El prelado, que perdió también sus derechos como cardenal, pretende obtener “una compensación por el enorme daño sufrido” por parte del semanario italiano tras las acusaciones y denuncias publicadas durante los últimos dos meses.
Se trata de acusaciones “infundadas” que “han arruinado y deformado deliberadamente mi imagen de hombre y de sacerdote”, escribió Becciu en un comunicado divulgado este miércoles.
De ganar el juicio, la “compensación” será donada en su totalidad para obras de caridad, precisó.
Becciu, que no podrá participar en el cónclave, pero que conserva el título, aseguró que “ha desmantelado, con documentos y una a una, las acusaciones, empezando por la más dolorosa de haber desviado fondos de la Iglesia y de los fieles”, escribió.
El cardenal, otrora entre los purpurados más influyentes de la Curia, desde el inicio se ha proclamado inocente y niega haber malversado fondos en beneficio de las empresas de sus hermanos, como reveló L’Espresso.
El prelado aclaró que hasta ahora no ha recibido una citación de la justicia vaticana ni de la italiana.
El nombre del cardenal, de 72 años, que ejercía como prefecto para la Causa de los Santos y que ocupó el influyente cargo de sustituto de la Secretaría de Estado del 2011 al 2018, ha salido a relucir en múltiples ocasiones en el marco de una investigación interna sobre opacos montajes financieros para comprar un inmueble en el elegante barrio londinense de Chelsea.
El proceso de compra comenzó en 2014 cuando Becciu aún estaba en la Secretaría de Estado y aprobó esa inversión.
La investigación, revelada por la L’ Espresso y el diario italiano La Repubblica, pertenecientes al mismo grupo, contribuyeron a la precipitada caída en desgracia del cardenal.
Desde las primeras revelaciones del semanario, la prensa italiana ha publicado una avalancha de información sobre Becciu, quien fue nuncio en Cuba y colaborador cercano de Francisco