No se prevé que la bancarrota afecte los programas de la organización, que promueven la autosuficiencia en actividades al aire libre, como escalar y acampar. El grupo ya estaba lidiando con el descenso en su número de miembros y controversias por la admisión de mujeres y homosexuales.
Los Boy Scouts, con base en Irving, Texas, dijeron que pedían disculpas de corazón a cualquiera que hubiera sido dañado, que le creía a los acusadores y que alentaba a las víctimas a hablar.
Fundada en 1910, la organización ha estado abrumada por cientos de acusaciones luego de que varios estados, incluyendo Nueva York, eliminaron las trabas legales que habían impedido demandar por abusos ocurridos años atrás.
Las reformas a la ley se dieron junto con el movimiento #MeToo y con un cambio en la opinión pública que ha dado más respaldo a los acusadores. El resultado ha sido una arremetida de demandas contra líderes religiosos, médicos y escuelas.
"Podemos estar a la altura de nuestra responsabilidad social y moral para compensar con justicia a las víctimas", dijo la agrupación en un comunicado, "asegurando que cumplimos nuestra misión de servir a la juventud, las familias y a las comunidades locales con nuestro programas".
Paul Mones, que representa a cientos de hombres que acusan abusos sexuales cuando eran scouts, dijo a Reuters que "Se está pidiendo la quiebra como resultado de que los Boy Scouts y sus líderes adultos escondieron décadas de abusos".
La bancarrota, presentada en Delaware, le permitirá a la organización juntar todas las acciones legales en un solo tribunal y tratar de llegar a un acuerdo, en vez de usar sus fondos para pelear, lo que podría dejar a algunas víctimas sin nada.