, concluye.

 

El periodista deportivo Edgardo Marín analizando al personaje Marcelo Ríos comenta que se trata de “un producto de un estado de cosas. De un desarrollo de la sociedad en cuanto al trato entre las personas, algo que involucionó con los años”, expuso.

 

“Se podría decir que se trata de una forma de ser moderna y que no refleja respeto alguno por las personas, no siendo una dinámica única del “Chino”, sino que se podría generalizar con varios casos. Los Carabineros engañando durante años, algunos empresarios estafando y robando, la realidad es esta y él lo refleja”, señala Marín.

 

“Se trata de un personaje igual a muchos otros, siendo distinto de los demás por la relevancia deportiva que tiene, y llevar esta discusión a un ámbito político me parece que es algo equivocado y que no se ajusta a la realidad”, finaliza el periodista.