Un atacante suicida se inmoló frente a un centro de registro de votantes en la capital de Afganistán, Kabul, este domingo, dejando al menos 57 muertos e hiriendo a más de un centenar de personas.
El incidente ha sido considerado como el más grave desde que comenzaron los preparativos para las elecciones de octubre.
El Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado contra un proyecto de vital importancia para la credibilidad del Presidente Ashraf Ghani, sometido a una fuerte presión internacional para garantizar que los demorados comicios parlamentarios se celebren por fin este año.
El portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danesh, dijo que un atacante suicida con bomba se acercó a pie al centro donde los funcionarios habían estado emitiendo documentos de identidad en el marco del proceso de registro de alrededor de 10 millones de votantes de todo Afganistán que comenzó este mes.
El Presidente condenó el ataque en un comunicado y dijo que "no debe distraernos de nuestros objetivos ni minar este proceso democrático nacional".
Un portavoz del Ministerio de Salud Pública dijo que el número de muertes confirmadas se ha elevado a al menos 57 y los heridos alcanzan ya los 119, aunque el balance de víctimas podría subir.
La explosión destruyó autos y rompió ventanas de los edificios cercanos, dejando escombros y rastros de sangre esparcidos por toda la calle.
Se trata del ataque más letal ocurrido en Kabul desde que unas 100 personas murieron en enero por una bomba oculta en una ambulancia y se produce tras repetidas advertencias de que los extremistas podrían intentar interrumpir el proceso electoral.
Tadamichi Yamamoto, un funcionario de alto rango de Naciones Unidas en Afganistán, también condenó el incidente en una declaración. "Además de un cruel desprecio por la vida de civiles, la matanza parece formar parte de unos esfuerzos totalmente inaceptables por parte de los extremistas para disuadir a los ciudadanos afganos de ejercer su derecho constitucional de participar en las elecciones", sentenció.
