El gobernador de Bermudas, John Rankin, puso este jueves fin a semanas de incertidumbre y aprobó una ley por la que ya no se permitirá en la isla matrimonios del mismo sexo, así como en cruceros con barcos de bandera de dicho país, lo que le convierte en el primero del mundo en legalizarlo y luego prohibirlo.
El gobernador firmó la "Ley de Uniones Domésticas" que da marcha atrás al matrimonio del mismo sexo después de que el año pasado la Corte Suprema de la isla le diera el visto bueno a la anterior ley.
Hoy indicó que dio el visto bueno a la nueva pieza, que fue aprobada por el Senado en diciembre, "tras cuidadosas consideraciones en línea con mis responsabilidades bajo la constitución".
En Bermudas los matrimonios del mismo sexo estaban permitidos desde mayo de 2017, después de que fuera llevada al alto tribunal por el ciudadano bermudeño Winston Godwin y su marido, el canadiense Greg DeRoche, al no ser reconocidos por el registro general de la isla.
La ley de Uniones Domésticas no permitirá el matrimonio pero si "una unión libre en la que tendrán los mismos derechos", dijo Walton Brown, ministro de Asuntos Nacionales de Bermudas.
La decisión ha despertado la oposición de varios grupos de defensa de los derechos de grupos LGBT que consideran ilegal el hecho de que se permita y luego se niegue.
Brown agregó que, sin embargo, bajo la nueva legislación firmada los seis matrimonios del mismos sexo que se han llevado a cabo en la isla entre la decisión de la Corte Suprema, en 2017, y la suspensión del permiso también "seguirán siendo reconocidos bajo la nueva ley".
A su vez, señaló que la mayoría de los ciudadanos de Bermudas están en contra de los matrimonios del mismo sexo.
"La nueva ley reconoce y protege a las uniones entre personas del mismo sexopero no se podrán casar, lo que permitirá que pueden heredar en el caso de que no haya testamento o, por ejemplo, también tomar decisiones médicas en nombre de la pareja".
Varias compañías de cruceros con barcos de bandera de Bermudas han declarado que esta medida va a "decepcionar" a aquellos que pensaban contraer matrimonio a bordo de sus embarcaciones, por lo que ahora ofrecerán ceremonias de compromiso.