Las manifestaciones contra la precariedad social y el proyecto de Ley de seguridad global, en París y 90 ciudades de toda Francia, desembocaron muy pronto en enfrentamientos violentos, a primera hora de la tarde del sábado.
En la primera de las manifestaciones parisinas se confundían un rosario de protestas de muy diversa naturaleza.
Los sindicatos CGT, FSU y FO encabezaban los desfiles para protestar básicamente contra la precariedad social, pidiendo más ayudas y mejores salarios.
Por su parte, varias organizaciones estudiantiles, comenzando por la histórica UNEF, participaban para protestar contra el comportamiento de las fuerzas del orden en manifestaciones anteriores.
Antes y después de las representaciones sindicales tradicionales, en la manifestación parisina se confundían militantes de muy distinta procedencia: «chalecos amarillos» de extrema izquierda, grupúsculos de «black block» (ultrarradicales, partidarios del enfrentamiento directo, a pedradas y estacazos), y representantes de pequeñas organizaciones hostiles a las fuerzas del orden.
Al comienzo del trayecto de la manifestación parisina, en la avenida Gambetta, en dirección de la plaza de la República, se produjeron enfrentamientos difíciles de calibrar: intentos de montar e «incendiar» barricadas, «intercambio» de «proyectiles» (piedras, bastones), cargas contenidas de los antidisturbios.
En el resto de las 90 manifestaciones, en muchas de las grandes ciudades de Francia, la tensión era muy similar, según las fuentes más diversas.