Una particular situación es la que tuvo lugar en una parcela en Mar del Plata, Argentina.

Todo comenzó cuando 20 parejas de casados llegaron al lugar ubicado en Sierra de los Padres, a dos kilómetros de la ruta 226, para participar de una fiesta swinger (fiesta sexual con intercambio de parejas).

Con una elaborada decoración que incluía candelabros, mesas, iluminación y otros accesorios, las cuarenta personas se encontraban cenando en el lugar cuando llamaron a la puerta de la entrada de la fina.

Según relató el medio argentino Infobae, la policía de Buenos Aires llegó al lugar luego que un tercero denunciara la fiesta clandestina.

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Contrario a lo esperado, el hombre que les abrió la puerta, los invitó a pasar con amabilidad. En efecto, tanto él como el resto de los invitados pensaron que se trataba de strippers.

Al lugar ingresaron efectivos de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (UTOI) y una patrulla municipal. “Cuando nos vieron pensaron que éramos parte del show. Que éramos strippers”, contó una fuente policial al citado medio.

Los uniformados además explicaron que llegaron a la finca privada gracias al dato de una persona que quedó fuera del evento tras una discusión. “Sabíamos que la temática era esa porque nos llegó un video que mostraba la organización de la fiesta”, detalló.

En efecto, el sitio no contaba con los permisos correspondientes para llevar a cabo la reunión. Es así, como la policía procedió a cancelar la reunión. “Los presentes se mostraron respetuosos, no se resistieron y hasta bromearon con lo sucedido”, dijo Gustavo Jara, subsecretario de Seguridad de General Pueyrredón.

De la misma forma, se imputó en el Juzgado de Faltas al dueño de la propiedad quien no sólo debió cerrar en lugar, sino que además deberá pagar una multa. Incluso él y los asistentes podrían arriesgar cárcel.

Así lo establece el Artículo 205 del Código Penal de la Nación Argentina: “Será reprimido con prisión de seis meses a dos años, el que violare las medidas adoptadas por las autoridades competentes, para impedir la introducción o propagación de una epidemia”.

Hay que recordar que, en el contexto de pandemia, la ley argentina estableció que “están autorizadas las reuniones sociales en espacios públicos o de acceso público al aire libre. Las personas que se reúnan deben mantener entre ellas una distancia mínima de 2 metros, utilizar tapabocas y cumplir los protocolos de actividades”.

“En lugares donde rige el aislamiento social, preventivo y obligatorio las reuniones pueden ser de hasta 10 personas”, se detalló.