Alemania anunció este miércoles el regreso desde el 2 de noviembre a las restricciones masivas para atajar la propagación de la segunda ola del coronavirus, con cierres con compensación económica de teatros a gimnasios, de cines a spas y ferias, pero con colegios y comercio abiertos.
La canciller alemana, Angela Merkel, y los jefes de los ejecutivos de los 16 "Länder" llegaron a este acuerdo básico, que se prolongará por cuatro semanas desde esa fecha e incluye la reducción a diez personas de dos distintos domicilios las reuniones en espacios privados.
El paquete de restricciones a la vida pública y la actividad económica, denominado "rompeolas", se basa en una propuesta elaborada por el Ministerio de Finanzas que contempla paliar hasta un 75 % las pérdidas que se deriven del cierre de las empresas afectadas y cuenta con una partida especial de 10.000 millones de euros.
"Debemos encontrar una vía para garantizar la salud pública y no llegar a una situación de emergencia nacional", advirtió en una rueda de prensa Merkel.
Es necesario actuar "aquí y ahora" con medidas "duras", añadió la canciller, porque la situación es "muy grave": con el crecimiento exponencial que está registrando la pandemia -la cifra de nuevos contagios diarios se ha duplicado en los últimos siete días- en cuestión de "semanas" el sistema sanitario alemán podría llegar "al límite de su capacidad".