Varias regiones de Australia han aumentado las restricciones sociales con el objetivo de frenar la expansión de un rebrote vinculado a la variante Delta del Covid-19, que ya ha obligado al confinamiento de Sídney, la ciudad más poblada del país.
"Es un momento crítico", dijo el ministro del Tesoro, Josh Frydenberg, en una entrevista este lunes con la cadena pública ABC antes de la reunión del comité de seguridad nacional para abordar la nueva crisis sanitaria.
El nuevo rebrote fue calificado por Frydenberg como "una nueva fase de la pandemia", al comentar que la variante Delta, detectada a mediados de mes en Sídney, "es más contagiosa y peligrosa" que cepas anteriores.
La reunión será presidida por el primer ministro, Scott Morrison, y se espera que se implementen medidas adicionales a las ya adoptadas por los gobiernos regionales, las cuales afectan a más de un 60 por ciento de los 25 millones de pobladores de Australia.
En el estado de Nueva Gales del Sur, su gobierno informó que el foco de Sídney, ciudad que está confinada junto a las áreas aledañas hasta el 9 de julio, registró el lunes 18 nuevas infecciones, seguida de otras 30 el domingo, con lo que totaliza 124 casos locales desde el inicio del último brote.
En el contiguo estado de Queensland, que reportó este lunes dos casos, uno de ellos con la variante Delta, las autoridades ordenaron el uso obligatorio de mascarillas faciales y límites al aforo de los restaurantes, entre otras medidas.
El Territorio Norte, con una gran población aborigen, ordenó el domingo el confinamiento por dos días de la ciudad de Darwin y las áreas colindantes por el brote en la mina, que acumula cinco casos.
Por su lado, Australia Occidental impuso el domingo restricciones sociales similares a las de Queensland por al menos tres días después de que una mujer que visitó Sídney diera positivo, potencialmente con la variante Delta.
Los otros estados y territorios de Australia, en donde no se han reportado casos de Covid-19 en los últimos días, limitaron los desplazamientos a sus jurisdicciones desde las regiones afectadas por el virus para evitar los contagios.
Mientras, Nueva Zelanda suspendió su burbuja de viajes libre de cuarentena con toda Australia hasta al menos el martes.
Australia, cuyas autoridades vinculan todos los rebrotes a las repatriaciones procedentes del extranjero, acumula unos 30.500 contagios, que incluyen 910 fallecidos, y ha vacunado a más de 6 millones de habitantes, de los cuales 1,2 millones tiene la pauta completa.